BARCELONA-ESPAÑA (PrensaMare)  Con una cosecha un 50% inferior a la habitual debido a la sequía y los altos costos de los insumos, los precios del aceite repercuten negativamente en agricultores y consumidores.

Se considera que se está ante una situación coyuntural y que las lluvias cambiarían la tendencia, según los representantes del sector olivarero.

Con una producción media anual de 1.373.000 toneladas, España es el principal productor mundial de aceite de oliva. Y sus exportaciones son importantes entre los productos agroalimentarias que van al exterior.

Más de 300 millones de olivos cubren una superficie cultivada superior a 2 millones de hectáreas, equivalente a más del 25% de la superficie olivarera mundial.

Pero últimamente se han caido las cifras de producción. La persistente sequía desde la campaña 2021-2022 ha provocado una reducción del volumen producido y el Ministerio de Agricultura consigna únicamente la existencia de 663.336,07 toneladas de aceite de oliva. Menos de la mitad de lo habitual a julio de 2023.

A la sequía se agregaron el alza de precios de combustibles y de fertilizantes, elevando el precio de venta al consumidor. De media, un litro de aceite de oliva extra virgen pasa ya de los 9 euros en las tiendas españolas.

El precio en origen (el que se paga al productor) ha sido en julio de 7,10 euros por kilogramo. Se trata de un 98% más que un año (cuando se fijó en 3,57 €/kg) y casi un 116% más que hace 2 (3,29 €/kg).

Ocurre lo mismo con el resto de variedades, que experimentan también incrementos importantes (un 83,7% el de oliva lampante y un 68,4% el refinado).

En 2020, en plena pandemia, el precio del aceite de oliva se situó en 1,96 euros/kg. Desde entonces, no ha dejado de incrementarse. Terminando agosto, los primeros datos indican un precio en origen cercano a los 8 €/kg.

Los agricultores no se benefician de la situación, pues no hay suficiente producto para generar un margen aceptable de ganancias. La suma de la producción de las 2 últimas campañas apenas alcanza la producción media habitual.

El principal perjudicado es el productor. En la provincia de Jaén, principal zona productora mundial, llevan 2 campañas consecutivas con una cosecha en torno a un 70% menor de lo habitual.

Pero se duplicaron los gastos energéticos. La sequía se está alargando un año más de lo que debiera, y no tiene precedentes. Se espera que una vez superada la sequía, habrá una superproducción. Porque el árbol está descansado y luego rinde mucho más.

El aceite de oliva es un componente básico de la dieta mediterránea y un producto esencial en la compra de los españoles. Pero el consumo se ha caída a causa del precio final. Esta alza no llega a los productores.

Algunos de los precios en supermercados, a fin de agsto 2023, son:

• Aceite de oliva intenso Carbonell (litro): 8,99 euros
• Aceite virgen extra de la misma marca (litro): 9,99 €
• Aceite Hojiblanca (litro): 10,50 €
• Aceite Oro Bailén virgen extra (medio litro): 10,95 euros.

Un estudio profundo efectuado por empresas oleícolas ratificó el declive observado durante el primer semestre del 2023, en cuanto al consumo de aceite de oliva (comparando las últimas 4 campañas).

Este estudio analizó:

• Todos los tipos de aceites y grasas consumidos en España
• Se relevaron 63 hipermercados
• Se relevaron 250 supermercados
• La clientela potencial era de hasta 2,6 millones de consumidores.

El resultado fue contundente: la demanda nacional se ha reducido un 51%.

Por cada euro adicional de incremento sostenido en el tiempo de precios en origen, se produce una caída del consumo interno acumulativo de más de 40.000 toneladas.

Ante esta situación, desde la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), consideran la necesidad de regular el mercado del aceite de oliva para ser rentables. Ello va –directamente- en contra de la “libertad de mercado”.

Los productores han estado 4 años vendiendo el aceite a 1,80 €/kg, y en agosto de 2023 no hay aceite y se pone a 8 euros.