SANTA FE-ARGENTINA  (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  Año duro el 2021 para el poder estadounidense. A nivel interno, en enero soportaron el ataque de una banda de desorbidados fascistas impulsados por el saliente presidente Donald Trump al mismísimo Capitolio.

El mundo observó cómo se producían hechos violentos y gravísimos en el país donde se consideran “la” imagen de la democracia mundial.

Posteriormente se agregaron los contínuos reveses (que continúan) de Arabia Saudi y su coalición criminal ante la resistencia popular en Yemen, que es alentada y respaldada desde Washington.

Desde todo el mundo se sumaron rechazos y reclamos para que EEUU ponga fin al criminal e inhumano bloque0 que aplica a Cuba, desde hace 62 años.

Nicolás Maduro logró avanzar en su proceso de unidad nacional y de desactivación de la maniobra injerensista, logrando convocar y que tomen parte sectores de la oposición en reuniones en México, a partir de agosto.

El mundo repudió los ataques de Israel sobre el pueblo palestino durante 11 días, a los que se vio obligado a poner fin, tras la dura resistencia y las protestas desatadas en todo el mundo. Los ataques israelíes fueron justificados y apoyados por EEUU.

La salida de Afganistán, tras 20 años de invasión y permanencia con fuerzas propias, de la OTAN y aliados, significó una durísima derrota militar, política y diplomática.

Como si todo ello fuera poco en un año increíble para los estadounidenses, se ha conocido de manera formal el fracaso rotundo del llamado Grupo de Lima.

Le correspondió al embajador de Perú ante la OEA, Harold Forsyth, ratificar la extinción de dicho agrupamiento nacido por decisión de EEUU. Fue creado por gobiernos neoliberales y derechistas del continente con la misión de atacar y desestabilizar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

La declaración del diplomático peruano fue realizada en Washington, agregando que el polémico engendro diplomático “cumplió su ciclo”. Para ser más expresivo de la situación política al respecto, indicó que su país no puede haberse ido pues “nadie se puede salir de lo que no está funcionando y no existe porque (el grupo) hace meses que no se reúne”.

Dicho grupo fue una herencia que recibió (del gobierno anterior), el mandatario actual peruano, Pedro Castillo.

Estas son realidades incontrastables, que la poderosa prensa occidental y los multimedios de países americanos evitan analizar, y explicar. Pero aún intentando tapar el sol con alguna mano, la verdad no puede ocultarse.