QUITO-ECUADOR (Especial para PrensaMare)  El presidente Guillermo Lasso decretó la disolución del Congreso y el llamado a elecciones. Fue su respuesta ante el avance –ante su pesar- del proceso de juicio político en su contra por presunta corrupción.

Su decisión muestra de manera palmaria la soledad y el acorralamiento que sufre a causa de su pésima gestión. Está convencido que con lo hecho logró frenar su destitución.

Este presidente alineado con la derecha y el neoliberalismo occidental habló por cadena nacional donde informó que disolvía la Asamblea Nacional ante “la grave crisis política y conmoción interna” que atraviesa ese país.

Luego avanzó informando que llamaba a elecciones para reemplazar a los legisladores y su cargo también.

Mientras hablaba, tropas del Ejército ecuatoriano rodearon el edificio del Parlamento, donde en la mañana debía continuar el proceso que juzgaba al presidente.

El juicio político a Lasso...

Así ha sido detenido por el propio interesado. Era segura su destitución y de esta forma trata de obtener una salida lo menos conflictiva posible a su cargo.

Durante su lamentable gestión creció la violencia ligada al narcotráfico; la violencia en las cárceles; y de descontento popular por el costo de vida. Esta administración -como la anterior- han hecho todo locontrario a lo efectuado en su momento por el líder y presidente Rafael Correa (2007-2017).

Actualmente, Lasso es el único responsable de haber llevado al país a esta situación.