Vie. 26. Abr 2024, Santa Fe - Argentina
Editorial

CUAL ES EL DESAFÍO DE PEROTTI…?

CUAL ES EL DESAFÍO DE PEROTTI…?

SANTA FE-ARGENTINA  (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  Tras la provincia de fantasía edificada por la alianza de socialistas y radicales, con el acompañamiento de los medios hegemónicos, Omar Perotti se encontrará con la realidad (única verdad).

Todo indica que existen muchísimas diferencias entre lo dibujado por Hermes Binner, Antonio Bonfatti, Miguel Lifschitz, sus aliados y la complacencia de los legisladores peronistas dutante una docena (¡) de años, y una entrega que se pretende realizar “a libro cerrado”.

La transición, los comentarios, las declaraciones, los silencios de ciertos protagonistas y el estado real de la provincia evidencian que se está ante una situación grave.

En tal sentido, es bueno recordar que en su momento el gobernador saliente, Jorge Obeid (en 2007) le dejó una provincia ordenadísima a Binner; ello hasta incluyó un fondo anticrisis.

Sin embargo Binner, en una muestra de destrato, desconfianza y hasta de actitud policíaca, dispuso una auditoría (¡). Nada raro encontró, por supuesto.

Hoy, tras 12 años de azote, se asiste a una provincia en rojo; con importante deuda tomada en dólares; donde no se sabe cuantos empleados (amigos del poder) tomaron.

Donde –por cierto- la situación económica y financiera es (por darle un término ligth propio del neoliberalismo) "delicada”. Se llega a fin del 2019 con un déficit en las cuentas públicas (rojo) que supera los 19.000 millones de pesos.

Si Mauricio Macri deja un estado en default, Lifschitz deja una provincia en emergencia económica y social. En país está en crisis, existe inflación y recesión, y se ha caído la recaudación. Ello no es una novedad. Lo grave estuvo en que en medio de ese panorama (que no es nuevo), Lifzchitz mantuvo un alto nivel del gasto; inclusive superando los índices de inflación.

Desde que se iniciara la etapa denominada de ‘transición’, han pasado varios meses. Lo que está claro es que existe un retaceo de información; mucha operación mediática; y una posición de victimización, por parte del actual gobierno socialista-radical.

No se podía esperar otra cosa. Inclusive no solo que no se le paga a proveedores y existen notorias faltantes en los hospitales, se le adeuda a municipos y comunas, sino que se pone en duda el pago de haberes. Ello significa que Lifzchitz no garantiza el normal funcionamiento del Estado.

Frente a esta irresponsabilidad disimulada con palabrerío, es de esperar que apenas asuma Perotti se disponga de una profunda auditoría de los últimos 3 gobiernos. Porque Bonfatti no se la hizo a Binner, y Lifschitz no se la hizo a Bonfatti.

Los santafesinos se merecen saber qué ha pasado en los últimos 12 años de fiesta socialista-radical. El no realizar las auditorías significará estar de acuerdo con lo hecho por los predecesores; en convalidar; en aceptar.

En consecuencia, si así se opera, no se podrá –más tarde- reclamar sacrificio a la sociedad santafesina. Ni mucho menos salir a hablar, cuando en los hechos no se hizo nada.