Mar. 14. May 2024, Santa Fe - Argentina
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DIFERENTES FINALES DEL 2023 PARA RUSIA Y EEUU (Rodolfo O. Gianfelici)

DIFERENTES FINALES DEL 2023 PARA RUSIA Y EEUU (Rodolfo O. Gianfelici)

SANTA FE-ARGENTINA (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  El año 2023 ya es pasado, y la mira está puesta en este nuevo recorrido de 12 meses que –en general para el mundo- no será sencillo.

Las aguas están turbulentas en todos los rincones del planeta, y las posiciones de las potencias las encuentran cada vez más alejadas y con construcciones totalmente diferentes. Acciones que marcan y marcarán el futuro mundial.

Para no ser tan teóricos, dramáticos o empleadores de tanto palabrerío, podemos decir que el 2023 que se fue ha estado un poco peor que su precedente 2022. Y su final a encontrado a dos de las principales potencias mostrando ambiciones, objetivos y caminos contrapuestos.

Nos referimos a Rusia y a Estados Unidos, en un mundo donde China se suma al selecto grupo de superpotencias, y donde –por diferentes motivos- han acortado la brecha (las diferencias), varios países que décadas atrás hubiera sido inimaginable que pudieran ser considerados o ubicados en un segundo nivel de importancia mundial.

Allí están Sudáfrica, India, Brasil e Irán, que se instalaron en un nivel en el que aparecían Gran Bretaña, Japón, Francia, Alemania. Ello no significa que sus mejoras de posicionamientos signifiquen que sus habitantes hayan mejorado sus condiciones de vida. Eso es otra cosa.

Lo concreto –y volviendo a Rusia y EEUU-, es que la primera no solo resistió los embates de EEUU, la OTAN, la Unión Europea y sus aliados, habiendo definido a su favor la crisis con Ucrania, sino que dio concretos y contundentes pasos hacia adelante para reforzar su posición como potencia mundial.

Del lado estadounidense su papel ha sido el de seguir con su equivocado rumbo. Sus clases dirigenciales no comprenden –y rechazan- que el mundo está cambiando. Que ellos podrán ser la potencia con mayor desarrollo y bases militares instaladas en todos los continentes, pero ello no les alcanza para sostener “su triunfo” sobre el comunismo internacional.

La llamada ‘guerra fría’ ya es pasado; el perpetuarse como única potencia e imperio controlando a discreción el mundo, es pasado; la unipolaridad es pasado. El mundo quiere y avanza hacia la multipolaridad.

Esos errores para comprender la actualidad, la historia y el futuro, lleva a que las dirigencias estadounidenses sigan sumando “errores” y retrocesos en el mundo. Es cierto que el control que ellos ejercen sobre los medios comunicacionales occidentales lo ocultan; pero no alcanza para revertir la realidad.

Tanto fue así que en el último mes del 2023, Vladimir Putin visitó los Emiratos Árabes y Arabia Saudí. Se reunió con el titular emiratí Mahammad bin Zayed y con el príncipe heredero saudí, Mohammad bil Salman. Tras ello retornó a Moscú para recibir al presidente de Irán, Ebrahim Raisi.

Desde Washington fueron simples espectadores de estos encuentros, que constituyen una muestra del cambio que se está produciendo en el mundo, donde ellos y la prensa occidental lo niegan, lo ocultan, pero no pueden hacer nada por detenerlo.

Los principales temas analizados fueron tres: la situación en la Franja de Gaza; la producción petrolera y la OPEP+, y la expansión del BRICS.

Lógicamente que esos temas se encuentran inter-relacionados; y no están ‘aislados’, sino que integran “un todo” internacional, donde los intereses estadounidenses se encuentran en juego.

Posteriormente, a la hora del encuentro de las máximas autoridades rusa e iraní, se volvieron a analizar tales temas, a los que se agregaron la situación en Yemen (donde Irán apoya a las fuerzas populares que resisten la invasión y agresión de la alianza que lidera Arabia Saudí con el respaldo de EEUU), y la estrategia Washington-Tel Aviv para la pretendida ‘reconfiguración’ geopolítica en el este asiático.

Las conclusiones no dejan de ser todo un desencanto para el occidente conducido por el poder anglosajón. Porque la asociación estratégica ruso-iraní continúa avanzando a excelente ritmo; porque las relaciones ruso-sauditas marchan por buen camino en especial cuando tratan los temas productivos petroleros; y en cuanto a la relación ruso-emiratí, referida a inversiones –no solo en Rusia-, es satisfactoria.

Mientras ello sucede, EEUU despidió el 2023 con su irresoluta crisis económica interna sin resolver; con el presidente Joseph Biden a la deriva y continuando perdiendo apoyos; con la criminal aventura en Ucrania, fracasada (y sin encontrarle una “honorable” salida); con un aumento del desprestigio internacional ante el ciego apoyo al genocidio israelí en Franja de Gaza; con una aliada y sumisa Unión Europea que no halla respuestas a sus problemas; con Brasil retomando su camino alternativo de la mano de Lula da Silva; con tener que “soportar” que Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Colombia apuesten por sus propios caminos, sin tutelaje.

Lo único que apenas les ha significado una alegría ha sido la asunción del fascistoide Javier Milei en Argentina, que quiere arrojar al país en forma total y definitiva a manos del poder anglosajón e israelí. Una acción que refuerza la estrategia que la OTAN tiene para el Atlántico Sur que incluye convertir a la región en una zona de conflictos internacionales, con proyección hacia el continente antártico.

Una situación que los argentinos (más allá del partido con el que se identifiquen) deberían comenzar a tomar alguna vez en serio, porque sus riquezas naturales, su posición estratégica, su Patagonia, constituyen una tentación para ciertas potencias.

Un arribo a la presidencia por parte de Milei que no dudó en asumir el colonialismo y entrega, al rechazar que Argentina se sume al BRICS, y que efectúa acciones de desaires para con China.

Esta puede ser la simple síntesis de cómo han cerrado el 2023, Rusia y EEUU; pudiéndose concluir que ambos balances son totalmente contrapuestos.