CIUDAD DE BUENOS AIRES-ARGENTINA (por Federico Di Santo, PrensaMare) Tras haber acordado con acreedores privados, Argentina debía encarar la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y llegar a un acuerdo.
Una negociación que desde la oposición neoliberal, los opinólogos, los ‘operadores económicos’, y los medios hegemónicos reclaman (exigen) que se haga lo más rápido posible. Una urgencia que –por cierto- en el gobierno nacional, no muestran.
Quienes imaginaban una ‘solución’ en el corto y mediano plazo, se equivocan. Este 2021 es un año post pandemia (aparentemente), y tanto el presidente Alberto Fernández como el equipo del Ministerio de Economía consideran que el ordenamiento local (en lo económico) puede llevarse adelante sin el previo acuerdo con el FMI.
La gran apuesta de la Casa Rosada es la de avanzar con ‘tranquilidad’ cambiaria y con la actividad creciendo, mientras se sigue discutiendo con el organismo (sin urgencias).
Ha trascendido que la orden de la conductora del FMI, Kristalina Georgieva, es la de tratar de no confrontar con el gobierno argentino. A ello se agrega que Fernández desea conocer cuales serán los ‘movimientos’ del nuevo gobierno estadounidense (respecto a los países latinoamericanos, y particularmente a Argentina).
En este sentido de México hacia el sur están todos atentos para saber cómo actuará la Secretaría del Tesoro de EEUU (que conducirá Janet Yellen), como la Subsecretaría del Tesoro para Asuntos Internacionales.
No se trata de un tema fundamental o clave, pero si es importante. No debe olvidarse que en su momento, el presidente Donald Trump fue quien ‘apretó’ al FMI para que le otorgara a Mauricio Macri el hiper-préstamo…
Fernández sabe el poder estadounidense y la influencia que tiene en dicho organismo. Y en tal sentido se espera que las nuevas autoridades “comprendan” la difícil situación argentina.
Desde el FMI ya han anticipado que quieren tener previsibilidad en cuanto a lo fiscal. En el gobierno han anticipado que no quieren ni hablar de “ajustes”. Y ambas partes coinciden en que lo último a tratar serán los plazos para pagar la deuda generada por Mauricio Macri.
Qué se entiende entonces? Que Argentina ha puesto casi en punto muerto las negociaciones. Mientras, ya se analiza cómo negociar con el Club de París (otra obligación que debe resolverse).
El 2020 fue el año en que Argentina acordó con los acreedores privados, y trató de mantener el país en movimiento económico dentro de lo que se podía en medio de la pandemia. El 2021 se apostará por reactivar la economía, recuperar reservas, mantener la estabilidad y el dólar bajo control, bajar la inflación, ganar las elecciones… y luego, avanzar con el FMI.
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