SANTA FE-ARGENTINA (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  En medio de un domingo frío se votó en elecciones PASO en la provincia santafesina. Un frío que también alcanzó al ambiente político y a varios candidatos...

No vamos a analizar a quien beneficia este sistema, porque no es el momento; es lo que hay. Dentro de ello, se notó el fuerte poder –nuevamente- de los poderosos y hegemónicos medios de comunicación, instalando a ciertos personajes, protegiéndolos, e ignorando a muchos otros. Son las leyes del mercado –dirán algunos-.

Lo concreto es que la provincia ya venía con unos antecendentes inolvidables; tanto fue así que en dos oportunidades (2), los sectores medios casi hacen gobernador al chistoso, racista, guarango, inepto, ordinario (y condenado) Miguel del Sel (¡).

Inclusive convirtieron en diputada (sin vivir en la provincia) a una señorita mediática que se hizo conocida en el país, por -dijo ella- hacerle algún favor sexual a un cantante británico...

En medio de ello, el peronismo pagó su lamentable gestión neoperonista de Omar Perotti y su cerrado grupuzculo. Casi se diría que la tarea iniciada por Carlos Reutemann y Jorge Obeid, de destruir al peronismo desde adentro mismo, lo ha cumplido a la perfección del brazo de otros ‘mariscales de la derrota’.

En definitiva. Se votó y el derrotadísimo actual intendente capitalino (que buscaba la reelección) Emilio Jatón, encontró como respuesta a su inesperadísima (para él) derrota que: “la política tiene estas cosas”.

Claro que cuando de presentador televisivo de noticias se transformó en político y luego en intendente, no dijo lo mismo... Pero así es la política: él fue un producto televisivo, y ahora le ganó otro producto televisivo.

Porque el médico Juan Poletti se hizo conocido durante la pandemia al ser el titular del Hospital Cullen. Allí debió aplicar la política de salud del gobierno provincial y del gobierno nacional y se salvaron muchas, muchísimas vidas.

Ese aparecer practicamente en forma diaria en el noticiero del Canal 13, lo instaló como un comensal más en la mesa de los capitalinos (en los mediodías y cerca de la cena). Hasta que de un día para el otro... se convirtió en político y se sumó (como era de esperar) al sector neoliberal y antiperonista de la política local: Juntos por el Cambio, apadrinado –nada más y nada menos- que por Mario Barletta...

Fue así que se conoció que él estuvo en contra de la política de salud que debió aplicar. Dijo que su referente y guía era el Ministro de Salud porteño, el cuestionadísimo Fernán Quirós. Si El mismo que impulsaba el no cuidado durante pandemia, alimentando las muertes; el mismo que lleva años confrontando con los trabajadores de salud; el mismo que desinvierte en política sanitaria; el mismo que quita derechos en la atención de ciudadanos.

Un Poletti que dice que nunca se enteró que una persona bajo sus ordenes en el Hospital le cobraba coimas a trabajadores contratados, para que mantuvieran dicho trabajo (existiendo denuncias y casua judicial en marcha)...

Bueno, este Poletti que se hizo conocido por aplicar una política a la que él se oponía (pero salvó vidas), fue votado ampliamente por los santafesinos. El mismo que reconoció que no poseía equipos de trabajo. El mismo que anticipó como principal objetivo que los santafesinos aprendan “a sacar la basura en horario”. El mismo que es respaldado por un Barletta que siendo intendente (2007-2011) tuvo un paso más que lamentable y pobrísimo por la ciudad.

Por otro lado, se tuvo a un ganador Maximiliano Pullaro a nivel provincial que causa alarma. Por un lado, porque nadie sabe de dónde sacó tanta plata este personaje para invertir en semejante campaña publicitaria; no quedó espacio oral, televisivo, escrito y de internet, donde no apareciera. A lo que se le agregó el incondicional respaldo y apoyo de los medios que lo blindaron inclusive, ante las denuncias efectuadas desde su propio espacio ideológico (por su competidora, la mediática Carolina Losada). El poder de la (futura) pauta publicitaria en fortísimo

Porque este Pullaro es el mismo que fuera Ministro de Seguridad del gobernador Miguel Lifschitz, en tiempos de la ‘fiesta socialista-radical’ (2007-2019). Una etapa donde el avance del poder del narcotráfico ha sido escandaloso. Con un conocimiento social sobre la gran proliferación de kioscos de venta de drogas en todos los barrios, en todas las localidades santafesinas. Con un nivel de corrupción (y condenas) en todos los niveles policiales escandaloso.

Y donde en una causa narco en el Tribunal Federal, sobre el hallazgo del recodado camión carga con drogas en la localidad de Colastiné, uno de los policías declaró que esa droga no se podía tocar “porque era del área política del Ministerio de Seguridad” (¡).

Una declaración que no hizo más que ratificar lo que era conocido en dicho Ministerio, en la Policía y en la zona de la costa santafesina. Donde dejó abierta la duda en cuanto que entonces existía otra droga que ‘si se podía tocar’...

Con la gravedad –como si faltara algo- que la justicia Federal no profundizó, no avanzó, y no citó a nadie del “área política del Ministerio de Seguridad” (con Pullaro a la cabeza).

Qué nos puede sorprender, en esta provincia. Absolutamente nada.

El territorio se ha convertido en un mega dique portuario para que por ruta fluvial-marítima se abastezca de drogas a Europa, pero particularmente a EEUU.

Es así que se da la rara (o no tanto) paradoja, donde la política de Juntos por el Cambio ha sido (2015-2019) y es la de tener una Argentina proveedora de materias primas: cereales, carnes, minerales. Nada de valor agregado; un país atado al atraso y a la nueva reconversión impuesta por la globalización.

Pero a la vez, una Argentina que sea proveedora de droga ya producida, industrializada, fraccionada y de máxima pureza. Aquí si estos señores y señoras de guantes blancos están de acuerdo con que el país ocupe su lugar reservado por el poder mundial anglosajón en el cáncer del narcotráfico mundial.

Ante la opción de democracia o narcotráfico, amplios sectores de la sociedad, consciente o inconscientemente, eligen lo segundo.

Pobre destino el de la provincia y sus habitantes.