CIUDAD DE BUENOS AIRES-ARGENTINA  (PrensaMare)  Nada parece detener al capitalismo que –pese a la falta de soluciones en el mundo-, sigue avanzando a paso firme en todos los ámbitos. De ello no puede escapar (quiere?) el fútbol.

El último avance del empresarianismo mundial ha sido el VAR. Un mecanismo tecnológico que desnaturaliza el juego, bajo la excusa de evitar errores. Los meses pasan, los partidos se suman y el VAR sigue sumando cada vez màs cuestionamientos.

VAR es la simplificación del Sistema de Asistencia Arbitral por Video. Sistena que atropella árbitros, destrata jugadores y se burla del juego futbolìstico. Ni què decir de los simpatizantes, espectadores, hinchas, fanáticos y televidentes.

El sistema fue presentado como la panacea, por quienes posiblemente jamàs hayan pateado una pelota ni siquiera en forma amateur, y mucho menos hayan sido protagonistas de algún modesto juego dentro de un campo de juego. Son ideas propios de empresarios, ligados –hace falta aclararlo?-, a negocios.

El fútbol tomado como un simple instrumento para facturar; mercantilizado al máximo; con la sociedad de quienes deberían defender el juego (con FIFA a la cabeza, seguidos por UEFA, Conmebol y demás). En este caso, la tecnología para hacer un nuevo y lucrativo clink-caja.

Se sostuvo que el VAR sería un complemento de los árbitros, que le permitirían acercarse a la casi-perfecciòn a la hora de tomar decisiones. Asì, los jueces que deben resolver en instantes (en menos de un segundo), son asistidos por un grupo de personas trabajando con última tecnología, y tomàndose el tiempo que quieren.

Hsta el momento, lo cierto es que el VAR poco y nada ha resuelto, y genera màs sospechas que certezas. La desconfianza es generalizada. Ingresan la Copa del Mundo, la Copa Amèrica, las Eliminatorias, la Champions League, la Copa Libertadores… Ninguna competencia escapa a las dudas y rechazos donde el VAR està presente.

Este negocio…

Ahora ha recibido una variante desde la propia FIFA que ha presentado el

VAR “simplificado” (¿?). Un sistema destinado a “crear sistemas más asequibles y económicos para abaratar y facilitar su utilización en todas las categorías del fútbol”. Algo asì como un sub-VAR para seguir haciendo màs expansivo el negocio…

La pregunta que surge es: si el VAR no es garantía de nada y es cuestionado en todos lados, què puede aportar un sub-VAR màs barato…?

Porque se sabe que ‘lo barato sale caro’. Lo que significarìa que este sub-VAR bajarìa en calidad y aciertos (¡). Lo que seguiría pagándolo el juego.

Mientras tanto, esta FIFA cada vez màs yanquizada (tras el FIFAgate de Joseph Blatter) que conduce el domesticado Gianni Infantino, hace que la claudicante Conmebol utilice un sistema descentralizado de VAR en cada estadios. Se desconocen datos oficiales, pero trascendió que en el 2019, el costo por partido era de unos U$S 38.000 (¡). Si: treinta y ocho mil dólares

Una cifra que se considera que es el doble de lo que debe pagarse en el mercado. Pero –al parecer-, en FIFA / Conmebol, el capitalismo se ha olvidado de competir y se ha apelado al monopolio.

Quièn hace este…

Llamativo negocio, es el interrogante de muchos. Es asì que se conoció que la empresa que les vende el (único) sistema a los clubes es Hawk-Eye. Firma controlada por japonesa Sony.

Compite con ella la española Mediapro-Imagina que controla los derechos de las selecciones en Sud Amèrica. Un claro reparto del negocio dispuesto por la domesticada Conmebol que conduce Alejandro Domínguez.

Y en Argentina…?

La AFA hizo una compulsa de precios y la argentina Reftel SRL (asociada a la belga Simply Live) se impuso por sobre Hawk-Eye y Mediapro-Imagina.

Reftel SRL es propiedad de Ramiro González Palazzo, (conocido en AFA por haber tenido ya desde tiempos pasados contratos con ella). Ùnico proveedor de los aerosoles que utilizan los jueces, y de los intercomunicadores.

La familia Gonzàlez Palazzo ha mantenido siempre excelentes relaciones con Mauricio Macri y el macrismo. Tanto es asì que el padre de Ramiro, el entonces juez Mariano González Palazzo (luego camarista) fue Vocal Titular del Colegio de Arbitros de la AFA (por decisión de Macri).

Lo cierto es que los amigos de Macri se quedaron con un contrato por 4 años, que le significan varios millones de pesos a la AFA. Una firma que se impuso sin poseer antecedente alguno en la actividad…

Hasta el momento, lo único cierto y concreto es que el VAR solo ‘ayuda’ a quienes lucran con su provisiòn.

El fùtbol? Bien (o peor) gracias…