Dom. 28. Abr 2024, Santa Fe - Argentina
Opinión

SE REEDITARÁ “LA GRAN ABELARDO RAMOS”...? (Rodolfo O. Gianfelici)

SE REEDITARÁ “LA GRAN ABELARDO RAMOS”...? (Rodolfo O. Gianfelici)

SANTA FE-ARGENTINA (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  En algunas oportunidades resulta interesante retrotraernos a algún momento histórico, como para buscar respuestas o para imaginar alguna conclusión.

No es un simple acto memorioso, sino un acto político, porque –por la edad- en alguna forma hemos sido protagonistas; y porque ahora –por la edad- hemos pasado a convertirnos en “RE” (Retiro Efectivo) o sin ser tan sutiles: descartados.

En 1973, en la elección del 11 de marzo, la fórmula Héctor Cámpora-Vicente Solano Lima gana con algo más de 5,89 millones de votos; representando el 49,53%. Segundo fue el radicalismo (2,5 millones y el 21,29%).

El ganador Frente Justicialista de Liberación estaba liderado por el peronismo y lo integraban –entre otros, el Movimiento de Integración y Desarrollo, el Partido Conservador Popular, y el Encuentro Nacional de los Argentinos. Si bien el FIP (Frente de Izquierda Popular) apoyó el frentismo de Juan Domingo Perón, presentó la fórmula del teórico y político Jorge Abelardo Ramos (Foto), acompañado por José Silvetti.

Apenas pudo cosechar en todo el país 48.571 votos, obteniendo el magro 0,41%.

Tras que Cámpora debiera renunciar, y se produjera el interinato de Raúl Lastiri, se convocó a nuevas elecciones para el 23 de septiembre de 1973, que le permitirían a Perón ganar y ser por tercera vez presidente.

La fórmula fue la de Perón-Perón, porque el líder impuso como acompañante a su cónyuge, María Estela Martínez. Una composición apoyada por la burocracia sindical (ha desaparecido esta expresión...?), la ortodoxia, y la derecha peronista. Inclusive contó con el beneplácito del establishment.

El Frejuli (Perón-Perón) obtuvo más de 7,3 millones de votos; que significó el 61,86%. Segundo el radicalismo con 2,9 millones (24,42%).

Pero lo que deseamos recordar fue el papel del FIP en esta compulsa electoral. Porque el FIP, al presentarse Perón a la elección, decidió no presentar fórmula propia, y apoyar al Frejuli; pero con su propio voto. Allí obtuvo 889.727 votos, que significó el 7,48%.

Qué había pasado para que en tan pocos meses el FIP tuviera semejante crecimiento...?

Sencillo: Cientos de miles de peronistas decidieron dar su apoyo a Perón, pero demostrándole que no estaban de acuerdo con quién él había elegido de acompañente (su cónyuge). Así, votaron al Frejuli, a través del FIP.

No fue un hecho programado a nivel nacional, sino que fue una reacción que se expandió “boca a boca”. De esa forma, este pequeñísimo partido de izquierda, que el 11 de marzo apenas obtuvo el 0,41% de los votos, ascendió al 7,48% del padrón, que significó (dentro de la totalidad de votos obtenidos por el Frejuli) un aporte de más del 12% de los votos.

Que Perón eligiera a su cónyuge -que era una persona limitada políticamente, sin construcción política, sin estructura propia, impedida de construir y generar política-, fue una forma de cerrar la lucha interna ideológica y de establecer que por su decisión existían “vencedores y vencidos” (internos).

Con el agravante que Perón era conocedor de su delicadísimo estado de salud; inclusive él, que era una persona con un gran poder mental, en un reportaje de la revista Primera Plana en 1964 había dicho (ante una pregunta sobre su edad) que le quedaban 10 años de vida (falleció el 1-7-1974).

Este tema de su salud no era un dato menor. Porque ya en su exilio madrileño, la embajada de EEUU recibía información de ella, a través de su colaborador, el médico Antonio Puigvert que en Barcelona atendía a Perón.

Tanto es así que Perón (a sabiendas de la existencia de esa “colaboración”), estando en su residencia bonaerense de Vicente López le envió una carta personal al médico (antes de las elecciones de septiembre de 1973) comentándole que “los muchachos quieren que sea presidente”. Un comentario que sabía de antemano, llegaría a oídos de la embajada de EEUU en Madrid.

Por esos días, con la información que tenía Puigvert de cómo estaba la salud de Perón en Argentina, se arriesgó a informar a la embajada que estimaba que le quedan alrededor de seis a ocho meses de vida.

Con lo cual, Perón estaba enviando un claro mensaje al poder mundial anglosajón en el sentido que se haría cargo del gobierno en breve; luego, con la elección de María Estela Martínez como su compañera de fórmula, estaba dando tranquilidad en cuanto al rumbo ideológico. Lo que conducía a la conclusión que -tras su cercana desaparición-, la viuda sería quien conduciría el país.

Todo esto no tiene nada que ver con las posibilidades de vida de Sergio Massa ni de Agustín Rossi, los precandidatos de Unión por la Patria. Ellos (todo indica) gozan de muy buena salud y quienes confían en los mismos (dentro y fuera del peronismo) pueden estar tranquilos...

El recuerdo de aquellas elecciones de septiembre de 1973 y el espectacular colectado de votos del FIP nos lleva a preguntarnos si no se producirá en las PASO, una imitación y asistieremos a “la gran Abelardo Ramos”.

Que como muestra de enojo, oposición, y/o rechazo a la fórmula Massa-Rossi, se conviertan Juan Grabois y su compañera de fórmula, Paula Abal Medina (hija de Nilda Garré) en la canalización de una reacción interna. Que su postulación (sin estructura, sin aparato, sin acuerdo con ‘caciques’ del peronismo), demuestre que existe una posición interna que reclama ser escuchada.

Que el desinterés de Alberto Fernández –primero- y el desinterés de la mentada “unidad” –después- constituyen hechos de máxima gravedad que solo sirven para conducir al peronismo a un matadero.

Posiblemente el votar Grabois-Abal Medina sea el primer paso para comenzar a generar los anticuerpos para que el peronismo comience a reaccionar y a romper el inmobilismo que le impuso su clase dirigencial.