FIRENZE-ITALIA  (por Gianni Brambilla, PrensaMare)  Recientemente se produjo el encuentro de los presidentes de Rusia y EEUU, Vladimir Putin y Joseph Biden, respectivamente.

La principal conclusión del importante evento efectuado en Villa La Grange (Ginebra, Suiza), es que las partes decidieron retomar las relaciones bilaterales, con el regreso de sus embajadores.

Entre los puntos analizados y decididos, se cuentan, en expresiones de Putin:

Que tras el regreso de los embajadores comenzarán las “consultas sobre toda la agenda de interacción diplomática”. Un tema sobre el que trabajarán inmediatamente es el de la ciberseguridad, pues es de “importancia integral”. Respecto a este tema, Putin indicó que la mayoría de los ataques cibernéticos proceden del territorio de EEUU, luego de Canadá y de 2 países latinoamericanos.

Putin se refirió al apoyo de Washington a ciertas organizaciones políticas en Rusia, pues en 2017, el Congreso de EEUU declaró a Moscú su «enemigo y rival», e introdujo en su legislación disposiciones sobre la necesidad de apoyar procesos democráticos y organizaciones políticas en Rusia.

Otro tema sobre el que hablaron fue el de un posible intercambio de prisioneros. «Hemos hablado de esto, el presidente Biden planteó esta cuestión respecto a los ciudadanos estadounidenses», encarcelados en Rusia. En cuanto al publicitado –en occidente- ‘caso Navalny’, el mandatario ruso afirmó que el opositor «sabía que violaba la ley vigente en Rusia». Que él debía presentarse periódicamente ante las autoridades, siendo una persona condenada 2 veces a prisión condicional.

Lo que hizo este personaje fue que «ignoró a sabiendas este requisito legal», salió al extranjero para su tratamiento y las autoridades no pedían que volviera obligatoriamente. Al abandonar el hospital, Navalny publicó materiales de su trabajo de investigaciones y entonces las fuerzas del orden exigieron su regreso, pero no volvió, y se inició su búsqueda. Cuando regresó a Rusia, fue arrestado. Putin afirmó que Navalny quería ser arrestado. «Él hizo lo que quiso», destacó.

También analizaron la situación en Ucrania y Biden está de acuerdo con que la solución del conflicto en Donbass debe basarse en los acuerdos de Minsk. Respecto al proceso de la explotación del Ártico, las partes consideraron que pueden colaborar en ese ámbito.

Igualmente aclaró que Rusia no militariza el Artico: «No hacemos allí nada que no estuviera durante la Unión Soviética, reconstruimos la infraestructura perdida, destruida en algún momento completamente».

En cuanto a la reunión en Ginebra, Putin declaró que «no hubo ninguna hostilidad... Por el contrario, nuestro encuentro se desarrolló con principios. Por supuesto, tenemos diferencias en muchas opiniones, pero, de todos modos, en ambas partes se demostró el deseo de entenderse y de encontrar formas de convergencia de posiciones».

Aclarando que la reunión «No me dejó nuevas ilusiones, tampoco es que haya tenido viejas ilusiones. No hay ningunas ilusiones y no las puede haber».

Las partes llegaron a la reunión en medio de un claro aumento de las tensiones entre EEUU y Rusia. Meses atrás se produjo la expulsión de diplomáticos y sanciones mutuas. Pero además, la prensa occidental lanzó una durísima ofensiva mediática sobre diferentes temas.