SANTA FE-ARGENTINA (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  Apenas unos meses de gestión y el gobernador Maximiliano Pullaro va dejando al descubierto lo que verdaderamente ha sido y es (y seguramente será).

Fracasó escandalosamente al frente del Ministerio de Seguridad durante la gestión de Miguel Lifschitz. Luego se puso a la cabeza de una irresponsable campaña mediática que duro 4 años (si: 48 meses) que, tras la pandemia, los errores del gobierno nacional y el respaldo militante de los medios hegemónicos (y de los otros también), lo depositaron democrcáticamente como nuevo gobernador santafesino.

Y entonces...?

Acá estamos. Con un actual administrado provincial que apoyó a la fascista Patricia Bullrich en primera vuelta y que para la segunda no apoyó a Sergio Massa. En consecuencia (sin necesidad de grandes deducciones: respaldó a Javier Milei).

Se manifestó totalmente de acuerdo con las políticas de empobrecimiento, de destrucción de la la economía nacional y de la entrega de la soberanía que lleva adelante Milei. Hipócritamente dijo que no coincidía “con las formas, pero si con el fondo”.

Que se dedicó desde su asunción a replicar las políticas nacionales, siendo los trabajadores provinciales los que están pagando las consecuencias.

Ha montado diversas payasescas maniobras mediáticas intentando aparecer como el nuevo (lamentable) Bukele pampeano... Tras el fracaso de esos entretenimientos, desde el gobierno han ido apelando a diferentes entretenimientos que cuentan con el apoyo mediático (pauta publicitaria mediante).

Dice que defiende la industria santafesina y respalda el “acuerdo” (¿?) nacional de la llamada “ley bases”.

Se queja porque no le dan recursos a la Universidad Nacional de Rosario, y se muestra patotero ante el rechazo a su política salarial para los educadores provinciales.

Habla de “transparencia” y (tras lograr el respaldo de ambas cámaras legislativas) decide compras directas de vehículos para “la seguridad” (¿?).

Y para completar su lamentable zigzagueo propio de un derechista hecho y derecho, sin cintura alguna, se quejó porque recibe críticas a su “política penitenciaria” (¿?).

Hasta se animó a lanzar un lamentable: "¡Llévenselos a sus casas a los presos, si tan buenos son". Qué lamentable, Pullaro...

"No vamos a permitir que los presos desde la cárcel manejen organizaciones criminales, extorsionen y manden a matar”, sostuvo, sin ponerse colorado y sin haber hecho jamás (ja-más) una tibia autocrítica a su escandaloso paso como Ministro de Seguridad (2015-2019).

Pullaro se envalentonó ante los micrófonos, pero se olvidó que en esta ciudad estaba sesionando el Consejo Federal de Mecanismos locales para la Prevención de la Tortura.

También se olvidó de los considerados de la resolución emitida -por el mismo- "de manera unánime":

·         Porque se afirmó que deliberó "de forma extraordinaria" en Santa Fe, "en virtud de los hechos conocidos públicamente acerca de la situación en unidades penitenciarias en esta provincia"

·         Con el aporte de autoridades de la Corte Suprema de Justicia, del Servicio Público para la Defensa Penal, del Ministerio Público de la Acusación y docentes de la Universidad Nacional del Litoral se obtuvo información sobre la situación de las personas presas en la provincia

·         Respecto a esos presos, “la situación se ha caracterizado por un incremento constante de la tasa de prisionización, con su consecuente impacto en la sobrepoblación y en la vulneración de derechos de las personas detenidas"

·         Atento a ello y "sin desconocer los graves hechos delictivos acaecidos recientemente en la provincia", el Consejo advirtió que "toda respuesta estatal debe ser ajustada a las obligaciones internacionales del Estado en materia de derechos humanos"

·         Fue así que en el primer punto de la resolución, se decidió "instar a la provincia a la pronta creación y puesta en funcionamiento de un Mecanismo Local de Prevención de la Tortura".

Inclusive Pullaro también se ‘olvidó’ que en el reciente abril, el Consejo Federal se hizo presente en Rosario luego de conocerse las “requisas” en la cárcel de Piñero y las denuncias de torturas a presos, con presentaciones de varios Hábeas Corpus.

En síntesis (pero seguramente hasta el final de su mandato habrá muchos más capítulos de este personaje...): un Pullaro que intenta mantenerse bien parado en medio de un barrial al que alimenta con agua, y donde sus dos borceguíes solo son para el pie... derecho.