MONTEVIDEO-URUGUAY (por Jorge Aniceto Molinari) (Abordando eso gris, que parece la teoría).
Hablamos de Argentina, pero, pero algo de lo mismo pasa en cada país del mundo.
Javier Milei tal vez ignorando las nuevas tecnologías sacude el árbol, y de él caen frutos en buenas condiciones y otros que ya no.
El mundo empresarial argentino produce a alto nivel, de él salen millones de dólares, pero eso no es una condición para que el país sea mejor, por el contrario esas empresas están preocupadas no por las dificultades del pueblo argentino, sino por las dificultades del mercado mundial.
Por eso volvió Lula en Brasil, y gobierna Petro en Colombia. El problema es que las soluciones por ahora no aparecen, en tanto los otrora viejos imperialismo recurren a emisiones que descargan o pretenden descargar sobre el resto del mundo y al desarrollo de la industria de la guerra cuya mercancía de ser utilizada ya a un determinado nivel supone la desaparición de la humanidad.
El gran Hugo Chávez, negociador por excelencia, logró una hazaña: que las fuerzas armadas de su país sintieran el orgullo de ser bolivarianas, y no una mera agencia del otrora imperialismo Yanqui. A partir de allí los golpes de estados con origen militar han empezado a quedar vedados. Claro el resultado fue que Venezuela fuera sometida a una salvaje presión económica, tan salvaje que ya le resulta insostenible a los propios ejecutores.
Ahora existen o mejor dicho coexisten otros medios por los cuales se impone la influencia al estilo de la guerra fría: la prensa y el poder judicial.
Milei sacude todo, bobo no es, pero los resultados mandan. Massa con el respaldo de todo el peronismo buscó que el FMI se hiciera responsable de su injerencia en la crisis argentina, ya fue tarde y entonces hemos caído en esto que es una prueba que no solo sacude sino que pone a prueba a todo el sistema, que es de lo que todavía no se es consciente.
Ejemplo: si se dolariza Argentina, con un efecto dominó se dolariza todo el continente, entonces lo que corre riesgo es la propia economía de EE.UU. del Mercado común europeo y del reino Unido, que equilibran sus presupuestos con emisiones sin respaldo. El León rugió: dolarización, el gatito ahora dice: no se puede.
Ahora acá en Uruguay estamos entretenidos con la moto del Presidente, la cena de Yamandú y la ciclo vía de Carolina, y de esto no se habla salvo este humilde servidor que con 84 pirulos sigue soñando en que un mundo mejor no solo es posible es necesario ya, y las medidas a tomar al alcance de la comprensión humana son dos herramientas: la moneda única y universal, y los impuestos aplicados sobre la circulación del dinero, dando muerte a los paraísos fiscales y a los sistemas impositivos basados en el consumo, los salarios y las pensiones.
