SANTA FE-ARGENTINA  (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  Los periodistas argentinos de canales deportivos llegan hasta el orgasmo al mostrar a jugadores de fútbol de la Premier League, arrodillándose en apoyo al rechazo al racismo de EEUU.

Se trata de una imitación que han instalado otros deportistas de EEUU, en el mismo sentido. Todo ello dentro de la publicitada campaña mundial denominada: “Black lives matter” (‘Las vidas negras importan’) o “No justice, no peace” (Sin justicia, no hay paz).

Algunos la han denominado la “protesta de la rodilla”, por la forma en que se expresan los deportistas. Comenzó en suelo estadounidense y se fue extendiendo –como era de esperar- en Europa.

Algunos pícaros mostraron esta manifestación como una lucha contra el entonces presidente Donald Trump. Fue así que respondiendo a intereses y maniobras propias de dicho país, lentamente se fueron sumando a la protesta hasta organizaciones deportivas, medios de comunicación, periodistas, mediáticos y opinadores.

En enero 2021, se conoció que la Comisión de Derechos Humanos de la ONU culpó al gobierno de Italia por la muerte de 268 personas ahogadas a causa de un naufragio ocurrido en el 2013. Las autoridades no respondieron al llamado de auxilio (¡).

En febrero 2021, un bote con 150 personas abordo envió una alerta de socorro desde las costas de Libia. Una semana antes de este hecho, 1.315 migrantes fueron rescatados y devueltos a Libia.

En marzo 2021, dos embarcaciones naufragaron intentando llegar a Italia. Nunca se pudo determinar la cantidad exacta de muertes.

Estos 3 hechos son apenas una ínfima referencia de la indiferencia europea para con los inmigrantes. Todos ellos pobres y expulsados por el hambre y la violencia de sus países africanos y/o asiáticos.

Justamente en esos países, a los que se consideran de la periferia, son los europeos acompañando a EEUU (y otros socios) los que imponen el hambre, el sin-futuro, la explotación y la violencia. Hechos que hace que decenas de miles de ciudadanos busquen arribar a Europa. Pretenden salvarse, justamente llegando al continente (junto a EEUU) que es el causante de todos sus males.

Europa rechaza a los negros, los mestizos, los árabes, los musulmanes, los blancos sin futuro. Los ha recibido en tanto y en cuanto le servían como mano de obra barata, para así “ser competitivos” en sus producciones.

Ahora entienden que no deben llegar en demasía. Los rechazan o abandonan. Les aplican el racismo disimulado de ‘seguridad ante el islamismo violento’.

De allí que ese manifestarse de deportistas en contra del racismo, está bien, pero es solo una ínfima parte del racismo que hábilemente los propios europeos aplican a otros hombres y mujeres.

En cuanto a los halagos de los periodistas argentinos, es simplemente una simple muestra del colonialismo cultural que muestran.

Tanto es así que un relator argentino manifestó por estos días de marzo 2021 su sorpresa porque un exfutbolista (Christian Karembeu, originario de la colonia francesa Nueva Caledonia, de raza negra) se hubiera casado con una modelo blanca muy bella…