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LOS SECRETOS (CORRUPTOS) DEL CREDIT SUISSE

LOS SECRETOS (CORRUPTOS) DEL CREDIT SUISSE

MILANO-ITALIA  (PrensaMare)  El mundo aceptó que Suiza era un país ‘de ensueño’; que son ‘todos honestos'; que tiene el ‘mercado bancario más transparente’; que es imposible realizar ‘acciones bancarias delictivas y/o ilegales’; posee el sistema de secreto bancario ‘más confiable del mundo’...

Por cierto que todo ello es una gran mentira; sin ir más lejos en los últimos tiempos hemos tenido la noticia, denuncia, e investigación judicial donde el protagonista es el exrey españo, Juan Carlos, que depositó en una cuenta de un banco en Suiza, una coima que le pagaron desde la corrupta monarquía saudita...

Pero ahora se ha conocido que existen alrededor de 30.000 cuentas bancarias de clientes del banco suizo Credit Suisse con dinero procedente de operaciones... cuestionables (una forma elegante de esconder que proceden de acciones ilegales, delictuales y/o corruptas).

Se trata de 30.000 (¡) cuentas. Algunas de ellas, cuyos protagonistas han sido personajes de conocimiento mundial, son:

·         Alaa Mubarak y Gamal Mubarak, han sido los hijos del dictador egipcio Hosni Mubarak. Abrieron la primera cuenta en 1993 y en 2010 (un año antes de la caída de su padre). Una cuenta de Alá tenía depositados 232 millones de francos suizos.

·         Otros empresarios y personajes que ejercieron funciones en el gobiernos de la era Mubarak, también tenían cuentas en Suiza.

·         El dictador filipino Ferdinand Marcos y su esposa Imelda Marcos, se estima que saqueraon el país en unos 10.000 millones de dólares (durante los 3 mandatos, que finalizaron en 1986). Ellos disponían de una cuenta bajo los nombres falsos de William Saunders y Jane Ryan (en el año 1995 un tribunal suizo ordenó devolver 500 millones de dólares a Filipinas).

·         Ligada al anterior matrimonio estaba la abogada Helen Rivilla. Ella fue condenada en 1992 por ayudar a blanquear dinero para Ferdinand Marcos. Pese a ello, no tuvo inconvenientes en abrir una nueva cuenta bancaria en 2000.

·         El ucraniano Pavlo Lazarenko, que fuera primer ministro entre 1997 y 1998, a poco de salir de su breve paso por el gobierno (apenas un més más tarde), abrió la primera de 2 cuentas con casi 8 millones de francos suizos. Los análisis de la organización Transparencia Internacional dan cuenta que este personaje se robó unos... 200 millones de dólares (con numerosas coimas cobradas a empresarios de su país). Fue condenado en Suiza por blanqueo de capitales en 2000. Luego fue condenado a 9 años de prisión por corrupción en Estados Unidos en 2006.

·         Rodoljub Radulovic poseía 2 cuentas en la entidad. Este serbio fue condenado en 2001 por fraude en el mercado bursátil estadounidense. La primera cuanta fue abierta en 2005 y la cerró en 2010. Recientemente ha sido condenado en Belgrado por tráfico de cocaína desde Sudamérica para el jege narco, Darko Saric.

·         El presidente de la Bolsa de Valores de Hong Kong, Ronald Li Fook Shiu (el 'Padrino de la Bolsa' hongkonesa), fue condenado en 1990 por sobornos a cambio de incluir a determinadas empresas en la Bolsa. Se había hecho millonario gracias a sus maniobras. En su momento no tuvo problemas en abrir una cuenta bancaria en 2000 con 56 millones de euros.

·         También apareció con una cuenta, el dictador nigeriano Sani Abacha; un personaje que –se estima- robó del empobrecido país africano unos 5.000 millones de dólares en solo 6 años. Actualmente los hijos del mismo son clientes del Credit Suisse con depósitos por 214 millones de dólares en sus cuentas.

·         El informático sueco Stefan Sederholm abrió su cuenta; un personaje reconocido por sus acciones delictivas, que fue condenado a cadena perpetua por tráfico de seres humanos en Filipinas en 2011. Dicha cuenta continuó abierta hasta el 2013.

·         Otro que pudo continuar con sus cuentas abiertas fue el alemán Eduard Seidel, que había sido condenado por sobornos en 2008. Siendo empleado jerárquico de la alemana Siemens, fue enviado a Nigeria con el cargo de Director de dicha multinacional. Allí ‘construyó’ una fortuna en base a acciones ilegales y al cobro de coimas a políticos para lograr licitaciones. Una década después de su condena continuaba con la cuenta abierta; allí tenía depositados 54 millones de francos suizos.

Qué ha respondido este banco –uno de los más poderosos del mundo-, ante estas noticias...?

Desde el Credit Suisse han alegado que las leyes bancarias le impiden comentar las acusaciones individuales. Pero si rechazó de plano las acusaciones que lo vinculan a esta ‘fragilidad’ para con clientes corruptos; han sostenido que esas informaciones se basan en "datos seleccionados sacados de contexto y por tanto generan interpretaciones tendenciosas de la conducta empresarial del banco" (¿?).

También afirma que se trata de casos pasados, en ocasiones relativos a una época en la que las "leyes, prácticas y expectativas para con las instituciones financieras son muy diferentes de las actuales". Claro que en lugar de dar una explicación seria y responsable, que incluya una autocrítica, directamente las considera ‘hechos del pasado’. Claro que en esa generalización, se ‘olvidaron’ de reconocer que más del 66% de esas 30.000 cuentas fueron abiertas después del... 2000.

Esta información...

Muestra que en Suiza, mientras se lleve dinero, no existen preguntas. Se trata –aunque muchos se nieguen a reconocerlo- de un verdadero paraíso fiscal, donde alienta a que lleguen allí millonarios que desean realizar evasión fiscal o algún otro delito financiero.

Mal que les pese a muchos, el famoso secreto bancario suiza es inmoral. Recibir como clientes a dictadores (y/o familiares y/o colaboradores), narcotraficantes, especuladores internacionales, torturadores, traficantes de órganos, blanqueadores de capitales, criminales, traficantes de seres humanos, traficantes de armas, sin preguntarles el verdadero origen de dichos dineros, constituyen acciones de complicidad.

Porque bajo la excusa de “proteger la privacidad bancaria”, se le dio cobertura a delincuentes, transformando a la entidad en verdaderos socios.