SANTA FE-ARGENTINA (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  Para conocer a ciertas personas lo mejor es que gocen de la mayor libertad, para así poder expresarse.

El caso que nos ocupa es el del titular de la oposición neoliberal y derechista en la Cámara de Diputados, Cristian Ritondo. Él lidera al bloque del PRO (que integra Juntos por el Cambio); llamativo nombre para una fuerza política que pretende el retorno a lo más retrógrado de la política en el país...

El jueves primero de noviembre de 2022, los diputados debían elegir autoridades del cuerpo y tratar importantes temas. Pero no se pudo, porque Juntos por el Cambio montó una agresiva payasada política para hacer abortar el funcionamiento legislativo.

Un hecho que no debe llamar la atención, porque es la misma fuerza que supo dejar al país sin presupuesto...

Dentro de dicha maniobra se pudo observar a Cristian Ritondo retirándose del recinto como si liderara a una barrabrava, ‘saludando’ y realizando un gesto obsceno (foto).

Daba la situación para un hecho de tales características...? (suponiendo que alguien pudiera justificar tal tipo de reacción) No; en absoluto. Sin embargo él apeló a una actitud de un degradado machismo, vulgar, y de muestra de violencia contra la mujer.

Vale la pena explicar o demostrar qué hizo este legislador nacional...? Si; porque lo pinta de cuerpo entero como persona e ideológicamente.

Ritondo, festivo, satisfecho, burlón y jocoso alzó sus manos e introdujo el dedo índice de una de ellas en un círculo hecho por los dedos índices y mayor de la otra mano.

Una demostración no solo de falta de respeto, sino de autocalificación; un aspirante a barrabrava que trabaja de legislador nacional, percibiendo un sueldo pagado por los ciudadanos. Un violento contenido por la democracia, pero que al menor goce de una libertad no entendida, no dudó en mostrar su violencia y fascismo.

Seguramente su machismo lo llevó a realizar dicho gesto dirigido a la titular del cuerpo (una mujer), Cecilia Moreau.

Ritondo graciosamente se considera –seguramente- un “triunfador”. Por lo menos así lo dejó en claro al destratar la investidura que representa la presidenta de la Cámara, pero también por ser mujer.

Pero... acaso Ritondo ha estado solo en este hecho vulgar...? No; en absoluto. Lo han acompañado todos los integrantes del PRO (y de otros partidos opositores) que no repudiaron su actitud. Un hecho que se agrava cuando dentro de dicho bloque aparecen mujeres del PRO.

El silencio de ellos y ellas... no es salud. Este silencio es la ratificación del odio, del desprecio, de la violencia, del fascismo. Algunas y algunos de dicho bloque suelen mostrarse defensores/as de las mujeres que son agredidas por el hombre. Pero en este caso no...

Como buen cínico, Ritondo más tarde subió un video a una red social mostrándose tal como es, aunque no en plenitud. Porque de ese video excluyó () la imagen con su vulgar gesto.

Si su primera actitud es repudiable y causa asco, la segunda (ocultando la anterior), es la confirmación de su cobardía.