MILANO-ITALIA (por Alessio Maturo, PrensaMare)  El reciente ataque con misiles que Irán efectuó sobre Erbil, ha sido una demostración calculada de su alta capacidad militar.

Demostró su capacidad con la clara intensión que sus enemigos tomen cuenta de ello. Los misiles recorrieron una extensa distancia sin ser detectados y mostraron gran precisión y exactitud.

La ejecución fue un nuevo triunfo del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI), superando cualquier distancia recorrida hasta ahora. Fueron –desde Teherán-, 1.200 kilómetros.

La noche del 15 de enero al 16 de enero de manera inesperada para potencias occidentales y sus aliados se produjo la acción, en respuesta a los recientes "actos terroristas de los enemigos de Irán", las sedes de "los grupos terroristas antiiraníes". Los misiles llegaron a la ciudad iraquí de Erbil, y según autoridades irakíes, murieron 4 militares y otros 6 resultaron heridos.

Si la situación ya estaba inestable en esa región asiática, la certeza de la maniobra militar hizo encender las alarmas occidentales. Nadie puede predecir qué seguirá ahora y dónde.

Irán respondió de esa forma a los 2 atentados de Kerman del 3 de enero, en los que murieron más de 80 iraníes.

Al comenzar este año, Irán sufrió un mortífero atentado terrorista provocado por 2 ataques suicidas. Las explosiones se dirigieron contra asistentes a auna ceremonia conmemorativa. Murieron 89 personas (incluidos 12 niños), y otras 284 resultaron heridas por la doble explosión.

El 4 de enero, la autoproclamada banda terrorista del ‘estado islámico’ se atribuyó la responsabilidad de las 2 detonaciones. Estados Unidos negó que Washington o Tel Aviv tuvieran que ver con el atentado; pero llamativamente ni ellos ni Europa condenaron los criminales atentados.

La respuesta iranía había sido ‘prometida’, y tras varios días no dudó en planificar y atacar misilísticamente la capital del Kurdistán iraquí. Fue inmediatamente después que Estados Unidos y el Reino Unido atacaran objetivos hutíes en Yemen.

Esta acción iraní suma más problemas al poder anglosajón mundial y sus aliados y socios. Porque Washington se ve en la difícil situación de tener que enfrentar cinco frentes militares activos: Irán, Líbano, Gaza, Yemen y Siria.

Está claro que el irrestricto apoyo estadounidense, británico y unioneuropeo al genocidio israelí genera consecuencias; nada es gratuito.

Posiblemente Washington pecó de soberbia y calcularon mal el ataque a Yemen; sea porque pretenden “tener a raya” a los rebeldes hutíes o porque pretenden desviar la atención (para que el mundo deje de hablar del genocidio en la Franja de Gaza).

Lo cierto que esta acción de Joseph Biden no se entiende si fue deliberadamente autorizada por él, pensando en su frente interno electoral (las venideras elecciones presidenciales), o si f"Estados Unidos basa su política exterior en la próxima ue decidido por el Pentágono... y luego le avisaron al presidente.

Lo cierto es que los duros del Pentágono deben estar imaginando nuevas acciones de represalia contra Irán, alentados –además- por Israel y Londres. Y en ese camino un ataque militar podría desembocar en que al final Irán cierre el estrecho de Ormuz, provocando una crisis aún mayor a una economía occidental en problemas.

Si no se ponen paños fríos a esta escalada, puede que el mundo avance inexorablemente a eventos que se retroalimenten y se salgan de control.

Una situación que muestra a qué nivel de confrontación están llevando las dirigencias occidentales al mundo.