CÓRDOBA-ARGENTINA (por Manuel Justo Gaggero) Un viaje hacia las utopías revolucionarias. Exilio. Deliberando en el desierto.
Avanzado el mes de junio de 1982 seguíamos en esa ciudad impactante y fascinante que era Trípoli la capital de la Yamahiriya Republica Arabe Libia Popular y Socialista.
Con algo más de 700 mil habitantes, sus modernos edificios albergaban a los mismos. Estos recibían las viviendas sin realizar ningún pago; siendo además gratuitos los servicios -luz, agua y gas-. El barrio árabe, que visitamos, era como una rémora del pasado y en él encontramos una mezquita que tenía, según nuestro guía, más de dos mil años. En la plaza central se reunía el pueblo a escuchar a su líder quien les trasmitía los principales conceptos del “Libro Verde“ que era el Decálogo de la Revolución que había derrocado a la monarquía y puesto final a la dependencia semi colonial en 1971.
Los ingresos, que provenían del petróleo, cuya explotación había sido nacionalizada, alcanzaban a los 12.500 millones de dólares ese año los que se volcaban en garantizar un buen nivel de vida a los 3 millones seiscientas mil personas que habitaban en este país. Realizamos una visita a la Universidad y nos sorprendió la cantidad de estudiantes que cursaban en la misma, muchos de ellos provenientes de países vecinos.
Se interesaron por saber que pasaba en Argentina por lo que hicimos copias y distribuimos el documento que en español y en inglés analizaba la “Guerra de Malvinas” y el genocidio llevado a cabo por la dictadura cívico militar. La historia de esta ciudad se remonta a varias décadas antes de la era cristiana. En esta región los fenicios fundaron varias ciudades puertos para albergar a sus naves, que luego fueron ocupadas por los cartagineses.
Posteriormente, la expansión del Imperio Romano las puso bajo su dominio. Las más importantes fueron Leptis Magna y Sabrata. La primera fue ungida como capital de la Provincia Romana de Africa y creció durante los periodos de Augusto y Tiberio. En 193 DC el emperador Lucio Septimio Severo, que había nacido en la misma, le dio un impulso especial ya que la convirtió en una colonia de verano e instalaba las principales instituciones de su gobierno en esta.
Al mismo tiempo que realizábamos las visitas mencionadas nos entrevistamos con el representante de la Revolución Iraní, el Ayatollah Alí Montanzeri. Los ayatollahs son dirigentes políticos y religiosos ya que el Islam no diferencia entre una y otra postura. Este nos explicó que su función era la de hacer conocer los principios y objetivos del proceso revolucionario iniciado en la nación persa en 1979.
Hablaba español por lo que la reunión se desarrolló sin obstáculo alguno. Comenzamos explicándole el marco en que se desarrollaba la vida social, política y económica en nuestro país producto de la gestión criminal de la dictadura cívico militar y el nuevo escenario que se había generado con la ocupación militar de las Islas Malvinas.
Escuchó con atención y para ampliar nuestra exposición le entregamos el Documento suscripto por Enrique Gorriarán Merlo que hemos mencionado anteriormente. Por su lado nos hizo entrega de una publicación en la que se consignaban los objetivos inmediatos de la Revolución: nacionalización de los recursos naturales, alfabetización, disminución de la pobreza, atención de salud para todos los pobladores, acceso a la educación universitaria sin discriminación de género y crecimiento productivo y científico.
Luego de este rico intercambio de información nos encontramos con el representante en el Congreso del Frente Popular para la Liberación de Palestina una organización marxista, leninista, laica que expresaba a una corriente dentro de la Organización para la Liberación de Palestina liderada por Yaser Arafat.
Nos explicó que ellos consideraban que la única manera de frenar el avance del Estado de Israel y los crímenes que cometía este era mediante la lucha armada. Manifestó que lamentaban que no era unánime la postura de las naciones árabes en defensa de su pueblo víctima del holocausto sionista y destaco como uno de los más firmes defensores de su pueblo al que nos recibía y había convocado a este Congreso.
Contemporáneamente con estas reuniones bilaterales seguimos participando del bloque de movimientos revolucionarios de Latinoamérica y el Caribe en el que fuimos precisando los temas que solicitaríamos se incluyeran en la Declaración Final. Finalmente se nos informó que se iniciaban las deliberaciones. Los miles de delegados nos concentramos en una impresionante carpa ubicada a pocos kilómetros de la ciudad en medio del desierto.
Todos teníamos una especie de pupitre y delante del mismo el nombre de la organización del país que representábamos. En un momento dado el que oficiaba de Presidente de la Comisión Organizadora anuncio que se hacía presente el Líder de la Nación para dar por iniciadas las deliberaciones. Empezaron a sonar los tradicionales bombos e ingresaron al escenario varias mujeres portando fusiles ametralladoras AK 47. Eran la custodia de Khaddafi que además con su presencia trasmitían un mensaje de valorización del sexo femenino ya que el Jefe de la Revolución que había transformado este país le decía a su pueblo que confiaba la seguridad en ellas.
Posteriormente y con gran teatralidad apareció el que lideró la Revolución en 1971 que puso fin a la monarquía. Llevaba una túnica blanca y el tradicional turbante. Todos de pie comenzamos a aplaudir y en los más variados idiomas y dialectos saludábamos aquel momento mágico en el que nos sentíamos parte de esta historia común a los pueblos del Tercer Mundo.
¿Cuáles fueron los más importantes anuncios y propuestas en el inicio del evento?¿Quiénes conformaron una Delegación muy particular que llegó desde la Argentina? Estos y otros temas los abordare en la próxima nota de esta saga (Abogado y periodista. Ex Director del diario “El Mundo” y de las revistas “Nuevo Hombre” y “Diciembre 20”).
