CIUDAD DE BUENOS AIRES-ARGENTINA (PrensaMare)  Sergio Torres comenzó a ahorrar a los 20 años; dos más tarde con 300 dólares en el bolsillo viajó a Inglaterra. No hablaba inglés; no sabía donde iría a alojarse. Su objetivo era llegar y probarse en el Brighton And Hove, que militaba en la tercera. Era una única oportunidad que logró luego que ellos vieran un modesto DVD casero, que contenía algunas de sus jugadas más destacadas con la casaca de Banfield, de Mar del Plata.

En 1998 la familia Torres viajó a ver el Mundial de Francia y a recorrer ese país. Ello impacto a Torres. Así, entre jugar en Banfield y en Quilmes –también marplatense- y trabajar en la fábrica de ladrillos huecos de su padre, comenzó a construir su sueño europeo.

Mientras –con 20 años- se probó en Chacarita Juniors y en Vélez Sarfield, sin quedar.

Y se fue a Brighton, una ciudad costera, ubicada a una hora de Londres. Su viaje le hizo dejar de lado el contrato con el Deportivo Madryn. Con 22 años, en 2003 llega a Inglaterra. Lo esperaba un camerunés que representaba jugadores, que lo alojó en su casa. Imposible la comunicación, no solo con él, sino con los otros cuatro del mismo origen que compartían la modestísima casa en un barrio londinense.

La prueba no fue buena, y no quedó; a partir de allí surgieron ‘posibilidades’, pero no tenía dónde entrenar (mientras tanto).

Para peor, el camerunés lo echó de la casa. Pasaron los días hasta que pudo enrolarse en clubes del ascenso, donde no ganaba absolutamente nada. Pasó por el Molesey y más tarde por el Basingstoke Town. Debía conseguir dinero de otro lado para subsistir. Fue así que trabajó en el depósito de una farmacia de 6 de la mañana a 12 del mediodía y entrenaba a la noche.

La dirigencia del Wycombe Wanderers -de la cuarta división- lo vio en un partido amistoso en el que su equipo perdió 7-2; así, a los 24 años firmó su primer contrato como profesional.

Por fin podía obtener dinero con el fútbol que le permitiera vivir. En 2007 el milagro: el club llega a semifinales de la Curling Cup, y enfrenta al poderoso Chelsea de Didier Drogba, el portero Petr Cech, Makelele, Frank Lampard, Michael Ballack y Andriy Shevchenko.

La ida fue 1-1, y él se lesionó en medio del juego. La revancha la pudo jugar, perdiendo 4-0 en el Stamford Bridge. De manera inesperada, el Peterborough United -de la tercera división- que era dirigido por el hijo de Alex Ferguson pagó más de 200.000 dólares y lo adquirió.

Unos meses más tarde de enfrentar al Chelsea se organiza un amistoso y enfrenta al mismísimo Manchester United de Carlos Tevez y compañía. El Peterborough ascendió y jugó en la Championship –segunda división– contra, el Newcastle de Jonás Gutiérrez y Fabricio Coloccini.

Pero luego llegó una etapa dura, con lesiones y pérdida de espacio. Fue así que terminó en 2011 bajando a la quinta división para jugar en el Crawley Town.

Claro que tendría su merecido momento de máxima alegría cuando jugando la FA Cup contra el Derby County (que militaba en la segunda categoría), marca un gol en el último minuto. Ello permite que pasen por primera vez en la historia del club a la cuarta fase del torneo más antiguo del mundo. Fue allí que son eliminados por el Manchester United de Wayne Rooney.

Un partido peleadísimo, de noche, con un estadio lleno, donde cayeron apenas 1-0, jugando todo el encuentro. Por cierto que Torres con ello, ‘ya estaba hecho’.

Todo ese sacrificado recorrido Torres logró plasmarlo más tarde en un libro (escrito con el periodista Juan Manuel López); ahora, sobre dicha base se espera desarrollar un documental. El título del libro, no es casual: El Teatro de los Sueños.

Posteriormente dejó el fútbol profesional y se enroló en otro tipo de competencias. Así, pasó a trabajar como oficinista en una empresa propiedad de los dueños del Whitehawk (club de la sexta división).

Se casó con una alemana a la que conoció en medio de una pretemporada en ese país, con el Wycombe. Hoy –en pleno 2023- ya tiene 36 años y dos hijas. Sigue jugando, en el Eastbourne Borough de la sexta categoría; además, entrena niños en una academia que abrió junto con Russell Martin (amigo e histórico futbolista del Norwich City).

Sergio Torres, un desconocido entre los argentinos; un conocido en el ascenso ingles; un ciudadano ya afincado definitivamente en suelo inglés donde pudo cumplir su sueño.