Mie. 17. Abr 2024, Santa Fe - Argentina
Opinión

DE LA EXISTENCIA DE CRISTO… (Carlos P. Ávila)

DE LA EXISTENCIA DE CRISTO… (Carlos P. Ávila)

SANTIAGO-CHILE  (por Carlos Poblete Ávila)  Los seres humanos todos somos seres históricos, esto en tanto tenemos existencia en el tiempo; somos realidades de carne y hueso. Seres que por sus propias condiciones personales, sociales, de ideas  y culturales son autores de obras, de construcciones en esos planos, muchos de los cuales objetivamente trascienden.

Seres también poseedores, dotados de condiciones esenciales, intrínsecas, de energías, de voluntades, de moral que permiten concretar diversas realidades.

En estos días iniciales de abril, en mente de millones de personas en el mundo, un nombre, el de un hombre que se dice nació hace dos mil años está muy presente, es Cristo. Seguidores de su doctrina o no, de sus actos que registra la historia recuerdan a él con respeto.

Desde sus inicios el niño que nació en Belén marcó hitos, imágenes, porque dicho acontecimiento se hizo simbólico por su naturaleza, por sus condiciones. Una de esas circunstancias fue la precariedad material en la que nace, también la de sus padres, seres de necesidades. La imagen general construida y proyectada universalmente como mensaje es de impronta divina, piadosa.

Cristo el joven, principalmente Cristo el hombre, el personaje que ya mayor se hace un trashumante en pos de pregonar y establecer verdades, develarlas, y asentar principios éticos y, además anunciar el Nuevo reino -, no sé si exactamente también hacedor de milagros - ; según la historia señala todo lo hace en el plano íntimo-espiritual al costo de sus sacrificios, de sufrir la deslealtad y la decepción. El castigo físico que sufrió será también una herida tan lacerante como las otras.

Dejó una obra, un mensaje, un ejemplo según dicen las Escrituras, entiéndase los evangelios. Como sucede con personajes y con pueblos de la historia universal todavía hay mucho que hurgar en la existencia de un ser de tan nobles conductas y valores. La Biblia, indiscutiblemente un libro bien escrito es el texto más referencial.

Se enfrentó a los grandes poderes de su tiempo, a los abusadores, a los engendros de las injusticias.

Fue capaz de perdonar a sus agresores, y mediar por el perdón de otros pecadores.

Cristo demandó ante las miserias sociales de su época ' multiplicar los panes y los peces '.

Dijo que ' Pasará un camello por el ojo de una aguja, antes que un rico ingrese al reino de los cielos '. Por algo sería ...

Castigó, látigo en mano a los mercaderes que usaban los templos para negociar sus mercancías. Condenó a los estafadores, a los fariseos, a los explotadores, a los abusadores. Renunció a los bienes materiales, porque no se puede servir a Dios y a la riqueza.

Los poderosos de su época no le perdonaron tantas verdades, porque esas evidencias desvanecían sus opulencias.

Cristo fue fiel a su credo. También es el buen samaritano. Un rebelde. Dijo sentencias, habló mediante parábolas. Sangró su rostro por angustia y terror en el monte Getsemaní, fenómeno fisiológico que puede suceder. Conoció el mundo de la miseria, de los seres humildes, de campesinos y pescadores.

Como suele suceder desde este mundo humano, la existencia de un ser como Cristo no está exenta de especulaciones, de enjuiciamientos críticos, de versiones distintas por papiros hallados y, en consecuencia decir de él que su presencia raya en el mito. Que José no era su padre biológico. Que tuvo mujeres y descendencia.

Fue perseguido, atacado, desprestigiado, torturado y asesinado.

Hoy, en el curso de este siglo XXI las cosas y situaciones siguen tan iguales como en la anterior centuria e, inclusive más desvalidas. La sociedad humana está moralmente degradada, más decadente, están en severa crisis los más altos valores. Se ha agudizado la obsesión por tener y no ser. En lo humano y en lo social las condiciones de millones de personas son más precarias. Los abusos por las oligarquías  no cesan, tampoco la explotación que se hace de niños, de jóvenes, de hombres y mujeres. Se vive en el mundo de los estafadores, de los asaltantes de la ética; en el mundo del tanto por ciento; es el mundo del tanto tienes, tanto vales. 

¿ Qué diría ese Cristo que algunos dicen seguir y otros amar, si como señalan aquellas ' tan sagradas ' escrituras regresará a este mundo, y en la ocasión viera a quienes asisten a los templos en actitud de oración ..., y a curas - algunos nada ejemplares -, y a otros que hasta se persignan cada día ... y observara sus inconsecuencias ?

(Carlos Poblete Ávila, Profesor de Estado).