SANTA FE-ARGENTINA (PrensaMare)  Tras conocerse –extraoficialmente- que Boca Juniors le había realizado una oferta al entrenador Diego Martínez, la prensa lanzó un tratamiento conocido.

Apeló al ‘analísis anti-Boca’, propio del que lograron instalar desde hace décadas los medios hegemónicos.

Cuestionaron el ofrecimiento y cuestionaron al entrenador que “abandonaría” Huracán. Pretendieron instalar que se trataba casi de una “injusticia” o una “traición” del entrenador.

Sin embargo, todo estaba dentro de las posibilidades contractuales entre las partes. Y como Martínez había cobrado adelantada una suma de dinero por todo el período del contrato (que vencía en junio de 2024), si deseaba marcharse debía reintegrar (devolver) la parte proporcional de dicho pago total del contrato.

Así negociaron las partes, y terminaron por cerrar el acuerdo (con una devolución de Martinez cercana a los 600.000 dólares). Nada anormal.

De manera totalmente contrapuesta, para un mismo caso, no hubo “escándalo” alguno y casi ni mereció catalogación de “conflicto” o “enfrentamiento”; mucho menos de “deslealtad” o “traición”.

Fue cuando se supo que el venezolano Salomón Rondón decída abandonar River Plate. Tras explicar sus razones para dejar el club, las partes –como correspondía- acordaron el reintegro que debía efectuar el jugador (que, llegado en enero de 2023, tenía contrato hasta finalizar el 2025).

En su momento River le compró el pase a Rondón; ahora para rescindir el jugador reintegraría 2 millones de dólares. Nada anormal.

Lo que sí, un tratamiento ‘diferenciado’ de parte de la ‘prensa seria’ para un mismo tema.