EL CAIRO-EGIPTO (PrensaMare)  Malas noticias para Washington. Irán y Arabia Saudí –potencia de la rama chiita del islam la primera y suní la segunda-, anunciaron que reestablecieron relaciones diplomáticas.

Las mismas había sido rotas por Riad en 2016, tras ataques a sus sedes diplomáticas en Teherán, por la ejecución de un clérigo chiita en el país árabe.

Para este acuerdo de amistad, operó como mediador China. De allí que la firma se realizó en dicho país, con la decisión de ambas delegaciones de efectuar la reapertura de embajadas.

Ambos países son potencias petroleras y se disputan la hegemonía regional apoyando a bandos rivales en diferentes conflictos.

Las últimas negociaciones en Beijing fueron lideradas por el Secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán -Ali Shamjaní- y por el Consejero de Seguridad Nacional saudí, Musaid Al Aiban.

Ambos se comprometieron a "respetar la soberanía de los países y la no injerencia en sus asuntos internos”. Asinismo, reactivadon un acuerdo de seguridad de 2001 y memorandos de cooperación en materia economía, comercio, inversión, tecnología, ciencia, cultura, deporte y juvenil.

En diferentes oportunidades...

Arabia Saudita había acusado a Irán de promocionar el terrorismo en la región mediante el apoyo a los rebeldes hutíes (en Yemen) y a las milicias de Hezboláh (en Líbano); así como de tratar de desestabilizar a diferentes gobiernos de la región.

Para los analistas...

Este acuerdo –por sus protagonistas y por el mediador- ha significado un duro revés político y diplomático para Estados Unidos.