BARCELONA-ESPAÑA  (PrensaMare)  La información de los últimos días ha dado cuenta que hallaron los cuerpos de ocho refugiados (incluido un menor de edad), que han emergido en las orillas de la costa mediterránea de España.

Ocurrió entre el domingo 19 y el martes 22 de septiembre, por la mañana.

Existe la certeza que los cadáveres corresponden a africanos que intentaron llegar a España con una o más embarcaciones que habrían naufragado tras cruzar el mar Mediterráneo desde Marruecos o Argelia.

Según datos oficiales de la ONU (Naciones Unidas), ya suman -al menos- 238 refugiados que, escapando de la pobreza extrema, el desplazamiento y la violencia que imponen EEUU y países europeos en sus países, intentan buscar una nueva vida en territorio español y mueren en el intento.

Sin embargo, desde diferentes grupos locales de defensa de los derechos humanos estiman que el número de víctimas fatales es muy superior.

Estas muertes no preocupan en absoluto a las autoridades españolas (ni mucho menos a las europeas), que se niegan a recibirlos, y consideran que muriendo en el mar, sus autoridades no tienen ninguna responsabilidad.

Sin embargo, las muertes bien podrían evitarse, si existiera una auténtica política de cuidado de los derechos humanos desde la UE (Unión Europea), para las decenas de miles de africanos (y asiáticos) que se lanzan a tratar de llegar al continente ante la crueldad del intervencionismo de las paotencias en sus países.