CÓRDOBA-ARGENTINA (Especial para PrensaMare)  Dicen que en campaña electoral todo el válido. Por lo menos es lo que sostienen asesores de imagen, asesores políticos, familiares de candidatos, encuestadores e inescrupulosos de cualquier origen.

Eso es –al parecer- a lo que apeló el gobernador cordobés, que pretende convertirse en candidato presidencial.

En su ambición por instalarse a nivel nacional y de sumar votos, Juan Schiaretti, que lidera Hacemos por Córdoba, ha cometido una grave contradicción. Por un lado suele vérselo ante los medios reclamando que el gobierno nacional respalde su gestión con obras en terreno cordobés; pero a la vez, él aparece apropiándose, adjudicándose una obra como si fuera propia, pero que fue una construcción del... Ministerio de Obras Públicas de la Nación en convenio con las Naciones Unidas.

No se trata de un error, sino de algo planificado. De allí que para ello no dudaron en modificar la imagen institucional que en todo el país tiene el programa nacional y lo reemplazó según sus necesidades de campaña electoral (según el gobierno cordobés).

Ocurrió con la inauguración del Centro Modular Sanitario 25 (según la denominación que impuso el programa nacional en todo el país) en el Barrio Argüello de la capital provincial.

Tanto fue así que el Viceintendente Daniel Passerini lo presentó ante la prensa como un “centro de atención modelo”, para responder a situaciones urgentes con gran nivel de complejidad. Que además, sirve para descentralizar el sistema sanitario de la capital, sin necesidad de recurrir al hospital municipal de urgencias.

A su turno, el titular municipal, el intendente Martín Llaryora (que será candidato a la gobernación para suceder a Schiaretti), aprovechó y no dudó en mostrar dicha obra santitaria como una obra propia.

Fue así que dispusieron plotear el centro de salud con la imagen institucional de Córdoba Capital y no contentos con ello, le cambiaron el nombre. Ahora el CMS25 se llama Cura Brochero.

A la hora de pretender justificar este golpe bajo político, algunos dirigentes del neoperonismo schiarettista sostuvieron que este tipo de obras no tienen nombre y apellido, sino que “son de todos los cordobeses”. Lo cual –si en verdad es así-, no se entiende el porque la presentaron como una obra de Córdoba Capital e hicieron desaparecer el nombre original que forma parte de un programa con la ONU...

Lo cierto es que dicha obra –más allá del oportunismo ‘territorialista’- ha sido financiada por el gobierno nacional. Esta situación no ha sorprendido a locales y nacionales del peronismo, pues ya tienen antecedentes similares en la gestión de Schiaretti.