MILANO-ITALIA  (PrensaMare)  En icertos países del mundo sienten admiración por todo lo que sea o refiera a lo monárquico; aunque en sus propios países jamas hayan tenido un rey…

A qué se debe ello? Al colonialismo cultural; a una intensión por acercarse o sentirse parte del selecto mundo privilegiado de las monarquías, pero particularmente (para qué negarlo) de su admiración por los británicos.

En Argentina desde ciertos medios se encargan de exaltar todo lo que hace la reina de Países Bajos, pura y simplemente porque nació en dicho país (¿?). Como si eso le otorgara un ‘certificado’ de capacidad, sabiduría, inteligencia y/u honestidad.

Reciéntemente justamente ella y su cónyuge fueron protagonistas de un hecho que ha causado repudios y enojos desde diferentes sectores sociales. Resulta que en plena pandemia y los sufrimientos de cientos y cientos de millones de personas en todo el mundo, los reyes Guillermo y Máxima de Holanda se fueron… de vacaciones.

Lo hicieron a pesar que el Gobierno de los Países Bajos había decretado una cuarentena parcial y recomendó no viajar en medio de la pandemia, los monarcas y sus hijas se fueron el viernes 16 a su lujosa casa en Kranidi (península del Peloponeso).

Esa acción –irresponsable y mezquina por cierto- generó un rápido rechazo en la población holandesa y en diferentes ámbitos europeos, que obligó inmediatamente a la familia real a volver rápidamente a su país.

“Abortamos nuestras vacaciones. Hemos visto la reacción de la gente en la prensa, es intensa y nos afecta. No queremos dejar ninguna duda al respecto: para que el covid-19 esté bajo control es necesario que se sigan las pautas y el debate sobre nuestras vacaciones no ayuda”, afirmaron los reyes en un comunicado.

Ahora… si la gente no los repudiaba, para ellos estaba bien lo que hacían…?

El viaje de Guillermo I, Máxima y sus tres hijas se produjo luego que el Gobierno pidiera a la población que no viajara durante las vacaciones de otoño (¡).

El escándalo –que la prensa occidental prefirió ocultarla o tratar suavemente-, terminó por involucrar también al primer ministro, Mark Rutte, quien sabía de las vacaciones y no se lo comunicó a su ministro de Sanidad, Hugo de Joge.

Increíblemente en una conferencia de prensa, al ser consultado por el paradero de los reyes, el ministro Joge se vio obligado a admitir: “No tengo ni idea de las vacaciones del rey” (¡).

Pero esta situación…

No es novedosa para los holandeses. Porque es la segunda vez que las vacaciones de los reyes son tema de conversación y generan rechazo popular durante la pandemia. Durante el verano europeo, los monarcas se fueron a Grecia y, cuando salieron a un restaurante, se sacaron una foto con el propietario (sin respetar el distanciamiento social ni usaron tapabocas).

También es ese momento intentaron ‘justificar’ o ‘explicar’ esa irresponsabilidad comunicando: “Apareció una foto en los medios en la que mantenemos muy poca distancia. En la espontaneidad del momento, no le hicimos caso a la medida. Por supuesto que deberíamos haberlo hecho. Porque el cumplimiento de las reglas de la Corona también es esencial en vacaciones para derrotar el virus”.

De esta forma queda en claro que son ‘reincidentes’ en cuanto a burlarse de las mínimas normas de seguridad sanitaria.

Guillermo y Máxima…

Adquirieron su lujosa mansión en Grecia en 2012 por 4,5 millones de euros. Se ubica a 160 kilómetros de Atenas, al borde del mar Egeo. Esta compra se hizo luego de vender la mansión que comenzaron a construir en Mozambique en 2007. Una obra encarada cuando su país atravesaba una dura crisis económica…