MONTEVIDEO-URUGUAY (por Jorge Aniceto Molinari)  (Abordando eso gris, que parece la teoría).

Han transcurrido 106 años, en Rusia por el calendario usado entonces por ellos, era el 25 de octubre.

La guerra como fenómeno inter capitalista, dejaba  millones de muertos,  mutilados, además de secuelas de todo tipo, entre las poblaciones de los pueblos a los que afectaba. En contrapartida el capitalismo encontraba nuevas formas que aceleraban su desarrollo.

No fue la última, en la humanidad nunca han dejado de prepararse  para nuevas guerras mundiales, es la industria que cuenta con los mejores técnicos y los mejor pagos, y a la vez juega con el destino de la humanidad toda, provocando conflictos en los que prueban sus poderíos y desarrollan una industria que permite equilibrar sus presupuestos a la vez que aumentan sus cargas impositivas que descargan a través del dominio de la moneda sobre los pueblos menos desarrollados de la humanidad.

Marx y Engels en múltiples textos, analizaron el fenómeno, y mostraron como los trabajadores del mundo debían prepararse para responder organizados y desarrollando un programa; el Manifiesto Comunista fue el primero y el más notorio.

También advertían que como modo de producción el capitalismo iba a desarrollarse hasta llegar a los límites del planeta, y que su superación implicaba una lucha organizada y constante de los trabajadores para ir arrancando conquistas que internacionalizaba los progresos sociales.

Lenin que conocía profundamente estos textos, frente al fenómeno de la primera guerra mundial, previó con claridad la caída del zarismo y el pasaje a un desarrollo superior de la sociedad rusa.

En ella su tarea era la de construir instrumentos que permitieran, desarrollar los existentes: sindicatos, consejos de sectores y regionales (los soviets) y la organización política.

Escribió cientos de notas y tres libros fundamentales que aún hoy son angulares en la organización de las luchas sociales: Materialismo y empiriocritiscismo, El Estado y la Revolución, y El Imperialismo fase superior del capitalismo.

La conducción de la revolución rusa fue magistral, pero a la vez fue una prueba de desgaste permanente y de pérdida de cuadros fundamentales. Entre ellos Y. Svedrov por ejemplo, que muere en 1921, que en la revolución fue el responsable central de la organización del Partido. De él no se conocen textos pero era el cuadro esencial, que organizaba las directivas de Lenin.

La sociedad superaba el zarismo, a la vez tenía en la conquista general de derechos que hasta ese entonces no les eran reconocidos, la dictadura del proletariado permitía avanzar hacia ellos, eran pasos hacia el socialismo que aun correspondía a una meta realizable a empujar por los países más desarrollados. Lenin explicaba claramente que la dictadura del proletariado no tenía como objetivo implantar el socialismo.

Sin embargo dos de las principales actores, dirigentes de la revolución, propiciaban uno, sustituir la relaciones sociales por el comunismo de guerra –León Trotsky- , el otro que era posible construir el socialismo a paso de tortuga – Nicolás Bujarin-.

En 1924 muere Lenin; la conducción ya había tomado el camino de construir un Estado, al que primero llamó socialista y más tarde comunista y para ello fue eliminando a todos los cuadros responsables de la conducción de la revolución.

El capitalismo tal como lo había previsto y estudiado Lenin se preparaba para una nueva guerra mundial en ella le era fundamental destruir a la Unión Soviética que aún con el retroceso que significó el stalinismo era un ejemplo que le quitaba el sueño.

Subestimaron a los cuadros en el ejército rojo que la revolución había construido. Ellos fueron capaces de resistir y reorganizar al pueblo ruso para destruir al fascismo.

Hubo un intento claro y que aún persiste, de borrar las enseñanzas de los maestros. Pero la humanidad sometida nuevamente a guerras que comprometen su existencia, tiene en ellas –los escritos de los maestros-  los instrumentos para transformar en forma revolucionaria esta realidad.

Se quiso presentar al socialismo como la suma de estados con economía estatizada que no podían competir con el capitalismo. La revolución china, y la vietnamita –luego de una resistencia heroica ante el imperialismo yanqui- están mostrando hoy que se está retomando el camino de los maestros.

Sin embargo falta el programa para que haya una superación en paz de la predominancia del modo de producción capitalista.

Los partidos de izquierda en el mundo en su inmensa mayoría se miran el ombligo de cada realidad nacional sin responder a la necesidad de una respuesta programática ecuménica.

El desarrollo del capitalismo en su propio avance en crisis ha generado los instrumentos para ser superado.

Necesitamos que así como existe el metro, el kilo, el litro como las más comunes de las medidas universales, exista también la moneda única y universal.

Necesitamos que los impuestos se apliquen sobre el giro del dinero, dando muerte a los paraísos fiscales, ninguna transacción será válida sino está registrada donde la sociedad democráticamente lo determine, y dando muerte también a los sistemas impositivos basados en los salarios y las pensiones.

Sobre esta base la humanidad necesita de un acuerdo de Gobiernos, Partidos, organizaciones sociales de todo tipo (propuesta de Rodney Arismendi) para reconvertir la industria de la guerra y ponerla al servicio de los objetivos básicos de los pueblos: la salud, la educación, la vivienda, el trabajo de todos.

Salud a 106 años del triunfo de la revolución rusa a los gloriosos bolcheviques.