MADRID-ESPAÑA  (PrensaMare)  Para la actual dirigencia del Atlético de Madrid y muchos de sus simpatizantes, el entrenador argentino Diego Pablo Simeone es un prócer.

Reciéntemente el equipo sufrió un duro golpe al ser sacado de la Copa del Rey (1-0) por el Cornellà. Fue la segunda eliminación seguida ante un club de Segunda B que sufre los rojiblancos.

En esta oportunidad, al hablar con la prensa Simeone dijo “si estamos aquí el año que viene”. Lo que puso en alerta a dirigentes, pues sus palabras dejaron entrever que en la temporada venidera no estaría conduciendo al equipo.

En estos días el equipo ha sufrido un bajón, como lo mostro también ante el Getafe y el Alavés (pese a sendas victorias).

Para quienes conocen cómo se mueve el argentino, se trató solamente de una forma de expresarse para hacer ‘olvidar’ la derrota y eliminación, y que la prensa se dedique a hablar si continuará como entrenador o no…

Lo cierto es que al conductor esta eliminación le dolió, y mucho. Y lo hizo saber al plantel, tras el partido. Pero lo concreto es que dentro del plantel existen ciertas situaciones que preocupan a los dirigentes. Porque solo existe la conducción de Simeone (lo que está bien), pero no aparecen dentro del vestuario quienes aglutinen y unifiquen los intereses de todo el grupo (lo que está mal). Es así que el poder del entrenador se extiende en un ámbito que no corresponde, y al final el mismo grupo de futbolista termina siendo afectado por los humores de Simeone.

El contrato con el club finaliza a mitad del 2022, y la dirigencia está interesada en extenderlo; pero –al parecer- ha tomado cuenta de las palabras de Simeone en cuanto a dudar si estará el año venidero en el banquillo Colchonero. No es para olvidar que Simeone es actualmente el técnico mejor pagado del mundo.

El conductor ya lleva 9 años en la entidad, y su presencia (y resultados) le otorgó al club tranquilidad; previsibilidad. Nadie se va a enamorar de la forma en que juega, pero para los resultadistas, es un buen entrenador.

En los pasillos del club se comenta que Miguel Ángel Gil Marín y el entrenador ya han tenido algunos encuentros donde conversaron sobre el tema extensión del contrato. Simeone tiene más poder que muchos dirigentes (juntos); y él lo sabe.

Tanto es así que no se recuerda en la historia del club otro entrenador al que el club le ha aceptado y otorgado todo lo que ha podido deportiva y económicamente. Es cierto que el club es considerado protagonista en la Liga y participa anualmente de la Champions Legue. Pero a nadie escapa tropiezos resonantes como el del Qarabag (en Champions), ante el Cultural (Copa del Rey 2020), ante el Cornellà (Copa del Rey 2021), y un juego anodino, amarrete, mezquino y aburrido (pese a que la plantilla cuenta con todo lo que Simeone pidió).

A nadie se le ocurriría despedir al técnico; tanto es así que él se ganó el derecho a decidir hasta cuando se queda. Aunque a nadie escapa que él quiere dirigir a un grande de Italia y –lógicamente- a la selección de Argentina.

Pero el propio entrenador deberá tener en cuenta que su estrtagia mediática (tras la eliminación copera) duró apenas. Porque rápidamente los medios se encargaron de no perder el horizonte y volvieron a analizar que el equipo viene jugando mal. Y que el modestísimo Cornellà le haya ganado, no debe sorprender a nadie.

Igualmente, los simpatizantes y dirigentes rojiblancos tratan de superar este nuevo mal trago y se ilusionan con que en la Liga 2020-2021, el Atlético no solo va a dar pelea, sino que está en condiciones de pelear por el título. Con eso les alcanza para estar tranquilos.