SANTA FE-ARGENTINA (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare) El Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, está de gira por Sud América.
Organizó una visita a Argentina y a Brasil, donde se reunirá con los presientes Javier Milei y Luiz Inácio Da Silva. El comunicado de dicha área indicó que tratrán "asuntos bilaterales y globales".
En Brasil tomará parte de la Reunión de Ministros de Asuntos Exteriores del G20; para después reunirse con Lula. Anticipándose que en Argentina conversará con Milei sobre "el crecimiento económico sostenible, nuestro compromiso común con los derechos humanos y la gobernanza democrática, los minerales críticos y la mejora del comercio y la inversión".
Antes de recibirlo en su despacho, el argentino asistirá en Washington a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC). Un encuentro político de ultraderechistas. Allí estarán –entre otros-, Donald Trump; su ex asesor Steve Bannon; el titular del fascista partido español Vox, Santiago Abascal; y el líder del Partido de la Independencia del Reino Unido, Nigel Farage.
Respecto al encuentro Milei-Blinken, debe comenzar por analizarse el comunicado oficial de la Secretaría de Estado, como para tener una idea de qué pueden ‘analizar’; por lo menos en lo que refiere a lo público:
- “el crecimiento económico sostenible”
- “compromiso común con los derechos humanos y la gobernanza democrática”
- “los minerales críticos”
- “mejora del comercio y la inversión”.
En verdad que el comunicado constituye una auténtica demostración del poder imperial dominante ante un país dependiente, sin margen de maniobra para nada.
Qué tiene que hablar un funcionario estadounidense de la economía argentina...? Qué tiene que venir a decir tal funcionario respecto a sus objetivos políticos, que pueden ser coincidentes o no con los nuestros...? Qué de analizar respecto a temas de minerales que considera críticos, cuando los mismos son de Argentina...? En cuanto al comercio e inversión, más bien es un tema que debería tratarse a nivel de cancillería y comercio exterior, y con Economía.
Así planteada la situación se demuestra palmariamente el poder de injerencia estadounidense en el país, expresado de manera pública.
Respecto a lo que se silencia, y que también es de suma importancia (vaya si lo es), debe expresarse que EEUU busca avanzar en que la agenda de Javier Milei se tranforme en una verdadera hoja de ruta de profundización de la dependencia, la entrega y el acompañamiento de la geopolítica de Washington.
En ese sentido, resulta evidente que los temas que no se han anunciado públicamente y que ya ha impuesto Blinken en la agenda que comunicó la embajada estadounidense a la cancillería argentina, son:
- Alejamiento de todo compromiso económico, tecnológico y financiero con China
- Compromiso de “colaboración” y “cooperación” para la paz mundial, y posibles intervenciones de Argentina en misiones en Guyana, Colombia, territorios ocupados por Israel a Palestina, y Ucrania
- Enfriamiento de relaciones comerciales con Brasil (con la promesa que EEUU canalizará hacia “otros mercados”)
- Cooperación técnica, científica, logística y humana para la consolidación del poder imperial anglosajón en el sur atlántico (para facilitar el avance sobre la Patagonia y la Antártida)
- Coordinar colaboraciones de EEUU para capacitación y establecer políticas contra el terrorismo y el narcotráfico
- Avanzar en el apoyo estadounidense para fortalecer la democracia ante posibles acciones violentas o protestas de “infiltrados” de países árabes, pueblos originarios o “extremistas” defensores de los derechos humanos
- Respaldo total a la gestión económica y facilitamiento al acceso a un nuevo acuerdo (y préstamo?) del FMI a Argentina, acelerando las privatizaciones.
Esta mini-gira del funcionario de Biden tiene como objetivo el buscar ‘tranquilizar’ la zona sur sudamericana de aquí a las elecciones presidenciales de EEUU. Ese es el objetivo central.
Respecto a Brasil, se sabe que Washington no lo quiere a Lula, pero su administración es aceptada por los propios límites ideológicos del mandatario brasileño. El problema está en Argentina, donde Washington ha logrado mantener una aceptable relación con las autoridades argentinas, más allá que Milei sea pro-Donald Trump.
Ello en razón que todos los funcionarios que designó, provenientes de Juntos por el Cambio responden directa y/o indirectamente al Partido Demócrata como a las demás fuerzas económicas, financieras, y sociales, que dicho partido dispone. Y lo mismo ocurre con varios de los funcionarios que son considerados mileístas.
Pero el tema está en que los informes disponibles en EEUU dan cuenta que el ajuste que se lleva adelante puede generar reacciones descontroladas. No tanto desde el peronismo o las centrales de trabajadores, sino desde sectores sociales disconformes con el gobierno como con las dirigencias políticas.
Es allí donde Blinken pretende ‘garantizarle’ tranquilidad a Milei, pero ello –lógicamente- no será gratuíto. Imaginemos el pésimo futuro que se nos ofrece, teniendo en la mesa de negociación a un presidente –Milei- que desconoce la historia, que se ha quedado estancado en la llamada ‘guerra fría’, y que es un troglodita convencido que ‘los mercados’ se encargarán del equilibrio de la economía...
Si a Blinken le preocupa la 'tranquilidad' en Argentina, qué podremos decir nosotros...
