SANTA FE-ARGENTINA  (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  Días atrás fue asesinado un fiscal paraguayo en Colombia. Ello generó nuestro artículo: “Un crimen que debería escandalizar a Sud América” (12-5-2022, http://www.prensamare.com.ar/noticia/12-05-2022/14142-un-crimen-que-debera-escandalizar-a-sud-amrica-rodolfo-o-gianfelici.html ).

Ahora nos toca referenciar a un hecho similar, con otro paraguayo público como víctima, pero en su propio país.

El intendente José Carlos Acevedo (foto), fue baleado y luego falleció. En el breve velatorio, su hermano –gobernador de Amambay, Ronald Acevedo- amenazó con echar "a patadas" del velatorio a los "narcopolíticos". Luego de conocerse este nuevo y gravísimo suceso, los dos mayores partidos opositores responsabilizaron al oficialismo por el crimen.

Acevedo tenía 51 años y era el alcalde de Pedro Juan Caballero, a 452 kilómetros al nordeste de Asunción. Tras el atentado, los médicos intentaron salvarlo, pero declararan su muerte cerebral y posteriormente falleció.

Recibió 7 balazos y su muerte se agregó a la del fiscal (especializado en lucha contra el narcotráfico) Marcelo Pecci, muerto días antes en Colombia estando en su luna de miel. Las dos muertes violentas están unidas, ligadas, concatenadas con el crimen organizado en la región.

No ha sido casual este ataque (no es el primero que golpe a la familia Acevedo). El crimen se enseñorea y muestra su arrogante y descontrolado poder; envía un mensaje a la sociedad paraguaya.

Pero particularmente ‘le marca la cancha’ a la oposición. Porque la familia Acevedo pertenece al Partido Liberal Radical Auténtico. Son opositores al coloradismo y a sus aliados (de cualquier color).

El crimen ‘avisa’ a los sectores políticos que los enfrentan que ellos no tienen límites. Es más: tienen total libertad y carta blanca para continuar con sus acciones.

Que el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, haya repudiado el hecho no es creible; porque su hacer o no hacer permite que reinen el crimen organizado.

Desde el PLRA no anduvieron con insinuaciones y fueron directos, en un comunicado, al sostener que "Acevedo cayó fulminado por balas asesinas, disparadas cobardemente por los sicarios de la mafia, dueña y señora de los destinos del Paraguay, anidada al interior del Partido Colorado, a la vez sometido al patrón de los negocios ilícitos: (el expresidente) Horacio Cartes".

A su vez, en el texto del Frente Guasú, afirmaron que la muerte de Acevedo es consecuencia de "un Estado que se encuentra cada vez más desgastado por el avance de la corrupción, el narcotráfico y el crimen organizado".

Decíamos que la muerte de Marcelo Pecci debería haber escandalizado a Sud América, pero las clases dirigenciales sudamericanas prefirieron mirar para cualquier lado. Con gran cinismo algunos argumentaron que no podían ‘entrometerse’ en asuntos internos de otros países.

El tema es que ello es irreal; nadie pide que una entromisión. Se reclama que se muestren alertados ante el crimen organizado que actua sin interesarle las fronteras. Entonces lo concreto y efectivo (si se está realmente en contra de estas acciones) era que dirigentes políticos, empresariales, religiosos, comerciales, deportivos, sociales, culturales e industriales respondieran al unísono.

Pero está visto que los pueblos del continente están a la deriva, abandonados y hasta entregados por clases dirigenciales que asumiendo un supuesto “respeto no entromisionista”, le hace el juego al crimen organizado.

Está visto que deberemos continuar con este tipo de artículos...