Vie. 29. Mar 2024, Santa Fe - Argentina
Editorial

EL RETROCESO (DE EEUU) QUE SE BUSCA OCULTAR

EL RETROCESO (DE EEUU) QUE SE BUSCA OCULTAR

SANTA FE-ARGENTINA  (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  El mundo vive en una constante y creciente inseguridad. Ocurre mientras la principal potencia militar del mundo –EEUU-. Advierte sobre la necesidad de ‘pacificar’ y otorgar ‘seguridad’ al mundo.

Un discurso que tendría valor en tanto y en cuanto el proclmador obrara en consecuencia. Sin mebargo lo hace e sentido contrario.

No porque se equivoque, sino todo lo contrario. Existe un apolítica mundial impuesta por dicha potencia y acompañada serviolmente por Europa para que nadie enga seguridad. El temor, la duda, la desconfianza, son una política de dominación. El dominado no puede salir de esa vorágine, y vive preparandose para una futura e inalcanzable paz. Invierte recursos, políticas, y humanos, y sin embargo cada vez es mayor la inseguridad que afronta. Lo que le impide pensar a futuro, en un futuro de construcción y desarrollo.

Mientras esta política perfectamente planificada y aplicada avanza en todos los rincones del mundo que los dominadores desean, ello forma parte también, de una re-configuración geopolítica.

El dominador (y sus socios) que sí piensan a futuro, consideran a los países como simple piezas a las que se pueden agrupar, o dividir según las necesidades, para obtener más control territoriol o regional o de recursos naturales.

Esto es lo que ha sucedido en los últimos años en que EEUU y Europa propclaman a los cuatro vientos la necesidad mundial de ‘paz’, mientras atacan, invaden y re-colonializan Sudan, Etiopia, Afganistán, Yugoslavia, Siria, Irak, Palestina, Libia, Bolivia, Paraguay, Panamá…

Para algunos (supuestos) ‘analistas’, se trata de una re-edición de la pasada ‘guerra fría’. Como si la historia pudiera repetirse. Esta nueva etapa de la historia mundial encuentra a un único poder mundial dominante, EEUU (junto a sus socios y aliados), pero con una presencia de China y Rusia, como nadie hubiera imaginado.

Mucho menos los ‘analistas’ que aceptaron y repitieron “el fin de la historia”, y “el triunfo final del capitalismo”.

Pero olvidan que el máximo poder militar mundial hoy, no es el mismo que ayer, ni anteayer. Que año tras año pierde poder mundial, y que en su locura de dominación no le queda otra que instalar un discurso triunfalista y a la vez debe recurrir a cada vez más militarismo, inseguridad, violencia y extorsión en el mundo.

Uno de esos espacios físico lo constituye América Latina, donde el militarismo estadounidense hoy debe aceptar (con disgusto, pero irremediablemente) la presencia de China y de Rusia en numerosos países.

Es cierto que ese poder ha ido mutando, no necesita dictaduras cívicomilitares… por ahora), y defiende la democracia; apela al uso de una justicia domesticada; recurre a la inestimable ayuda que le brindan los medios comunicacionales; y controla el negocio del narcotráfico para enfermar sociedades y extraerle recursos.

Pero, en medio de esta realidad que parece natural e incontrastable, a inicios de febrero de 2020, el mismísimo canciller ruso Serguei Lavrov, estuvo en Cuba, México y Venezuela.

Una Cuba alejada (desde hace décadas) del poder washingtoniana; un México que trata de mantener una cierta autonomía; y una Venezuela a la que no le ha podido dar un golpe de Estado a su presidente constitucional.

Este tema causa escozor en el Departamento de Estado, Máxime que observan cómo un personaje como Donald Trump –que no conoce absolutamente nada de geopolítica- proclama y hace bravuconadas, pero reconoce en los hechos y acciones que su país pierde poder y presencia en Medio Oriente. Tanto que existe un claro retorcedo en esa región, dejándole a Rusia, Turquía, Irán e Israel, la “responsabilidad” de garantizar la “tranquilidad” regional…

Para Trump, un empresario experto en negocios de todo tipo, el papel que debería desempeñar su país es el de convertirse en el “gran comercializador mundial”. Sin entender que para llegar a ello, se debe tene runa clara política imperial que incluye –por supuesto- una estrategia militar mundial.

Pero pareciera que Trump lejos de ello lo que entiende como “política” es tomar cada país o región como un negocio individual, y otorgarle el correspondiente tratamiento. Lo que encuentra el choque lógico con los halcones del poder estadounidenses.

El objetivo estratégico de Trump es reposicionar a su país como el líder mundial de producción y comercio. Un hecho importante, pero donde su país –sin aceptarlo- ya está detrás de China.

Por ello él mismo y la prensa hegemónica mundial presenta ese país asiático como en nuevo cuco mundial. No es casual que los mismos medios hablen de guerra comercial con China. El contrincante es presentado como el máximo enemigo del mundo.

Ahora bien: cumplidos ya 3 años de desarrollo de las ideas trumponistas, se puede concluir que el balance es altamente negativo para EEUU. Porque China ya se ha consolidado como potencia comercial n° 1 a nivel mundial. Donde Huawei y Xiaomi están a la cabeza de la evolución, y de la revolución industrial en marcha.

El único logro de Trump en estos tres años ha sido el disminuir –apenas- un uno por ciento su déficit externo…

A todo ello, el silencio comunicacional mundial oculta o no le da importancia a que las corporaciones asiáticas (estatales o semi-estatales) controlan más del sesenta por ciento de las patentes relacionadas con las futuras redes de 5G, lo que motivó la desesperación de Washington.

En medio de estos cambios, EEUU fue el máximo alentador para que el Reino Unido (su socio histórico) avanzara en el Brexit. La salida de este país de la Unión Europea ha sido un golpe mayúsculo (particularmente desde lo político) para el europeísmo.

Pero ello no es todo. Porque Rusia ha logrado llevar adelante sus dos grandes apuestas de provisión de gas a los europeos. Una por el norte, y otra por el sur. Así, se presenta la rara paradoja que aliados de EEUU en la OTAN (como Alemania, Francia y Polonia) se han asegurado que Rusia le provea el 60 % del gas que necesitan. Y que Turquía, un país que es considerado un verdadero portaviones gigante (por la cantidad de bases aéreas que posee allí EEUU y la OTAN) haya avanzado en acuerdos y hasta en el aprovisionamiento militar con Rusia.

La guerra que EEUU y las potencias occidentales le inventaron e impusieron a Siria, fue porque ‘necesitaban’ controlar este país, apropiarse de las mayores reservas de gas del mundo (que allí existen), y constuir un gasoducto que aprovisionara a Europa por el sur.

El fracaso geopolítico ha sido un durísimo revés para EEUU, que deberá cargar sobre sus espaldas Donald Trump. 

El año 2009 fue el más bajo en la diferencia entre lo que importa EEUU de China y lo que importa China de EEUU. A partir de allí y con los últimos datos disponibles, el déficit comercial estadounidense con los chinos ha ideo creciendo. Los dtos oficiales (de la ONU, Aduana de EEUU, y Aduana de China) indican que en 2009 EEUU importaba de China por 300.000 millones de dólares (y China importaba de EEUU por unos 80.000 millones). En 2018, EEUU importaba de ese país por 540.000 millones (mientras China importaba por 160.000 millones).

Tras los desastres que EEUU lideró para la mayoría de los países americanos en las décadas de 1970, 1980 y 1990, llegó una oleada de numerosos gobiernos que trataron de construir políticas de independencia de Washington. Por lo que el Departamento de Estado buscó reposicionarse, a fuerza de maniobras políticas, comunicacionales, judiciales y militares.

Fue así que se produjeron los intentos golpistas en Bolivia y Ecuador; el derrocamiento de Manuel Zelaya en Honduras; los intentos golpistas en Venezuela; el derrocamiento legislativo de Lugo en Paraguay; el golpe sobre Dilma Rousseff y el encarcelamiento de Lula; la traición de Lenin Moreno en Ecuador; la criminalidad estatal colombiana; las persecuciones a Cristina Fernández y sus funcionarios en Argentina; las maniobras contra Nicolás Maduro; el golpismo en Nicaragua; la represión en Perú y Chile; el golpe de Estado contra Evo Morales; la escandalosa cooptación de la OEA…

Nada ha sido casual, ni producido en forma independiente y aislada. Todo fotma parte de un plan estadounidense para la región americana. Busca reposicionarse y retomar su papel hegemónico. EEUU sigue atrasando y busca re-instalar su fatídico Consenso de Washington.

EEUU, dentro de esta reconfiguración, trata de mantener su aprovisionamiento de petróleo venezolano, pero reduciendo su dependencia y buscando tomar distancia del petróleo de Medio Oriente (ante la inestabilidad político-militar que ellos mismos instalaron).

El golpe y asesinato de Muammar Gadaffi en Libia le ha permitido a EEUU avanzar en sus negocios petroleros. En Irak soporta duros cuestionamientos tras la invasión y anarquizado de la sociedad. Mientras que en Yemen, la criminal alianza delegada (liderada por Arabia Saudi y las monarquías del golfo Pérsico) solo suma derrotas tras derrotas. Inclusive las acciones de defensa yemenita han producido duros e inesperados golpes militares a los sauditas.

Toda la acción estadounidense (y europea) en esta región asiática está disfrazada de una política (supuestamente) de lucha contra el terrorismo, pero que cada día que pasa suma más sospechas y repudios.

En lo referido a Argentina, que haya sido el peronismo quien llevó adelante la más grande de las re-estructuraciones y quitas de deuda externas en la historia mundial, es un hecho que el poder financiero y el imperialismo anglosajón no se lo perdonarán jamás.

La apuesta y apoyo que hicieron EEUU, Europa, Israel, y Japón a favor del cambio político argentino, apostando a favor de Mauricio Macri, no fue casual. Fue total coherencia.

Tanto es así que entre 2015 y 2019, esos poderes internacionales no dudaron en respaldar todo lo hecho por el mandatario argentino y la destrucción de la Nación. Fue total coherencia, pues dichas potencias se beneficiaban con negocios financieros, exportaciones (que les garantizaban mano de obra ocupada en sus países), ventas directas, negociados con bonos estatales-devaluaciones-intereses bancarios (o ‘patria financiera’).

La mejor muestra de ello fue que mientras Argentina con Macri se convirtió en el país que más se hiper-endeudó en el mundo y el que más toma de dineros en el mercado de capitales efectuó, el FMI (para ‘ayudarlo’ electoralmente, evitando que la economía estallara antes de las elecciones) le otorgó (soin justificación técnica alguna) el mayor préstamo en la historia de dicha institución…

No fue un hecho casual, sino una decisión política respaldada (y presionada) por Donald Trump. No respondió a acciones de bondad y/o colaboración, sino para garantizarse tranquilidad en la región y evitar que pudiera avanzar la influencia de Rusia o China.

Washington pretende asegurarse el título de garante de la tranquilidad económico-política en el sur continental. No desea que puedan re-establecerse las coincidencias (entre las diferencias lógicas) de Argentina con Venezuela, Cuba y México. Porque ello sería un duro contrapeso al servilismo del brasileño Jair Bolsonaro.

De allí que la nueva muestra de bondad de Trump, en cuanto a hacer conocer públicamente su apoyo al presidente argentino Alberto Fernández en la negociación con el FMI y acreedores internacionales, solo responde alas necesidades washingtonianas de evitar avances ruso y/o chino.

Una acción que –además- pretende convertirse en una cuña dentro del frente gobernante en Argentina. Se busca aislar y cooptar a Fernández, alejándolo de Cristina Fernández.

Un hecho que ha quedado perfectamente expuesto a través de los comentarios y análisis de los medios hegemónicos argentinos que buscan instalar en la sociedad la existencia de divisiones o confrontaciones dentro del oficialismo.