ROMA-ITALIA (PrensaMare) Hakan Sukur ha sido uno de los mejores goleadores de la historia del fútbol turco (que anotó 51 goles con su selección). Tanto es así que marcó 295 goles con el Galatasaray.
Es un ídolo de los turcos, pero él no puede regresar a su patria por orden del dictador Recep Tayyip Erdogan.
Está perseguido políticamente acusado de tener supuestas vinculaciones políticas con el clérigo Fethullah Gulen (al que le endilgan haber intentado derrocar a Erdogan en un golpe de Estado; todos los que tuvieron relación con él fueron declarados terroristas de FETO).
Se emitió una orden de arresto contra Hakan Sukur acusado de terrorista, por lo que el delantero tuvo que abandonar Turquía al comportar esos cargos de los que se le acusan cárcel (su padre fue encarcelado y murió en prisión) o la pena de muerte.
Ha perdido todos sus derechos.
Su trayectoria incluyó vestir las casacas de Sakaryaspor, Bursaspor, Galatasaray, Torino, Internazionale, Parma y Blackburn Rovers. Le ha sido quitada la nacionalidad (usa la de Albania); le embargaron sus negocios y cuentas corrientes, y debió emigrar a Estados Unidos.
"Es mi país. Amo a mi gente, a pesar de que sus ideas sobre mí están distorsionadas por los medios controlados", contaba Sukur al 'New York Times' en 2018.
Está radicado en California (EEUU), en los alrededores de San Francisco: "Soy conductor de Uber y vendo libros", explicaba en el 2020. También realiza algunas tareas como entrenador de fúbol base.
Los amantes de los mundiales recuerdan que fue el autor del gol más rápido en la historia de los Mundiales, marcó a Corea del Sur a los 11 segundos en el Mundial de 2002.
Antes de ser conductor de Uber abrió una cafetería y una panadería, pero se vio obligado a cerrarlas al sufrir presiones al trascender su identidad. Cuando habla ante la prensa sostiene: "Nunca hice nada ilegal, no soy un traidor ni un terrorista".
Se retiró del fútbol en 2008, sobre las causas que le obligaron a abandonar su país que preside Recep Tayyip Erdogan.