RÍO DE JANEIRO-BRASIL y SANTA FE-ARGENTINA  (PrensaMare)  El Memoria, Verdad y Justicia que defienden los argentinos ha tenido en mayo una nueva y gratísima novedad. Fue la llegada desde Brasil donde se anunciaba que había ubicado al prófugo criminal, Gonzalo Sánchez. Al que se lo conoce también con el alias de Chispa.

Un verdugo de la ESMA, que actuaba en patota y con total impunidad. Secuestraba, robaba, torturaba y asesinaba libremente.

Ahora tendrá la oportunidad de enfrentar a la justicia y defenderse como él nunca le permitió a sus víctimas. Cosas de la vida, de la historia y de los derechos que tiene toda persona. Aún las más despreciables como él.

Inesperadamente –para qué negarlo- en la Cancillería argentina recibiceron el viernes 8 de mayo, un mensaje desde el Ministerio de Justicia brasileño. Avisaban y deseaban saber si en Argentina estaban interesados en la detención del prefecto retirado Gonzálo Sánchez.

Sorpresa mayúscula entre los funcionarios y empleados argentinos, pues se trataba del mismísimo acusado del secuestro de Rodolfo Walsh y cientos de secuestrados más. Un personaje al que se sindica que tomó parte –logística- de los vuelos de la muerte.

La respuesta fue la esperada y Sánchez terminó preso y alojado en la Policía Federal. En el país su caso estuvo en manos del juez Sergio Torres (Juzgado Federal n° 12). Ahora a cargo de Rodolfo Canicoba Corral.

El aviso de la posibilidad de ser apresado por parte de los brasileños llamó la atención, pues Sánchez ya había sido detenido tiempo atrás en Brasil. Le dieron el beneficio de la prisión domiciliaria (aunque no tenía edad para gozarla), y se escapó. No se fue del país, sino que vivía en Paraty, donde –al parecer- nadie se enteraba…

Desde mitad del 2018 existía la orden de extradición, erpo no era ejecutada (¿?). Ocurre que, para el Supremo Tribunal Federal, los crímenes de lesa humanidad prescriben (el país no suscribió la Convención de la ONU sobre crímenes de guerra). Por esas rarezas de la justicia, estaba ‘perdonado’ por dichos crímenes, pero no por el delito de secuestro.

En este caso se presenta la particularidad que dicho delito subsiste en tanto y en cuanto la víctima no aparezca. En el caso de Sánchez sus víctimas siguen siendo desaparecidas. Fue por ello que el Supremo Tribunal Federal envió al Ministerio de Justicia brasileño el pedido de detención el 23-12-2019.

Inmeditamente Argentina respondió su interés por la detención. Fue el mismo viernes 8 y el lunes 11, las autoridades brasileñas avisaron al Consulado de Argentina en Río, a la embajada argentina en Brasilia, y a la Cancillería, que Sánchez ya estaba detenido. Lo atraparon en Paraty (Estado de Río de Janeiro).

Para continuar con el trámite respectivo, Sánchez fue llevado a una comisaría en el centro de Río. Lo revisó un médico forense. Argentina informó que el preso sería juzgado solo por los delitos de la extradición.

Luego continuaron los contactos y acciones de rigor entre Interpol de Brasil, la policía brasileña, Interpol de Argentina y la Policía Federal Argentina. Así Sánchez fue llevado en avión desde Río a Foz do Iguacú. Con la extradición avanzando, desde la Ciudad de Buenos Aires viajaron en avión Ezequiel Rochinstein del Ministerio de Seguridad (es el nieto n° 102, nacido en cautiverio en el CCD ESMA, hijo de María G. Tauro y de Jorge Rochinstein, desaparecidos); Gonzalo Urriolabeitia de la Cancillería; un subcomisario y dos suboficiales de la División de Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones, Departamento Interpol.

En la siesta del jueves 14 los argentinos se reunieron con los brasileños y vieron al reo. Allí fue entregado concretándose el traspado. A las 15 y 31 el avión partió con destino a la misionera Posadas. Cargaron combustible y se dirigieron hacia la capital argentina.

Pasadas las 21 horas el exprófugo Sánchez estaba en la Superintendencia de Investigaciones Federales, en Argentina.

Memoria, Verdad y Justicia en un nuevo paso.