Jue. 16. May 2024, Santa Fe - Argentina
Opinión

LA OTAN (WASHINGTON) ORDENA; EUROPA ACATA (Rodolfo O. Gianfelici)

LA OTAN (WASHINGTON) ORDENA; EUROPA ACATA (Rodolfo O. Gianfelici)

SANTA FE-ARGENTINA (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  Han pasado los días desde que se hiciera la cumbre de la OTAN en Madrid, y nada pasó.

O sea: nada pasó en cuanto a generarse alguna respuesta, algún enojo, algún planteo, alguna queja desde las dirigencias de los países europeos. Lo que demuestra que ni siquiera lo que sucede en Ucrania los mueve para percatarse del pobrísimo y peligroso papel que cumplen.

Varias cumbres se vienen realizando en estas últimas semanas. Todas comparten una coincidencia común: la crisis en Ucrania.

Los europeos (en la Cumbre del Consejo) pretenden seguir avanzando contra Rusia, sumando a Ucrania, Georgia y Moldavia.

EEUU aplica todo su poder diplomático para alinear al continente americano contra Rusia.

El G-7, reunido en Alemania apostó para que sus integrantes (los más industrializados del mundo) se endurezcan y sancionen más a Rusia.

Mientras que la OTAN en suelo madridista apostó por sumar más socios europeos. Si bien dicha alianza en las últimas décadas iba considerando que Rusia ya no era “el” enemigo y dirigía sus objetivos hacia otros rumbos (el terrorismo, los estados fallidos, las armas de destrucción masiva...), había cometido un grave ‘error’ al voltear el gobierno democrático ucraniano de Víctor Yanukovich, considerando que Rusia ya era un mero espectador de la realidad europea.

Para peor, el hecho que el mandatario de ese país, Víctor Poroschenko, se alineara con EEUU y la Unión Europea, se convirtió en un nuevo desafío para con los rusos.

Fue así que la arrogancia occidental no consideró la reacción de Vladimir Putin; y se equivocó.

Rusia quedó afuera del G-8 y recibió sanciones. Y rápidamente la OTAN calificó a Rusia como un nuevo peligro para toda Europa. Calificativo que se hace extensivo también a China. La primera es calificada como “directa amenaza a la seguridad, la paz y la estabilidad de los Aliados” en Europa. Mientras que la segunda –si bien no la nombran específicamente-, la consideran “un desafío a nuestros intereses, seguridad y valores”.

Pero van mucho más allá y le cuestionan a la potencia asiática que controle “sectores industriales y tecnológicos claves, infraestructura crítica, materiales estratégicos y cadenas de suministros” (¿?).

Efectivamente: La OTAN considera que China no tiene derecho a sus propios desarrollos, investigación, crecimientos y producciones.

Y en esa “peligrosidad” para el mundo occidental, le endilgan a los chinos que también crean un peligro “marítimo”. Que no es otra cosa que buscar justificar la presencia de naves estadounidenses en aguas asiáticas, a miles de kilómetros de sus fronteras...

Para arribar a la principalísima conclusión que ha sido la de considerar que la “sociedad estratégica entre la República Popular China y la Federación Rusa” socava el orden internacional. Que se trata de “Actores autoritarios que desafían nuestros intereses, valores y forma de vida democrática”.

Dentro de esa verdadera locura, el máximo logro otanista en su encuentro de Madrid fue el de “convencer” a los turcos a que acepten la incorporación de Finlandia y Suecia a la dicha organización.

Para lo cual esos dos países se comprometieron a cambiar su pensamiento y accionar respecto a los kurdos; y EEUU levantó el impedimento de cierto equipamiento militar con los turcos.

Pero hubo otro hecho de importancia (silenciado por la prensa occidental) que fue el del agravamiento y acercamiento a una tercera gran guerra. Porque de ese encuentro de la OTAN también tomaron parte países del sudeste asiático: Nueva Zelanda, Australia, Japón y Corea del Sur. Se trata de socios estratégicos de los EEUU en la región.

Es bueno considerar que Australia recientemente se sumó a una alianza con EEUU y el Reino Unido (AUKUS), y que integra el QUAD (con Japón, India y EEUU).

Lo que significa que la OTAN estableció una coordinación militar que incluye el océano Pacífico, el océano Índico y el sur del océano Atlántico, para contrarrestar a China.

Fue así que –ahora sin vueltas-, el documento de la OTAN (se explaya más allá de suelo europeo) y se refiere a que “El Indo-Pacífico es importante para la OTAN, dado que el desarrollo en la región puede afectar directamente la seguridad Euro Atlántica”.

Lo que deja en claro que se está –por cierto- ante un expuesto y verdadero plan de dominación mundial, por si alguien lo dudaba. Para lo cual hasta incluye a la problemática inmigratoria (hacia Europa) a la que caracteriza como una “amenaza”. De allí que la Unión Europea ya no duda en establecer un ‘cerco’ en el mar Mediterráneo, abandonando a la muerte a decenas de miles de inmigrantes (de Africa y Asia) en forma anual.

De esta forma, la OTAN abrió un gran abanico de hechos que -dice-, consituyen una ‘amenaza’ para occidente, cuando los mismos no son más que consecuencias directas de las políticas que las potencias occidentales imponen al mundo.

En medio de esta búsqueda constante de enemigos para justificar el crecimiento militarista mundial, Europa sigue cumpliendo con su pobrísimo papel de actor secundario, poniendo su territorio y sus habitantes en riesgo de más y nuevos enfrentamientos, en la creencia que son protagonistas de un mundo mejor.