Jue. 28. Mar 2024, Santa Fe - Argentina
Opinión

DIRECTV, OÍDO… (por Iván Oliver Rugeles)

DIRECTV, OÍDO… (por Iván Oliver Rugeles)

CARACAS-VENEZUELA  (por Iván Oliver Regules)  "Nos quedamos sin la opción de ver la televisión en casa, pues se nos fue Directv y ante esa realidad, el único remedio que tenemos para solventar dicho problema, es contratar a alguna de las cableras que le hacían la competencia, como lo es Supercable"... así nos los comenta una pariente de mediana edad, muy apesadumbrada, porque le han informado que ese servicio es demasiado costoso, y que, además, solamente lo están instalando en edificios, y no en casas.

Ella tiene en su casa a su madre y a una tía, ambas bastante mayores de edad (más de 85 años), cuyos estados de salud las mantienen casi postradas. Sin poder ocultarnos su cara de tristeza, nos dice que la televisión era la única distracción que tenían. Les proporcionaba momentos muy agradables, a los que ya, ambas, se negaban a que se les cambiara por otras opciones, como pudieran serlo, una conversación sobre un mil temas, o un juego de cartas, o de ludo, etcétera… "Ahora no hacen sino llamarme todo el tiempo, para y por cualquier cosa, y, por supuesto que las entiendo, pero son muchas las veces que lo hacen por nada, y ante la enorme cantidad de responsabilidades que tengo en la casa, esta nueva exigencia de ambas, me altera en grado extremo los nervios, que llega un momento en que me parece que me voy a volver loca…".

Bueno, éste es un caso que lo tenemos muy cerca. Igual a ese o de índole parecida los habrá. Seguramente por cientos de miles, de manera que la salida del aire de Directv ha dejado una problemática bien complicada que tiene que ser resuelta por nuestra Revolución, a la mayor brevedad…

Decíamos en nuestra nota anterior, con igual título... (https://www.aporrea.org/actualidad/a292433.html), que veíamos como muy importante que nuestro Gobierno Bolivariano se detenga un instante a sopesar el problema que significa que no menos de 8 a 10 millones venezolanos, sin aviso y sin protesto, nos hayamos quedado "encerrados" en casa sin la señal de la televisión. Cantidad enorme de personas que hemos estimado, a partir de enterarnos, a través de la CONATEL, que dicho servicio contaba con un aproximado de dos millones de suscriptores.

Es una cifra demasiado importante, sobre todo en estos tiempos de pandemia, cuando, por precaución, se nos exige no salir a la calle, salvo en casos de extrema necesidad, para evitar su propagación... Pero además sucede que esto, nos genera a muchos, quizás a la mayoría, una molestia adicional, o llámesele inquietud, saber que en pocas semanas se iniciará la campaña electoral con miras a los comicios para elegir a la nueva Asamblea Nacional -AN-, pautados por el CNE para el 6 de diciembre próximo, y no terminamos de entender cómo se hará para que todo lo que tenga que ver con ese importantísimo evento, podamos nosotros, sin señal de la televisión, enterarnos (???)

Es imprescindible conocer quiénes serán los candidatos, cuáles toldas políticas habrán de participar, qué ofrecen unos y otros... en fin, los electores debemos tener acceso a toda la información que se genere en torno al desarrollo de dicho acto electoral, algo que es básico y fundamental para que cada venezolano, bien informado y a plena conciencia, pueda seleccionar a los candidatos por los cuales dará su voto, y saber ciertamente si ganaron o no, de manera de evitar que luego de que se den a conocer sus resultados, se grite que hubo fraude, que como ya sabemos se ha hecho una perversa costumbre que sucede en nuestro país, cuando los candidatos de la Revolución se anuncian como ganadores…

De manera que reiteramos nuestra propuesta para solucionar -y solucionarnos- el problema a quienes nos hemos quedado sin la señal televisiva: el Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información debe acometer, con carácter de urgencia, una revisión de los sistemas de transmisión de las señales abiertas de los canales del Estado, y al menos las de VTV. Y suplir las repetidoras que sean indispensables, de manera que sus transmisiones sea posible captarlas en cualquier lugar de la Gran Caracas, a través de una antena tipo "bigote" o, como bien nos lo informara en un 'mazazo' reciente, el Camarada Diosdado Cabello, cuando comentó que un amigo suyo había resuelto el problema utilizando un simple clip, como antena...

Nos hemos enterado, de forma oficiosa, que VTV disponía de un sistema de microondas de avanzada tecnología que permitía, con enorme efectividad, mejorar la señal del canal y ampliar bastante su radio de cobertura, el cual, sin que sepamos la causa, fue desmantelado parcialmente, de manera que por allí pudiera resolverse el problema en forma inmediata, por la vía de desempolvar esos equipos, si es que todavía existen y funcionan, y reactivarlos. Por supuesto, si esa información es cierta, habría que iniciar, también, las investigaciones necesarias, que conduzcan a precisar quiénes ordenaron desactivarlo, y por qué lo hicieron (*).

Hemos sabido que por la caída del Satélite Simón Bolívar, cerca de 500 mil suscriptores dejaron de recibir la señal TDH de la CANTV, situación que, oídas las declaraciones a los medios, de la Ministra del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez, el pasado 9 de julio, referidas a que ya la empresa había contratado los servicios de un nuevo satélite, el Star One C4, ahora lo que queda es la reconfiguración de los decodificadores de cada usuario y esa tarea, -agregó la ministra-, ya está en marcha acelerada.

No es descartable, por supuesto, que también se piense muy seriamente en potenciar la señal satelital de la CANTV, de manera de extender sus servicios a un mayor número de hogares de los que hasta ahora lo tienen, pero por consultas que hemos hecho con expertos en el tema, no lo creemos -por ahora- factible, debido a los altos costos que ello demanda, pues se precisan de los respectivos codificadores y decodificadores, y ya sabemos que no se fabrican en nuestro país, que vienen del exterior y que, además, son equipos -generalmente-, bastantes costosos.

No está demás, agregar que dicho proyecto de ampliar la cobertura de la señal TDH de nuestra telefónica, debe ser reactivado en tanto superemos la crisis económica que atravesamos, gracias a las atroces agresiones y embestidas del imperialismo yanqui. Jamás debe ser engavetado, pues se trata del único proyecto en materia de comunicaciones al servicio del pueblo que conocemos, al que la Revolución debe ponerle el alma, pues no vemos ningún otro que nos permita visualizar a corto plazo y con absoluta certeza, la televisión que demanda nuestra Revolución, como requisito indispensable, en su decisión irreversible de construir el socialismo del Siglo XXI…

La salida del aire de DIRECTV debemos aplaudirla. Nos dejó a muchos sin televisión, es cierto, pero ya vemos que tenemos cómo remediar el problema. Lo importante que debemos observar de su huída del país, es que nos quitó de encima, sin que tuviésemos que hacer esfuerzo alguno, un poderoso y muy efectivo medio de dominación y, además, lo que es un formidable instrumento para la tergiversación de la historia, por supuesto de la mano de expertos, de escuelas del tipo Hollywood, a través de canales, como History Channel, National Geographic o Discovery Channel, y otros más, aún cuando también ofrecía una amplia gama de importantes y excelentes canales deportivos, lo que no es posible que podamos desconocer y que, además, lograban convocar a una enorme audiencia, por lo que la salida de esa televisora, ciertamente, fue un golpetazo duro para los aficionados a los deportes.

Pero bueno, en estos asuntos donde el capitalismo es dueño y ductor, siempre vamos a encontrarnos con lo que llamamos los necesarios "anzuelos", con los cuales logran atraer y apoderarse de las víctimas y hacer con ellas, lo que se les ocurra…

(*) Nos hemos enterado, indagando en la Internet, que en muchos países están en plena operatividad esos sistemas de microondas y, particularmente en los Estados Unidos, se han instalado unos que cubren distancias hasta de 4 mil millas (6.600 kilómetros).