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LA MASACRE DE CANADÁ

LA MASACRE DE CANADÁ

MONTREAL-CANADÁ  (PrensaMare)  Al menos 18 personas murieron a tiros (incluido un agente policía), durante las 12 horas en las que un asesino atemorió -entre sábado y domingo- a una pequeña población de Nueva Escocia (costa Atlántica canadiense).

El criminal se llamaba Gabriel Wortman, de 51 años. Hasta el momento no se puede comprender el porqué de su criminal accionar. Ha sido el mayor asesinato múltiple en la historia de Canadá.

En la madrugada del domingo la policía buscaba a un sospechoso en un coche de policía, vestido como un agente. Lo cierto es que ni el auto era verdaderamente policial y el individuo tampoco pertenecía a dicho cuerpo.

Lo increíble…: del caso es que de manera oficial, en su cuenta de Twitter, la policía de Nueva Escocia anunció que a las 11 hora local, había detenido a Wortamn. Pero en horas de la tarde del mismo domingo, las autoridades dijeron en rueda de prensa que el sospechoso… había fallecido (¿?).

No se informó la forma en que misteriosamente había muerto desde que fuera apresado y se informara a la prensa por la tarde.

Lo cierto fue que su accionar criminal comenzó en la noche del sábado en pequeña localidad de Portapique (de un centenar de habitantes). La Policía Montada acudió a una residencia de la localidad y encontró allí varios cuerpos sin vida. Luego, otros cadáveres fueron hallados en distintos lugares.

Fue así que iniciaron una persecución que acabó en una gasolinera de la localidad de Enfield.

Ni en el momento del anuncio de la muerte del criminal ni días después, se ha podido determinar la o las causales de sus crimenes. Las víctimas no parecen haber tenido ningún vínculo con el tirador; aparentemente actuó al azahar.

El anterior tiroteo múltiple en Canadá, ocurrió en agosto de 2018, cuando un hombre mató a 4 personas (incluidos 2 policías), en un edificio de apartamentos de New Brunswick. Y el peor en la historia canadiense –hasta este hecho-, había sido en diciembre de 1989, cuando un asesino mató a 15 mujeres en Montreal.

Lo concreto es que el detenido, luego fallecido, no ha podido hablar. Deberían hacerlo las autoridades, tratando de esclarecer semejante osuridad.