Dom. 12. May 2024, Santa Fe - Argentina
Opinión

MASSA – ROSSI: Y ESTO...? (Rodolfo O. Gianfelici)

MASSA – ROSSI: Y ESTO...? (Rodolfo O. Gianfelici)

SANTA FE-ARGENTINA (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  Aproximadamente ocho meses atrás –en la capital argentina-, conversando con una persona que está muy bien informada sobre temas nacionales e internacionales, fue claro y contundente al decirme: “La embajada va a tener dos candidatos: Rodríguez Larreta y Massa”.

Me pareció una exageración –en un cincuenta por ciento-. Creí que lo del macrista alejado de su jefe Mauricio Macri, era seguramente una candidatura entendible, comprensible y esperada. Un personaje que garantiza todos y cada uno de los intereses del poder mundial anglosajón, que aparece como un ‘renovador’ alejado de su jefe.

Algo así como ‘un cambio para que no cambie nada’. Tanto fue así que ello se correspondía con la esacandalosa intromisión del embajador de EEUU cuando refiriéndose a dicho político macrista lo citó con total amistad como “Horacio”, al que le recomendó (¿?) hacer un frente de unidad para sacar a Argentina adelante.

El tiempo fue pasando, Larreta se fue envolviendo en la dura disputa interna de tires y aflojes, llegando al tramo final hacia las PASO como el mejor posicionado dentro del espectro neoliberal y derechista (de Juntos por el Cambio).

Respecto al Frente de Todos y del peronismo en particular, el tema no era sencillo, porque se asistió a comentarios, operaciones, maniobras, alianzas, traiciones, saltos políticos, posicionamientos, des-posicionamientos, amagues, declaraciones, chantajes, presiones, coqueteos, que inclusive mostraron ‘acercamientos’ secretos –reuniones- con algún dirigente de la oposición.

Se elucubraba, se especualaba y se sucedían nombres y apellidos que eran acompañados por convocatorias desde la embajada de EEUU a dirigentes políticos y sociales con los que se intercambiaban (¿?) pensamientos.

Para mediados de este junio se tenía por seguro que Eduardo de Pedro sería un candidato, acompañado por un gobernador peronista, con el respaldo de Cristina Fernández. Sería la fórmula mayoritaria en cuanto a la segura colección de votos en las PASO, que debería competir con los candidatos impulsados por el presidente Alberto Fernández: Daniel Scioli y Agustín Rossi.

El resto de los que se presentaran con ambiciones presidenciales solo servirían para la estadística. Inclusive –para ser sinceros-, Scioli y Rossi, que podrían sumar algunos votos más, no tendrían con qué ‘dar pelea’ seria a de Pedro. Dentro de ese panorama, Sergio Massa había anticipado públicamente que si no había unidad, él saldría a competir (con su Frente Renovador). Lo cual era un aporte más al divisionismo y debilitamientos del oficialismo, donde seguramente Massa emergería como el segundo en las PASO, otorgándole mayor poder político a su espacio.

Desde el amplio espectro del peronismo se reclamaba una lista de unidad.

Así fueron transcurriendo los días hasta que inesperada y sorpresivamente se logró la ansiada unidad y mi interlocutor de ocho meses atrás... tuvo razón

La unidad del ahora denominado Unión por la Patria encuentra a Massa acompañado por Rossi. Casi casi, es para refregarse los ojos y no creerlo.

El anuncio ha caído como un baldazo de agua doblemente fría en infinidad de sectores. Los antecedentes de ambos –respecto al campo nacional y popular- no son los mejores. Massa fue echado del gobierno peronista en una oportunidad, por sus relaciones estrechísimas con el grupo Clarín y con la embajada de EEUU. Armó su propio partido; compitió; y ayudo a que el peronismo perdiera en 2015 y 2017.

Luego, la capacidad de Cristina lo hizo volver e integrarse al gran frente que desembocó con la victoria sobre Mauricio Macri en 2019. A partir de allí –desde la Cámara de Diputados- tejió una sólida alianza y a mistad personal con Máximo Kirchner, garantizando la unidad del Frente de Todos.

Más tarde, y ante el irresponsable portazo de Martín Guzmán, se hizo cargo del Ministerio de Economía en un momento dificilísimo para el gobierno; y allí permanece, donde ha logrado algunos avances en lo macro económico, pero sigue siendo derrotado en la micro economía, donde los amlios sectores de la sociedad argentina son golpeados por la inflación.

Ahora busca acordar con el FMI una re-negociación del acuerdo firmado por Alberto Fernández, que es im-pa-ga-ble (incumplible), mientras busca avanzar en algunos acuerdos con China (que son muy mal mirados por EEUU). Toda esta tarea ha ido desgastando a Massa que no aparecía como un “candidateable” en medio de semejante inflación que se sucede mensualmente.

Pero claro, la situación inmovilizadora y quietista impuesta por la dirigencia en el interior del peronismo y del Frente de Todos –como en Unión por la Patria, seguramente-, ha obligado a negociar y renegociar internamente. A ‘barajar y dar de nuevo’, ante el divisionismo que algunos irresponsables (vaya a saberse con qué intenciones...) impusieron. Y fue allí donde ese mismo debilitado Massa, apareció como una “síntesis” (¿?) para la unidad...

Respecto a Rossi, no suma absolutamente nada. Inexistente en su propia provincia (Santa Fe), carece de inserción en las bases. Un funcional funcionario de distintas etapas que se considera “kirchnerista”... pero a su manera. Tanto que en los últimos tiempos se convirtió en persona afín a Alberto Fernández y el ‘albertismo’ que –con alguna otra agrupación interna- fogoneaban el ‘pase a retiro’ de Cristina y el lanzamiento de una durísima ofensiva contra la agrupacón La Cámpora (que lidera Máximo Kirchner).

Esta candidatura unificadora ha convencido (en mayor o en menor medida) a diferentes sectores dirigenciales de la Unión por la Patria. De seguro movilizará a sectores internos que –recordando a Juan D. Perón- aceptarán “tragarse un sapo” (o dos, en este caso). Lo que será más difícil es que otros sectores de base se movilicen y voten a dicha fórmula. Se trata de dos dirigentes totalmente alejados de los sectores militantes del peronismo.

La pregunta del millón (de pesos, no de dólares porque faltan reservas) es porqué Cristina Fernández forma parte de esta unidad. Y allí es donde aparecen algunas respuestas que duelen. Posiblemente por:

·         La extrema debilidad de Argentina ante el poder mundial anglosajón

·         La posibilidad que el divisionismo interno solo sirva para que Juntos por el Cambio vea simplificado su triunfo presidencial

·         La traición extrema y el encolumnamiento liso y llano de importantes dirigentes de Unión por la Patria, ante las directivas de la embajada de EEUU

·         La incapacidad negociadora en el momento crucial

·         La debilidad manifiesta al no poder ‘poner sobre la mesa’ el caudal electoral propio (de Cristina), ante el inmovilismo que ella y todo el “kirchnerismo” impuso al sector desde siempre

·         Que le hayan hecho caso a las engañosas encuestas y sondeos de opinión que indicaban que Massa “medía” más que de Pedro.

Este pobrísimo y deudor (con sus votantes y el pueblo en general) gobierno hace rato que está en cuenta regresiva y no puede cambiar absolutamente nada. Lo que fue incapaz de hacer antes, no lo puede hacer ahora (si lo deseara), en medio de una campaña electoral y de marcharse.

En medio de ello, el presidente debe sertirse satisfecho, porque afrontó bien el grave problema de la pandemia, lo cual ha sido el único ‘triunfo’ mostrable. Pero igualmente, él debe sentirse satisfecho porque impuso un ajuste y evitó un estallido social; debilitó al peronismo; acordó con el FMI como dede el mismo querían; y ahora ha logrado una fórmula oficialista acorde a lo deseado por la embajada de EEUU...

Lo que viene ahora ya no es tema suyo. La responsabilidad de de los responsables de esta unidad que deberán elaborar un programa creible. Pero seguramente el trabajo más agotador (imposible?) será que esta fórmula motive, sea creible y tenga el respaldo de sectores del campo nacional y popular.

Mientras esto sucede, en Jujuy sigue reinando Gerardo Morales con sus políticas neoliberales, entregadoras y fascistas; las góndolas siguen mostrando su poder ante los bolsillos ‘cada vez más pobres’ de la ciudadanía; la “alternativa” a Alberto Fernández –Juntos por el Cambio- continúa derechizando su discurso y prometiendo una Argentina de exclusión, de rodillas, claudicante y de odio.

Si fuéramos meteorólogos diríamos que se acerca un frente de tormenta que tendrá duranción por tiempo indeterminado...