LIMA-PERÚ  (especial para PrensaMare)  El gobierno progresista peruano decidió cremar el cadáver del dirigente senderista Abimael Guzmán y pretende hacer desaparecer sus cenizas. De esa forma buscan evitar que pueda ser recordado o visitado en un sitio físico o que allí puedan homenajearlo.

Para ello, el gobierno promulgó el viernes 17 de septiembre una ley que permite cremar el cuerpo, que yace desde el sábado anterior en una morgue tras su muerte en prisión.

La controvertida ley, autoriza a la fiscalía a «disponer la cremación, previa necropsia» del cadáver de Guzmán; y establece su entrada en vigor a partir del sábado 18. La cremación deberá ejecutarse «en un plazo máximo de 24 horas» en presencia de un fiscal.

«El Ministerio de Justicia será el encargado de dispersar los restos cremados en tiempo y lugar de naturaleza reservada, con el apoyo del Ministerio del Interior», añade el texto.

La negación de entrega de los restos de Guzmán la hizo el ministro de Justicia y Derechos humanos (Aníbal Torres), profesor de la Universidad Centenaria de San Marcos. Se trata de un funcionario que se caraterizaba por exigir el cumplimiento de la ley, que ahora ha negado la entregar del cuerpo a los familiares. Al estar en prisión la esposa (del fallecido), ella ha designado públicamente a una ex prisionera política que le presta confianza a ella.

De esta forma quien ejerce el desarrollo de las políticas que exige y reclama de derecha peruana, es el gobierno progresista (¿?).

El ministro de ‘olvida’ de cumplir la ley. Pero es bueno recordar que se trata del mismo que años atrás, siendo integrante de la comisión fujimorista que intervino la Universidad de San Marcos, se le quitó su autonomía y fue ‘alineada’ a la dictadura de Fujimori.

A todo ello, el congresista por Perú Libre, Guillermo Bermejo (que fuera acusado de ‘terrorista’, buscando alejarlo de su cargo), dijo que los restos humanos de Guzmán, deben ser entregarlo según la ley, a los familiares.

Está claro que la desaparición del cadáver de Guzman tiene por objetivo que no quede memoria; la derecha en general ya lo ha hecho durante años en otros países americanos. En este caso, quieren repetir lo que sufrió Túpac Amaru, para que no quede memoria, para que desaparezca su pensamiento.

Todo esto sucede cuando su mujer, desde la cárcel, ha publicado que la muerte de Gumán fue un asesinato.

Pareciera que ante la campaña política y mediática de la derecha acusando a quienes no quieren de “terroristas”, lleva a los acusados a una desesperaba búsqueda de querer desembarazarse de tal acusación (sin serlos), y aceptan todo lo que esa derecha reclama e impone.

Esa desesperación por tratar de ser creíbles ante la derecha en el sentido que “no somos terroristas”, los lleva a aceptar cremar el cadáver de Guzmán.

Podrán hacer desaparecer el cuerpo de Guzmán, pero la derecha deberá tener presente que esta situación, por ejemplo en Argentina, sirvió para que nacieran las Madres de Plaza de Mayo, las Abuelas de Plaza de Mayo e HIJOS. Sus luchas han sido ejemplo y admiración en el mundo.