LA PAZ-BOLIVIA  (PrensaMare)  El Gobierno reveló que la dictadora Jeanine Áñez (foto) -semanas antes de las elecciones-, pidió a EEUU y a Gran Bretaña armamento presumiblemente para “reprimir al pueblo boliviano”. Lo denunció el viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos. Como prubas, mostró las cartas de tales solicitudes. 

Ello deja abierta la posibilidad que la dictadora haya pensado en dar un nuevo golpe de estado, inclusive con participación de mercenarios extranjeros, para imedir que Luis Arce asumiera la Presidencia.

Ese movimiento golpista tuvo al entonces ministro de Defensa, Luis Fernando López Julio, a la cabeza.

El viceministro Wilson Santamaría fue el encargado de la solicitud de equipos y armamentos a la embajada de EEUU y a la embajada británica, tres semanas antes de las elecciones generales de 2020.

Lo llamativo es que dicho funcionario no ra el responsable de realizar semejantes trámites; y sin embargo pidió “pistolas, cartuchos, granadas de gas, uniformes completos, máscaras antigas, visores nocturnos, térmicos, binoculares, cascos, trajes de protección y equipos que considere importantes destinados a la Policía Boliviana nacional con la finalidad de defender la integridad del pueblo boliviano, su territorio y seguridad”...

También se supo que los conspiradores discutieron el envío de cientos de mercenarios extranjeros a Bolivia desde una base militar estadounidense en las afueras de Miami. Los mismos se sumarían a unidades militares de élite bolivianas, escuadrones de policías renegados y turbas de lumpenes.

Ese plan incluía la probabilidad de magnicidio: el crimen del presidente electo. Ha quedado probado que algunos de estos criminales estuvieron en Bolivia, y tiempo después participaron en el crimen del presidente de Haití.