CIUDAD DE BUENOS AIRES-ARGENTINA  (PrensaMare)  Cuando Mauricio Macri tras dejar derrotado la presidencia, impuso a Patricia Bullrich al frente del PRO. Fue una sorpresa para propios, pero entendible.

El representante del más claro antiperonismo argentino enviaba un mensaje clarísimo al peronismo que comenzaría a gobernar. Eligió a una ‘dura’ –igual a él- con un claro odio de clase.

Los meses han pasado y en 6 meses, Bullrich hizo lo que Macri esperaba, deseaba y exigía. Chocar, confrontar, desmerecer la democracia. Pero ello ha generado reacciones dentro del mismo PRO. Por un lado existen intendentes que tienen responsabilidades antes sus electores y la ciudadanía en general (en cada distrito), y no pueden estar confrontando constantemente con cada gobernador y el gobierno nacional.

Ello, ni Macri ni Bullrich (y unos cuantos legisladores nacionales) lo entienden, o directamente no les importa. Por otro están los del PRO que quieren mostrarse ‘democráticos’ y dialoguistas con el peronismo, y lo hecho y dicho por Bullrich y Macri, poco y nada ayudan a esos diálogos.

Es así que tras idas y vueltas internas, ya apareció una ‘mesa ejecutiva’ con la representación de los todos los sectores internos. Allí estrán los representantes de Macri (Fernando De Andreis y Patricia Bullrich), el sector de Maria Eugenia Vidal (Cristian Ritondo y Jorge Macri) y el interior (Humberto Schiavoni y Federico Angelici).

Los principales impulsores de esta ‘mesa’ han sido Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal. Y el primer paso lo dieron ellos conversando virtualmente con Néstor Grindetti, Diego Santilli, Carmen Polledo y Eduardo Machiavelli.

Para los que conocen la interna del PRO, la gota que rebasó el vaso fue el duro comunicado de la alianza Juntos por el Cambio que firmaron días atrás Bullrich, Federico Angelini (por PRO); Alfredo Cornejo, Alejandra Lordén (UCR); Maximiliano Ferraro y Mariana Zuvic (CC), donde buscaron politizar el crimen de Fabián Gutiérrez aludiendo a "un crimen de la mayor gravedad institucional" (¿?).

Este comunicado, desatinado y fuera de contexto, además de engañoso fue el pie que necesitaban Rodríguez Larreta y Vidal para reclamar una ‘mesa ejecutiva’, que tendrá por fin quitarle poder a Bullrich y generar más participación interna.