SANTA FE-ARGENTINA  (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  El mes de noviembre –tras las elecciones- y la recuperación del peronismo, se produjo un llamativo “atentado”. Arrojaron molotov sobre un inmueble del diario Clarín.

Un suceso repudiable y condenable. Ningún medio de comunicación debe sufrir ataque alguno. Ni siquiera este medio que se encuentra alineado –históricamente- en favor de los intereses antinacionales y antipopulares.

Todos tienen derecho a expresarse; inclusive a tratar de mostrarse como “comunicadores independientes”, cuando –por cierto- se trata de un grupo operador que defiende sus propios intereses, no dudando en atacar, sabotear, desestabilizar y realizarlas más repudiables acciones, en contra de todo gobierno que intente mantener –aunque más no sea- alguna acción en defensa de las clases populares, las mayorías y los intereses de la Nación.

Este “atentado”, pareció que intentó enviar un mensaje a la sociedad, dejando la sensación que el peronismo –al realizar una elección legislativa ‘inesperada’ para la derecha y el neoliberalismo que pensaba asestarle un “golpe blando”-, se ‘envalentonaba’ y atacaba al mayor grupo empresario-comunicacional del país.

Tras la denuncia del grupo, por el “atentado” (encapuchados arribados en moto, que realizan el ataque), se conocieron expresiones de respaldo al grupo y de repudio a la criminal acción. Algunas de las expresiones, fueron:

“Quiero expresar nuestro repudio al episodio ocurrido frente a la sede del diario Clarín. La violencia siempre altera la convivencia democrática. Esperamos que los hechos se esclarezcan y los autores sean identificados a partir de la investigación que está en curso” (presidente Alberto Fernández)

“La convivencia democrática, que se ve severamente afectada por la promoción de los discursos de odio, debe ser cuidada por todos los argentinos y argentinas”, dice el texto que encabeza el hilo y agrega: “Por ello, repudiamos y condenamos firmemente el ataque perpetrado por encapuchados contra la sede del Grupo Clarín” (vicepresidenta Cristina Fernández)

“La convivencia democrática, que se ve severamente afectada por la promoción de los discursos de odio, debe ser cuidada por todos los argentinos y argentinas... repudiamos y condenamos firmemente el ataque perpetrado por encapuchados contra la sede del Grupo Clarín, registrados por un video en la noche del lunes 22 de noviembre a las 23 horas” (agrupación La Cámpora)

“Ataques como éstos no tienen lugar en nuestra sociedad. Mi total acompañamiento a la investigación, para identificar, detener y castigar a los responsables” (diputado Sergio Massa)

“...atentado terrorista... ocurre en medio de permanentes hostigamientos desde el oficialismo hacia la prensa que lo cuestiona” (diputado macrista Waldo Wollf)

“El Gobierno debe pacificar a la sociedad y brindar seguridad a los ciudadanos y empresas. Es imposible olvidarse que integrantes del oficialismo vienen azuzando esta cruzada anti-medios. Mi solidaridad con Clarín” (dirigente radical Mario Negri)

“Presidente: ¡hágase cargo de la situación que estamos viviendo... (el gobierno nacional) seguir de brazos cruzados ante la violencia constante” (Psta del PRO, Patricia Bullrich)

“La justicia debe investigar el hecho y encontrar a los responsables de esta grave intimidación a la libertad de prensa” (exgobernadora del PRO, María Eugenia Vidal)

“el ataque a Clarín es un gravísimo intento de amedrentar al medio y a toda la prensa... Un hecho inaceptable que recuerda las prácticas violentas del pasado. Repudio la agresión y envío mi solidaridad. Que el gobierno y la Justicia aclaren lo sucedido y detengan a los responsables” (expresidente Mauricio Macri).

Como se puede observar, desde el oficialismo condenaron el ataque; desde la oposición neoliberal y derechista aprovecharon el suceso para sacar provecho político...

Lo cierto es que el ataque al inmueble de calle Piedras al 1700, en el porteño Barrio de Barracas fue denunciado por el el propio medio y quedó registrado en cámaras de seguridad. No hubo que lamentar víctimas, ni daños materiales de importancia.

Lo llamativo ha sido que todo el arco opositor obvió citar alguna hipótesis del ataque. Centraron sus dichos en defender la libertad de prensa (valorable), pero en trasladar la responsabilidad al gobierno nacional. Tanto es así que ningún opositor refirió a que la Ciudad de Buenos Aires posee la... Policía Metropolitana (¡).

Cuando ocurre cualquier suceso político, lo conveniente es preguntarse inmediatamente quién sale perjudicado y quien sale beneficiado. Para algunos se trata de una acción rechazable, pues se pretendería –aducen- “politizar” un hecho criminal.

Pero lo concreto es que ellos mismos –la derecha y el neoliberalismo- han sido quienes inmediatamente politizaron la situación.

Inclusive en esa urgencia por instalar el discurso propio, se ‘olvidaron’ de considerar que existían “enojos” dentro de la Policía Metropolitana (que conduce el macrista Horacio Rodríguez Larreta), en contra de Clarín porque desde este medio se refirió a la posible existencia de organizaciones delictivas dentro de esa fuerza policial porteña.

Ocurre que dentro de la Metropolitana no cayó muy bien el tratamiento que Clarín le otorgó a la persecución, balacera y asesinato del joven Lucas González (17 años).

No será que el exagerado cacareo derechista/neoliberal solo tuvo como objetivo un ocultamiento de disputas internas dentro de la propia fuerza policíaca que conducen...?