Lun. 29. Abr 2024, Santa Fe - Argentina
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MAL PRESENTE -Y FUTURO- PARA EL MENDIGANTE ZELENSKY (Especial)

MAL PRESENTE -Y FUTURO- PARA EL MENDIGANTE ZELENSKY (Especial)

CIUDAD DE BUENOS AIRES-ARGENTINA (Especial para PrensaMare)  El revés militar de Ucrania –se preveía- es rotundo. A ello se agrega que la mentada “ofensiva” resultó un fracaso total. Y para peor, desde EEUU le han avisado que no hay más fondos...

Un panorama desesperante para un presidente Volodimir Zelensky que cumplió con todo lo que le impusieron EEUU, la OTAN, Gran Bretaña y la Unión Euroea... y ahora se da cuenta que se queda en soledad.

Inclusive corre el riesgo que en esta búsqueda de una “retirada honrosa” de Washington intenten ‘sacrificarlo’. O sea: convertirlo en el chivo expiatorio de una criminal aventura.

Lo cual no es necesario buscar mucha información. Apenas con lo que los propios medios de prensa occidentales ya han denunciado, alcanzaría para que Zelensky termine abrutamente su presidencia; pase a cumplir papel de encarcelado; deba afrontar numerosas denuncias y juicios; y se gane tantas condenas, que no podrá llegar a cumplirlas con lo que le queda de vida.

Porque Zelensky es el principalísimo integrante de un grupúsculo de delincuentes que han hecho de la guerra un sucio negocio. Se le han descubierto cuentas bancarias en paraísos fiscales; se le han comprobado desviaciones de fondos; ha silenciado el tráfico de armas; abrió las puertas a negociados en multinacionales occidentales en su país; alimentó el accionar de sus militares como de las bandas nazis con las que eligió rodearse donde –por si fuera poco-, hasta aceitaron el lucrativo negocio de extracción de órganos (a heridos y/o muertos) y el tráfico hacia países occidentales e Israel, para que quienes necesitan trasplantes, accedan a ellos (pagando, por supuesto).

Así la situación, la asunción del presidente argentino Javier Milei constituyó un elemento invalorable para que pudiera mostrarse al mundo, codeándose con referentes de los más derechoso y reaccionario de la política occidental.

Para mejor –para él- en medio que se preparaba para viajar a Argentina, recibió una comunicación desde la Casa Balnca, donde le informaban que “era invitado” a reunirse con Joseph Biden. Lo cual en verdad, lejos de ser una ‘invitación’ era una orden de presentarse en Washington.

Para disimular estas relaciones y la verdad de lo que trataría en el encuentro, desde EEUU informaron que el presidente Biden expresó el "compromiso inquebrantable" con Ucrania ante la invasión rusa.

Lo cierto es que el viaje efectuado (tras su presencia en Argentina) fue para escuchar que el Congreso estadounidense bloqueó una solicitud de fondos para ayuda.

Tuvo que escuchar el cuasi-abandono a ‘su lucha’ (contra Rusia) de parte de una administración estadounidense que sabe que esa guerra (perdida) le va a resultar extremadamente costosa a Biden y al Partido Demócrata en las próximas elecciones.

El tema es que Biden no puede ordenar otro escape a las apuradas como ya hizo en Afganistán, a poco de asumir. Porque ello podría generar una mayor desconfianza sobre el ya mellado liderazgo de occidente.

Lo manifestado por Biden fue duro de escuchar, pero realista. EEUU no puede seguir empantanado en una guerra perdida. No puede seguir enviando dineros a Ucrania que necesita para su alicaída economía. No puede seguir soportando las quejas desde la Unión Europea que sigue pagando los costos de dicha confrontación a la medida de Washington y Londres.

También debió escuchar que EEUU exige “cobrar” por la ayuda brindada (¿?), y ello significa tomar el control liso y llano del país. O sea: convertir a Ucrania en una ‘gran empresa’ a ser administrada –según cada parte (o negocio) corresponda- por multinacionales estadounidenses.

Respecto a la reclamada concreción de proyectos conjuntos para la producción de armas y sistemas de defensa aérea, Biden solo se limitó a expresar que ello será un tema decidido por el Pentágono, con firmas estadounidenses y de la UE, y donde Ucrania podrá portar ‘mano de obra’... pero a futuro. O sea: un negocio para aprovisionar a países terceros en años venideros y no para abastecer una fuerza aérea ucraniana que ha sido aniquilada por los ataques rusos.

El “no” al pedido de dineros para Ucrania había sido bloqueado días antes por los senadores republicanos; un pedido de otros 106.000 millones de dólares en ayuda “de emergencia” (¿?). Cifra que además debía ser compartida con Israel.

Esos legisladores rechazaron tal pedido porque reclaman medidas de reformas migratorias (de inmigrantes latinoamericanos), y le manifestaron a Biden que debía ser un “canje” político (dineros o "si", a cambio de persecuciones a inmigrantes al sur de EEUU).

Mientras tanto, el paso de Zelensky por Argentina fue con mucha pena y sin nada de gloria, porque más allá que todos los asistentes a dicho acto e asunción son pro-EEUU, y pro-Israel, no deseaban mostrar demasiada cercanía junto a un presidente cuyo final no se sabe cual será...