Dom. 28. Abr 2024, Santa Fe - Argentina
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QUÉ QUIEREN LOS EMPRESARIOS DE ARGENTINA...? (Flor C. Antemo)

QUÉ QUIEREN LOS EMPRESARIOS DE ARGENTINA...? (Flor C. Antemo)

SANTA FE-ARGENTINA (por Flor Cris Antemo, PrensaMare)  Hablar del empresariado argentino es muy difícil. Porque pese a que han nacido en el país, su pensamiento y accionar se enrola con lo antinacional y antipopular. Es decir: están en contra del mismo pueblo que –como ellos- nació en el mismo territorio.

Siempre han sacado provecho a costa de subsidios, ventajas impositivas, beneficios exportadores, defensas de la competencia externa, y han tenido su protagonismo en la peor etapa de lo que se ha conocido como “la patria contratista”.

Apuestan, pelean, reclaman, exigen y hacen loby por una liberalización total del mercado laboral con la excusa que así podrán generar más empleo. Una supina mentira que ni ellos mismos se creen; solo quieren tener esclavos siglo 21, a los cuales despedir sin problemas y sin tener que respetar ninguna ley laboral, ni los derechos de los trabajadores.

Si: es paradójico que para crear empleo... quieran tener libetad para explotar y despedir...

Durante la gestión peronista de Néstor Kichner y de Cristina Fernández ganaron mucha plata. Pero son insaciables; por ello apostaron por Mauricio Macri. Allí demostraron cual es su verdadero pensamiento y accionar, porque lejos de fortalecer al gobierno que “era de ellos”, se dedicaron a despedir empleados.

En 2023 no dudaron en alinearse con los dos representantes del neoliberalismo y la derecha: Patricia Bullrich y Javier Milei.

Porque marchan a contrapelo de la historia y la realidad. Mientras en los países que ellos se miran, admiran y pretenden (dicen) imitar, se llevan adelante políticas de protección, los industriales argentinos exigen la apertura total. Ofrecer al país como bocado de las potencias, convencidos que ello los beneficiará como sector, sin importarles en absoluto el formar parte de un proyecto nacional de desarrollo.

De allí que están ‘encantados’ con un personaje como Milei; porque se sienten representados por un presidente totalmente retrógrado, violento, autoritario, limitado y –fundamentalmente- un analfabeto histórico y político.

Por ello no llamó la atención que luego del mensaje presidencial de inicios de marzo, hayan salido a respaldarlo. Milei habló de un fantasioso “Pacto de Mayo” (¿?) durante el discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso.

Al día siguiente de tal discurso, la Unión Industrial Argentina (UIA) difundió un comunicado resaltando “la importancia de la convocatoria presidencial al Pacto del 25 Mayo pues el diálogo institucional y los consensos son imprescindibles para la concertación de políticas de estado, con el indiscutible objetivo de garantizar previsibilidad y certidumbre sobre el futuro”.

Lo increíble estuvo en que desde dicha entidad refieren al “diálogo”, cuando ello es lo que menos quiere el presidente. Porque es un autoritario que solo quiere imponer. Más increíble es que se refieran a “tener una economía ordenada y previsible es la base para desplegar el potencial productivo”, cuando Milei con su mega-devaluación, su destrucción del aparato productivo, su impulso de la inflación descontrolada y sus anuncios privatizadores son totalmente contrario a cualquier pensamiento productivo y de crecimiento.

Pero falta más: porque es increíble que la UIA aluda a “lograr un desarrollo federal integrado e inclusivo”, cuando Milei apuesta a someter a todas y cada una de las provincias, con una política de des-inclusión de mayorías.

Cuando el titular de la UIA, Daniel Funes de Rioja, afirmó a La Nación que “los males de la Argentina fueron descriptos muy bien por Javier Milei” y que de concretarse el apoyo de los gobernadores al Pacto de Mayo “se estaría ante una versión local del Pacto de la Moncloa español”, no ha hecho otra cosa que expresar la constante claudicación de la clase dirigencial industrial.

Lo del “Pacto de Mayo” no es otra cosa que la idea de someter a todas provincias, y en cuanto a la referencia al (lastimoso) “Pacto de la Moncloa”, el mismo constituyó el sometimiento de las clases dirigenciales españolas a Washington en forma total y absoluta. Consecuencias que están a la vista...

Para no ser menos que los industriales, la “Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) apoyamos firmemente el proceso de desregulación que está llevando adelante el Gobierno Nacional”, sostuvo Natalio Grinman, presidente de la CAC.

Es la misma entidad que apoyó totalmente el DNU 70/2023 como de la Ley Bases.

Una entidad que –al parecer- no se ha enterado de la crisis que ya azota a los comercios del país, antes de llegar a los 90 días de gestión mileista.

A su vez la Cámara Argentina de la Construcción celebró "la convocatoria del presidente Javier Milei al diálogo para alcanzar un acuerdo sobre las políticas de Estado necesarias para transformar a la Argentina”.

Se trata del sector que afronta una dura realidad con la paralización de miles de obras en todo el país que se desarrollaban con recursos nacionales. Con paralización de miles de obras que se hacían con recursos provinciales en cada distrito. Con una paralización importante de obras privadas, pues muchos “inversionistas” prefieren especular con el dólar (en el convencimiento que habrá –en breve- otra megadevaluación).

Como para coronar esta ensalada de mensajes y realidades –aunque con gran coherencia ideológica-, se conoció que los comercios minoristas Pymes tuvieron una caída de ventas en enero del 28,5% (con la misma tendencia para febrero), pero desde la “Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) siempre pedimos diálogo... La convocatoria realizada ayer por el presidente Javier Milei al Pacto de Mayo (…) va exactamente en esa línea”...

También apoyaron la pomposa (y nada novedosa) ‘convocatoria’ de Milei, el sector agropecuario de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara), el Centro Exportador de Cereales (CEC). Claro que ellos demoran la liquidación de los dólares de la cosecha, porque esperan ansiosamente una nueva megadevaluación (o como dicen diplomáticamente: “un tipo de cambio más favorable”); o lo que es lo mismo: más empobrecimiento de los sectores populares.

Las exportadoras nucleadas en el Consejo Agroindustrial Argentino, también brindaron su apoyo público; el titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, ponderó el “llamado al diálogo” que hizo Milei; una entidad que se ha opuesto a la suba en las retenciones (que proponía la Ley Bases), reclamaba reformas laborales, y una “reforma tributaria que reduzca la presión impositiva” (o sea: desprotección laboral y más beneficios para sus bolsillos).

Apenas habría que rescatar a la IPA (Industriales Pymes Argentinos) al sostener Daniel Rosaro –su titular-, que Milei “No habló de ninguna propuesta sobre cómo crecerá la Argentina y cómo generará trabajo para combatir la pobreza y la indigencia. Ahí está la clave del éxito de su gobierno, en generar trabajo argentino... No se habló de industrialización y esto a las pymes nos preocupa y nos hace perder esperanzas”.

En este sentido, la coherencia presidencial ha sido absoluta pues en todo su discurso nunca expresó la palabra Pymes...

En síntesis...

Las clases dirigenciales argentinas ratifican su pensamiento neoliberal, antipopular, antinacional y atado al imperio anglosajón. Por ello respaldan a un presidente que en los hechos niega el diálogo; rechaza el consenso; apuesta por el empobrecimiento; reniega del Estado; destruye las pequeñas y medianas empresas; atenta contra el mercado interno; abre las importaciones en beneficio de las potencias exportadoras; debilita las fuerzas productivas; y reniega de la sociedad civil. Ello sin hablar del mayúsculo papelón en la Cumbre de Davos; en alinearse con Isrel, responsable del genocidio en Franja de Gaza; y cladicar ante el canciller del Reino Unido...

Este es el Milei que tenemos; esta es la clase dirigencial argentina que lo respalda.