Mar. 14. May 2024, Santa Fe - Argentina
Editorial

UN INEPTO LLAMADO HORACIO RODRÍGUEZ LARRETA

UN INEPTO LLAMADO HORACIO RODRÍGUEZ LARRETA

CIUDAD DE BUENOS AIRES-ARGENTINA  (por Esteban D’Arret, PrensaMare)  Las sonrisas, las mentiras, las operaciones de prensa, el cinismo y la hipocresía no alcanzan para tapar la ienptitud de un personaje político llamado Horacio Rodríguez Larreta.

Jefe de Gobierno capitaliano, es y actúa a semejanza de una sociedad –la porteña- a la que se podría caracterizar de “muy particular”.

Lo eligen porque se sienten plenamente representados por él. Y Larreta responde como los porteños quieren que lo haga. Es una simbiosis; un ‘ida y vuelta’; un entendimiento pleno, abonado por los grandes medios de comunicación.

Larreta trabaja para su candidatura presidencial. La verdad que tiene derecho a ilusionarse; máxime si piensa que alguna vez Mauricio Macri fue presidente argentino… Con esta base, cualquiera puede tener dicha ambición; basta que el grupo Clarín, La Nación, La Prensa y algunos grupos de poder del país se lo propongan. No es tan difícil.

Mientras tanto, Larreta en su construcción diaria, trata de mostrarse con algo de ‘dialoguismo’, pero luchando contra los ultras del macrismo que son la irracionalidad extrema.

En plena pandemia tomaron este tema mundial como una posibilidad de confrontación electoral, sin importantes llevar a miles de personas a la muerte. Y allí anduvieron, negando la enfermedad; ‘luchando’ contra las medidas de cuidado; rechanzando la vacunación; y hasta mostrándose como adalides de la defensa de la educación.

Pero no contentos con ello, han salido en las últimas semanas a desdecirse de lo anterior y reclaman más vacunas y mejor organización vacunatoria.

Lo hacen desde la “experiencia” de haber dejado vencer decenas de miles de vacunas (siendo gobierno en 2015-2019) y rebajando el ministerio de Salud al rango de… secretaría (¡).

Inclusive Larreta acudió a su amiga esta corrupta justicia, para no cumplir con las medidas de cuidado dictadas por el gobierno nacional.

Pero no todo termina allí para este personaje blindado por la prensa hegemónica. Porque si algo lo ‘distingue’ es que se trata de un político que popularmente se podría calificar “de cuarta”. Un jefe de gobierno que hace por y para los grupos económico-financieros que representa ideológicamente y que se ha caracterizado por su lentitud y tardanza en adoptar medidas necesarias.

No es ello una virtud, sino un grave defecto del que no puede despegarse.

Mediáticamente se presentó a finales del 2018 anunciado que el populoso Barrio 31 (de Retiro) resolvía la problemática del agua potable. La pandemia dejó al descubierto que ello no sucedió; y allí está la muerte de Ramona Medina (vocera de la agrupación La Poderosa), que vivía en Casa 79, Manzana 35 de dicha Villa, lo demostró y reintaló un tema del que Larreta y los medios se habían ‘olvidado’.

Estamos en la mitad del 2021, y los habitantes siguen pidiendo –igual que Ramona- tener agua potable. Un agua de calidad, indispensable e irremplazable para defenderse del coronavirus.

El virus ataca en todos lados, pero se comprobó (en el exterior como en el país), que los geriátricos o centros para personas mayores constituyen sitios de alta peligrosidad. Larreta no se enteró de ello, y cuando lo hizo, ya era tarde; porque se adoptaron medidas cuando el problema ya estaba instalado.

Larreta dice una cosa ante los medios y dispone ejecutar otras, en los hechos. Así, le ha gustado mostrarse junto al presidente Alberto Fernández en las reuniones informativas que éste realizaba. Pero la realidad terminó por demostrar que era un saboteador de las medidas nacionales de prevención. Porque alentó la circulación, el no distanciamiento, la imposibilidad del lavado de manos, el mantenimiento de escuaelas abiertas, la falta de elementos de sanidad en centros educativos.

Mientras a nivel nacional se dispuso re-construir las destrucciones dejadas por Macri (2015-2019) en la salud de todo el país, Larreta hacía electoralismo barato y no invertía en donde debía.

Sin acciones de re-construcción a lo que tanto Macri como él mismo (siendo jefes de gobierno) dispusieron para la capital argentina, se encargó (por inacción y no-control) que no se cumplieran las medidas de prevención, dispuestas por Nación.

Larreta fue el gran boicoteador del brazo de los grupos poderosos y los medios hegemónicos. Lo que lo llevó a mantener un cinismo extremo al presentarse, mostrarse y reunirse con Fernández y el gobernador bonaerense Axel Kicillof.

El macrismo, que en realidad se extiende a radicales, antiperonistas, neoliberales, derechistas y reaccionarios de todo pelaje, repite el posicionamiento ideológico que se ha observado en EEUU, Brasil, Chile y países europeos. Rechazo a la existencia del virus (¿?) aunque miles, cientos de miles y millones de nuestros se presenten en todo el mundo.

Acaso no leen los diarios? No miran televisión? No tienen acceso a internet?

Si… Lo saben y están anoticiados de todo ello, pero se trata de una decisión ideológica, que los muestra tal cual son: ineptos, irresponsables y rayanos con la criminalidad.

La pandemia convertida en un simple hecho político (en cuanto a lo partidario). No debe olvidarse que personajes como Patricia Bullrich, Luis Brandoni, y Hernán Lombardi –por citar solo a tres-, encabezaron movilizaciones callejeras negando el virus y su peligrosidad… (¡).

Inclusive cuando se les iban acabando ciertos argumentos ante el aumento de casos y de muertes, salieron a plantear su lucha en defensa de “la libertad” y contra las medidas de cuidado impulsadas por la Nación.

Atacaron a periodistas, falsearon información, ocultaron muertos, queraron barbijos, y como para que no quedaran dudas de cual era su objetivo final, debe recordarse que mostraban su odio al peronismo y sus cánticos, y cartelería en contra de Cristina Fernández, y de la política (como si ellos no la estuvieron haciendo…).

El tema ha sido que toda la ineptitud e irresponsabilidad de Larreta repercutió directamente en el Gran Buenos Aires. Porque el AMBA (Área Metropolitana Buenos Aires) involucra a la capital argentina y más de una veintena de distritos bonaerenses.

Lo que significa que las decisiones de Larreta afectaron y afectan a millones de bonaerenses. Un gobernante porteño que perjudica a sus vecinos, de manera desaprensiva. Un hecho que -por cierto-, demuestra que marcha en perfecta consonancia con lo hecho por su jefe Mauricio Macri (siendo presidente).

Pero no todo finalizó allí. Porque la cercanía y las inter-relaciones del AMBA con la santafesina Rosario es un hecho palpable y reconocido. Fue así que ese descontrol que impuso Larreta desde la Ciudad de Buenos Aires al Gran Buenos Aires, terminó por extenderse y hacer que el coronavirus estallara en territorio rosarino, que además impactó en todo el sur santafesino.

Si: Larreta hace los deberes y, sin ser presidente, ya muestra su capacidad destructiva imitando a Macri.

Toda la política de Juntos por el Cambio –a través de su discurso y accionar-, fue el hacer caer la campaña vacunatoria. Sin embargo, millones de ciudadanos se inscribieron y se van vacunando. Una delirante y protegida política denunció al presidente Fernandez por “envenenamiento” por vacunar. Inclusive ella y otros más, creyéndose que todavía son peones estadounidenses de la desaparecida ‘guerra fría’, pusieron el grito en el cielo, ideologizando (si: ideologizando) los alcances médicos de las vacunas rusa y chinas…

La realidad volvió a golpear a estos trasnochados (incluído Larreta), pues no solo la población mayoritariamente aceptó vacunarse, sino que la vacunación en el mundo demuestra que –junto al cuidado y prevención-, son las mejores y más efectivas herramientas de defensa contra el coronavirus.

Larreta, apoyado en su pensamiento y acompañado por su ministra de Educación Soledad Acuña y su ministro de Salud Fernán Quirós, impulsaron la presencialidad de la educación. Lo hicieron pese a que en Europa y EEUU estaba demostrado que las escuelas abiertas constituían un importante foco de contagio.

Porque no solo se agrupa a escolares, sino que se produce una gran movilización de personas, acceso a medios de transporte y nulo respeto del distanciamiento en el ingreso a las escuelas.

Al 21 de mayo 2021, Larreta tiene contabilizadas 10 muertes en el ámbito educativo porteño (no se sabe cuántos contagiados, porque no se informa). Es bueno no olvidarlo.

Las clases presenciales han demostrado –también- en suelo porteño que ha sido una pésima decisión. Se paga con enfermedad y con muertes; más claro, imposible. Es bueno no olvidarlo (y existen responsables).

El macrismo decidió usar la ‘defensa de la educación’, como una bandera política. Un hecho de una bajeza pocas veces observado en el país.

Inclusive, el propio Larreta parece no darse por enterado que toda esta política irresponsable ha repercutido en que se ha superado el 90% de la ocupación de camas de terapia intensiva.

El territorio más rico del país, con mayor presupuesto, como mejores disponibilidades, con el sistema de salud privado más moderno del país, se encuentra colapsado sanitariamente. Existe un responsable, con nombre y apellido.

Actualmente la capital argentina –pese al silencio mediático-, tiene la mayor proporción de muertos por millón de habitantes. La misma prensa que dice estar preocupada por la salud “de los formoseños”, le oculta a los argentinos la gravedad a la que ha sido llevada la Ciudad de Buenos Aires, por el accionar de Horacio Rodríguez Larreta.

Pero lo más increíble de todo esto es que al 21 de mayo 2021, el país toma cuenta que –ante la gravedad-, se dispondrá el cierre de las escuelas porteñas. Lo hará… Larreta, que llega tardíamente a esta decisión (pretendiendo olvidarse de las muy graves consecuencias ya provocadas).

Todo lo cual significa que todo lo hecho por el macrismo desde marzo de 2020 a la fecha, ha estado equivocado. Frente a la defensa de la vida, ellos alentaron la muerte, y tuvieron ‘suerte’. Los datos son incontratables: decenas de miles de familias en el país lloran alguna muerte.

Los responsables tienen nombres y apellidos. Quien no quiere comprenderlo es su simple responsabilidad.