HOBART-AUSTRALIA  (PrensaMare)  Un total de 380 ballenas piloto murieron al quedar varadas en una bahía de Tasmania (estado insular australiano). Otras 88 fueron rescatadas mientras que socorristas debieron sacrificar a algunos animales que sobrevivieron.

Las ballenas encallaron en bancos de arena en la costa oeste de la isla de Tasmania. Mientras tanto la situación puede agravarse pues algunos sobrevivientes no tienen garantizada la vida.

Se trabaja desde los Parques Naturales de Tasmania sobre los animales que cuentan con más posibilidades de éxito. Alrededor de 60 personas, entre expertos en protección del medio ambiente y empleados de granjas acuícolas cercanas, han pasado horas en las heladas aguas de Macquarie Harbour, entre los cetáceos moribundos. Los socorristas trabajan con el agua hasta la cintura o el pecho.

El problema está en que algunos animales liberados del encallamiento, decidieron regresar con sus familiares yvolvieron a encallar por segunda vez.

También se analiza la forma de evacuar los cadáveres de los casi 400 mamíferos muertos. El tema es que una vez abandonados los cuerpos mar adentro, pero se hincharán y flotarán. Ello puede ser un peligro para la navegación, contaminar la bahía y atraer tiburones y otros depredadores.

El tema está en que la descomposición de tantos animales podría afectar a los niveles de oxígeno en partes de la bahía y perturbar la vida marina en ese lugar.

Se desconoce el motivo por el cual las ballenas encallaron en masa, algo que los científicos llevan décadas estudiando. Algunos investigadores sostienen que estos cetáceos pueden haberse desviado de su ruta, atraídos por comida cerca de la orilla; también que pueden haber seguido a uno o dos de ellos que se extraviaron.