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EEUU, EL VATICANO Y HAITÍ

EEUU, EL VATICANO Y HAITÍ

Gravísima situación en el país centroamericano...

CIUDAD DE BUENOS AIRES-ARGENTINA  La situación de Haití es desesperante. El poder político anglosajón, asociado al francés, coinciden en que se trata de un ‘estado fallido’. Una estado que no puede realizarse y que no tiene sentido su existencia.

La miseria impuesta a sus habitantes ha generado protestas desde el 14 de febrero de 2019. Días más tarde de ello, las autoridades detuvieron a un grupo de exmilitares estadounidenses con un arsenal, y con equipos de comunicación satelital (¿?).

A todo ello, desde el Vaticano manifiestan la preocupación por lo que sucede en el pequeño país caribeño. La propia Conferencia Episcopal Haitiana y la Confederación Caribeña y Latinoamericana de Religiosas y Religiosos, se han pronunciado, llamando a la solidaridad, al discernimiento y a la defensa del bien común.

El actual presidente Jovenel Moise lleva dos años gobernando demostrando una gran incapacidad para resolver los problemas, y a ello se agregan los hechos de corrupción que envuelven a su gestión.

Jean Denis Saint-Félix, s.j. Superior de los jesuitas en Haití asegura que tiene “grandes dificultades para ver cómo puede continuar este Gobierno” porque “está siendo criticado por todas partes por su incompetencia y su incapacidad para reaccionar bien y a tiempo”.

Las manifestaciones populares se realizan en forma diaria, con violencias y saqueos. Existen acciones de vandalismo y saqueos. Se ataca a los vehículos estatales, que son quemados, al igual que algunas instituciones públicas y privadas. La policía ha sido rebasada por los hechos. No se puede circular por carreteras ante la existencia de barricadas.

Existen 10 millones de habitantes que tratan de sobrevivir con menos de dos dólares diarios. Se impuso al país una fortísima devaluación; los servicios públicos no funcionan, la educación está en crisis, el 63% de la población está desempleada y crece la violencia en las calles. Se ha roto la cadena comercial y la la banca está cerrada; no existe transporte; la electricidad intermitente; se carece de agua potable.

El 13 de febrero, la Conferencia Episcopal Haitíana publicó una breve nota indicando que “la hora es grave” y es el momento de “unir nuestras fuerzas y nuestras inteligencias para salvar nuestra barca común, Haití”.

“El hambre, la falta de salud y educación, la muerte injusta de los inocentes y una justicia demasiado largamente esperada, que se extiende y se agrava Hasta la marginación trágica de los más débiles, clama al cielo con voz potente”. Con estas palabras, la Confederación Caribeña y Latinoamericana de Religiosas y Religiosos, denuncia la realidad haitiana.