Jue. 25. Abr 2024, Santa Fe - Argentina
Notas

CORONAVIRUS E INDUSTRIA FARMACÉUTICA

CORONAVIRUS E INDUSTRIA FARMACÉUTICA

FIRENZE-ITALIA  (PrensaMare)  Los gobiernos esperan avances de la industria farmacéutica. El mundo occidental le ha quitado a sus Estados la capacidad de investigar y lo ha dejado en manos de la actividad privada.

Ahora está pendiente de lo que las multinacionales de laboratorios puedan hacer. Claro que ello no es gratuito.

El mundo asiste a un freno gravísimo de sus actividades económicas a nivel interno y mundial. Sin embargo, las proveedoras de insumos médicos y las grandes multinacionales farmacéuticas están de parabienes y trabajando a pleno.

No solo ello, sino que gobernantes, dirigentes y burócratas de los estados esperan ilusionados que ellos ‘froten la lámpara’ y entreguen una solución milagrosa y rápida. Mientras les requieren y compran medicamentos e insumos muestran ansiedad por la aparición de la vacuna.

El tema es que ya se sabe cómo actúa el capitalismo; máxime en momentos de temor, dudas, desorientación y riesgos. Un combo perfecto para que quienes son los ‘dueños’ de la llave, hagan inmorales negocios hasta que por fin se decidan (ello, no los gobiernos) a abrir la puerta.

Nunca como ahora el mundo está en manos de los representantes de ‘los mercados’. En este caso representado por las multinacionales de los laboratorios; el mundo rehén de la industria farmacéutica. Donde –ya se sabe- el lucro y los intereses económicos se ponen sin ningún tipo de rubor por sobre el interés general de la salud.

Debe tenerse en claro que cuando se habla de la industria farmacéutica, no se referencia a los fabricantes -pymes- de gasas, agua oxigenada, o alcohol; nos referimos a firmas que multinacionales que en verdad se encuentran integradas a relaciones con industrias variadas, agroquímicos, bancos, y fondos de inversión.

A firmas que producen medicamentos, insumos médicos y tecnologías sanitarias, pero que también han extendido sus inversiones (de ida o de vuelta) con el inmoral sistema financiero. Sextores a los cuales en nada les interesa la problemática de la salud local, regional o mundial. Para ellos se trata de una simple forma de ganar dinero.

Nadie que pueda ganar dinero de manera rápida y exagerada en el menor lapso de tiempo, con el menro riesgo y aprovechando el miedo generalizado va adesaprovechar esa oportunidad. El hacerlo transforma a sus gestores en verdaderos “empresarios de éxito”…

La realidad demuestra que los estados (sus gobiernos) cada vez disponen de menos poder y autoridad para “negociar” con estas compañías. El tema es tan delicado que las 17 mayores multinacionales (conocidas como grupo Big Pharma) controlan el 45 % de la producción mundial del sector.

Pero no solo eso, sino que se trata del tercer sector con mayor generación de riqueza (solo detrás de los servicios financieros y la industria tecnológica).

En esta debilidad manifiesta en los europeos, se hace mucho más evidente en los países situados en el sur del planeta. El estar aislados cada uno de los paíse, sin una integración regional y sin soberanía sanitaria, lleva a que cada país sea totalmente dependiente de estas firmas.

El mercado global de medicamentos y de importación de equipamientos está muy concentrado. La globalización ha quitado todo tipo de poder a los países, que están como rehenes en manos del mercado global. Un mercado cada vez más voraz e insaciable, cuyo único objetivo es el máximo lucro.

Hoy se habla de “la vacuna” contra el coronavirus como si ella fuera la panacea que de la noche a la mañana salvará al mundo. Sin embargo, primero están los actuales tratamientos, donde las multinacionales manejan los remedios y los canalizan según sus intereses económico-financieros y conveniencias ideológicas.

Y, cuando en el futuro se disponga de “la vacuna”, de seguro serán las potencias y los países que ellos “elijan” y “recomienden” a las farmacéuticas, los que primero podrán acceder a ella. Habrá que ver en qué condiciones los países dependientes pueden acceder a ella.

Lo que si está claro es que quien produzca y comercialice primero “la vacuna”, dispondrá de un gran mercado cautivo. Porque será todo el mundo el potencial cliente.