Dom. 26. May 2024, Santa Fe - Argentina
Opinión

PEDIR PRESTADO NO ES ALTERNATIVA… (Carlos P. Morales)

PEDIR PRESTADO NO ES ALTERNATIVA… (Carlos P. Morales)

SAN JUAN-PUERTO RICO  (por Dr Carlos Pérez Morales)  Pedir prestado no es alternativa para los países con Covid-19.

América Latina y el Caribe ingresaron a la era del COVID-19 con marcos monetarios relativamente sólidos. Cuando estalló la crisis, los sistemas financieros estaban sanos y los bancos podían presumir de grandes reservas de capital y liquidez.

Los déficits fiscales se han disparado, impulsados por un mayor consumo desde la crisis financiera mundial de 2008 y con ellos, los niveles de deuda. La deuda externa del sector privado también ha aumentado y gran parte de la emisión se ha tomado en dólares. Con  el COVID-19 recortando los ingresos, reduciendo la demanda y generando un choque de oferta y productividad, es probable que los sistemas financieros de la región se vean sometidos a una tensión significativa, con los riesgos crediticios en el centro del escenario. (Rojas-Suarez, Powell, septiembre 2020)

La pandemia del COVID-19 ha causado una gran disminución en la economía de los distintos países del mundo y ha tenido efectos devastadores en las economía de los estados periféricos. Los presupuestos nacionales han sufrido una terrible disminución de sus activos, causando balances negativos en muchos casos. Esta situación se debe en parte a los altos costos causados por los cierres económicos como medida preventiva del COVID-19. Otra razón son los altos precios de los distintos medicamentos para esta terrible enfermedad y los costos de las hospitalizaciones. A todo ésto hay que añadir los costos de las vacunas contra esta enfermedad.

La situación en muchos países es que los mismos no han podido prestar algunos servicios y en el peor de los casos los individuos han pasado hambre. El COVID-19 ha causado muchas costos sociales.

Para resolver esta situación muchos países han recurrido a tomar dinero prestado ya sea a Bancos Nacionales, Bancos Internacionales, al Banco Mundial y al Fondo Monetario internacional.

El FMI está trabajando para apoyar a los países miembros, con asesoramiento sobre políticas, asistencia técnica y recursos financieros. Sabemos por experiencia que si los países que toman estos préstamos al FMI y tienen dificultad para pagarlos, son obligados por esta organización a reestructurar sus presupuestos.

En el caso de Nuestra América, esta región tiene 8% de la población mundial, pero alrededor del 20% de las infecciones por COVID-19 y 30% de las muertes. (https://www.milenio.com/negocios/america-latina-recibio-62-prestamos-fmi-covid-19). El 62% de los préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI) en respuesta a la pandemia de coronavirus, se destinó a 21 países de América Latina debido a lo gravemente afectada que se vio la región, a (https://www.milenio.com/negocios/america-latina-recibio-62-prestamos-fmi-covid-19).

En Venezuela la economía ha disminuido drásticamente durante la presidencia de Nicolás Maduro. Muchos países del mundo reconocen a Juan Guaidó como su legítimo presidente. Utilizando esta situación de esta marioneta de Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional negó ayuda financiera a Venezuela donde la situación del COVID-19 es alarmante.

En Argentina, con la economía del país a tenido un ritmo muy lento debido a las restricciones de COVID-19.  Es muy probable que la relación deuda / PIB del país crezca a alrededor del 100% para principios de 2021, un salto desde su nivel de alrededor de 90% a fines de 2019. Esto parece aún más probable cuando se tienen en cuenta las estimaciones de que el PIB del país se reducirá en más del 10% para fines de año. La pandemia de COVID 19 y el aislamiento social como forma contenerla agravaron la situación. La pobreza urbana en Argentina sigue siendo alta, llegando al 42% de la población en el segundo semestre de 2020, con un 10,5% de pobreza extrema y un 57,7% de pobreza infantil.

La economía nacional sigue mostrando fuertes desequilibrios macroeconómicos. La inflación anual, aunque se ha desacelerado en un contexto de caída de la actividad económica, alcanzó el 36% en 2020, a pesar de la existencia de controles de precios y la situación del COVID-19.

En Panamá la pandemia ha afectado mucho los gastos del gobierno y éste ha tenido que recurrir a préstamos, que por supuesto, aumentan la ya abultada deuda externa. "Los años 2020 y 2021 son terribles para la economía panameña. Solo en el año de la pandemia, Panamá asumió préstamos por más de $11 mil millones. De ese dinero, $3,853 millones fueron al pago de servicios de personal, $1,275 en inversión pública y $2,154 en subsidios. El Ministerio de Economía y Finanzas espera pedir en 2021 préstamos por $6 mil millones para poder pagar gastos de operaciones, inversión y amortizaciones. Por otro lado, compromete $104,4 millones para la adquisición de vacunas anticovid-19. (Gordón Guerrel, 2021).

El problema que presentan estos préstamos es que la deuda externa aumenta. Muchos países no podrán pagar la misma y las organizaciones prestatarias asfixiaran su ya maltrecha economía.

(Dr Carlos Pérez Morales, Docente Jubilado, Universidad de Puerto Rico).