ATENAS-GRECIA  (PrensaMare)  Nuevamente se reiteran las denuncias sobre el uso de armas químicas del Ejécito turco contra los rebeldes kurdos (refugiados del otro lado de la frontera, en territorio iraquí).

Turquía utilizó armas químicas "como mínimo en 300 oportunidades", ante el silencio culpable de la comunidad internacional que nunca ha investigado las denuncias. Lo manifiestan milicianos del Partido Kurdo de los Trabajadores (PKK), blanco de los ataques aéreos de Ankara.

Los dirigentes de la organización invitan a delegaciones e instituciones independientes a visitar la región del Kurdistán iraquí e inspeccionar los túneles excavados en las montañas para recabar pruebas.

Desde hace meses se producen fuertes enfrentamientos entre el ejército y el PKK en los alrededores de Erbil y cerca de la frontera con Irán. Los combatientes kurdos se refugian en cuevas en las montañas y no pueden ser atacados con armas convencionales. Por eso han utilizado gases para hacer salir a los milicianos y habrían muerto muchos de ellos junto con sus familias.

Para confirmar las denuncias, el PKK ha publicado videos e imágenes de los ataques; imágenes de víctimas y testimonios de sobrevivientes.

El 11 de octubre se informó que 548 personas requirieron atención médica tras un ataque de la fuerza aérea turca. Las personas informaron "lagrimeo excesivo, alteración de la visión, dolores de cabeza repentinos, hemorragias nasales y problemas respiratorios". La región es administrada por el Partido Democrático de Kurdistán (PDK), que lejos de denunciar los hechos, se encargaron de ocultarlo, beneficiando a los atacantes turcos.