BARCELONA-ESPAÑA  (PrensaMare)  El Gobierno de Pedro Sánchez anticipó que continuaría adelante con la tramitación del Impuesto sobre determinados servicios digitales (conocido como Tasa Google). Pero la orden de Donald Trump no ha sido observar, sino responder a ello.

Tras que en suelo europeo se pensaba seguir avanzando para cobrar este impuesto, el trumponismo envió una misiva.

Luego de recibirla, y de los contactos entre los gobiernos, España, junto a Francia, el Reino Unido, e Italia le han respondido a esa carta recibida días antes desde la Administración Trump (donde los amenazaba con nuevos aranceles y de abandonar la negociación para acordar este tipo de impuestos en el marco de la OCDE).

La respuesta de los 4 gobiernos europeos ha sido de reafirmar la aplicación de este impuesto con el que, se quiere recaudar algo más de 900 millones de euros al año.

En lo referido al caso en España, el tema sigue adelante, superó su primer trámite y se rechazó la enmienda. Se espera que se apruebe tras el retornovacacional y que pueda comenzar a cobrarse (cuota trimestral) en diciembre de 2020.

El tema es que Trump ya les ha advertido que no se quedó ni quedará de brazos cruzados. Si se concreta este cobro de España (junto a los demás amigos europeos en esta ‘cruzada’ recaudadora) a los gigantes digitales, la contrapartida trumponista haría que le eleve los aranceles a los productos españoles que ingresen a EEUU.

Así, quienes terminaría “compensando” ese ingreso a las arcas españolas (pagados por las firmas digitales) serían los exportadores españoles de combustibles, la maquinaria eléctrica, vehículos, aceite de oliva y hasta las aceitunas.

Éstos sufrirían el recargo de Trump, y tales productos se encarecerían al ingresar a EEUU. Inclusive algún exportador –con calculadora en mano-, teme que puedan terminar perdiendo parte de ese mercado estadounidense ante otros exportadores de terceros países.

Considerenos que en el año 2019, España realizó exportaciones a Estados Unidos por 13.739 millones de euros. Se trata del 7° países en cuanto a recepción de productos españoles. De esa suma, algo más de 10 mil millones fueron productos industriales y tecnología (y segundo el rubro agroalimentario con 1.600 millones).

Sobre este tema de arancelamiento y respuesta de EEUU, se tiene que EEUU se quejó a inicios del 2019 porque Francia impuso el impuesto a las empresas tecnológicas estadounidense y replicó aumentando los aranceles de importación a productos de Francia (que ingresaban a EEUU). Un costó a las mismas de 2.140 millones de euros (2.400 millones de dólares) para vajillas, quesos, perfumes, jabones, y lácteros…

Teniendo en cuenta dicha situación, los analistas económicos entienden que lo que recaudaría en más el fisco español, sería igual a lo que perderían los exportadores españoles…

Frente a esta realidad, donde se demuestra que los españoles (y europeos en general) no pensaron en que Trump podría responder “económicamente”, que por decir que se está ante un verdadero fiasco político y diplomático.

Lamentablemente esta rispidez ha llevado a que las partes estén con la vía diplomática ‘muerta’. Lo que más habían “avanzado” en este tema había sido que en la reunión bilateral de Trump –agosto 2019- con el presidente francés Emmanuel Macron, anunciaran un ‘acuerdo’ para volver a analizar el tema de los aranceles y retrasar la aplicación de la Tasa Google. Pero ahora que Francia se ha sumado al comunicado oficial enviado al mandatario estadounidense, es evidente que Macron ‘pateó el tablero’, y decidió no dialogar.

Lo que ha llamado la atención es que en la misma dura carta enviada a Trump, España, Italia, Francia y el Reino Unido lo invitan a EEUU a “dialogar” (¿?). Pero mientras tanto le dicen que le van a cobrar a los grandes gigantes digitales (Facebook, Google, Amazon, Apple…) por la actividad que realizan en cada uno de sus países.

Por el momento, tales poderosas firman usan filiales para agrupar el grueso del pago de sus impuestos en Europa en países con una fiscalidad más favorable como Países Bajos o Irlanda.

Quienes se preguntan si la Unión Europea no podría intervenir defendiendo los intereses de sus integrantes, la respuesta es ‘no’. Ello en razón que no existe ningún tratado comercial entre la UE y Estados Unidos.

Esto es así porque Trump decidió frenar las negociaciones que en el 2013 habían iniciado su país y la UE para concretar el TTIP (Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión - Transatlantic Trade and Investment Partnership) el principalísimo objetivo de los globalizadores y dominadores mundiales.

Cuando se produjo una disputa por los subsidios a Airbus, EEUU reclamó ante la OMC (Organización Mundial del Comercio). De cuyo resultado, el organismo mundial autorizó a Estados Unidos a imponer contramedidas por valor de 6.800 millones de euros (a España le ha costado unos 790 millones de euros).

Pero no solo eso, sino que a 6 meses de entrada en vigor esa medida (de ‘protección’ dispuesta por EEUU), se incrementaron los aranceles de productos importados, y a los españoles ya le ha costado. Tanto que las ventas de vinos españoles en EEUU han caído el 5,8%, y la baja en las exportaciones de aceite de oliva se desplomaron en un 83% (datos aportados por el Observatorio Español del Mercado del Vino, OEMV).

Al parecer, ‘alguien’ en España –como en los otros 3 países europeos involucrados en esta ‘lucha’ arancelarioa, no tuvo en cuenta todas las variables de la política…