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TUVO TODO; NO TIENE NADA (1)

TUVO TODO; NO TIENE NADA (1)

SANTA FE-ARGENTINA  (PrensaMare)  Con apenas 18 años, el atacante argentino Adrián Guillermo debutó en la primera de Boca Juniors en 1998. Se destacaba por su calidad y rapidez, y muchos creían estar ante un jugador que haría historia.

Clásico puntero derecho, wing, o 7, habilidoso y gambeteador. El entrenador Carlos Bianchi decidió ir llevándolo lentamente. Debuta contra San Lorenzo, y una semana más tarde jugó ante Talleres (de Córdoba), en una La Bombonera. Triunfo agónico; gol y locura boquense.

Ese torneo es ganado por Boca, y al año siguiente es convocado por José Pekerman a la Selección Sub 20. Pero se lesiona una rodilla; en la AFA decían que se había roto los ligamentos, pero que jugaba infiltrado. La dirigencia boquense sostenía que se había lesionado bajo su responsabilidad.

Llamativamente, no se operó. Los medios comenzaron a instalar que era indisciplinado y que no era profesional. La duda generalizada qudó firme y en 1999 desaperció delplantel superior.

A principios de 2000 el jugador se fue a préstamo al español Badajoz, en la primera experiencia futbolística del mediático Marcelo Tinelli. En Boca perdió terreno y comenzó a transitar por diferentes clubes: Estudiantes (de La Plata), Jorge Wilstermann (de Bolivia), San Telmo, El Porvenir, Huracanes de Colima (en México), Deportivo Morón, Argentino de Merlo, Sportivo Luqueño (de Paraguay), J. J. Urquiza, Defensores de Belgrano, la Academia (de Entre Ríos), Compañía General de Salto y Club Atlético Smith (de Carlos Casares).

En 2019 Adrián Guillermo no aparece en los medios y pocos se acuerdan de él. Fue una gran promesa que jamás explotó y sufre los problemas de una Argentina que es tierra arrasada tras los 4 años del ‘huracán’ Mauricio Macri

Tiene 39 años, y a duras penas –tras separarse- puede alimentar a sus hijos.

No le echa la culpa a nadie. Considera que fue él quien tomó decisiones equivocadas. Suele recordar que en su mejor momento en Boca, festejaba cumpleaños con cien invitados. Hasta se fue a veranear a Mar del Plata llevando a todos sus amigos a su cargo. Hace 3 años vendió su auto. Ahora viaja en tren.

En el 2017 trabajó de cartero, y su único ingreso proviene de lo que reparten cuando visita las peñas boquenses, o de los partidos que juega con el equipo Senior. Realiza algunas changas en la semana.

Pocos recuerdan su ‘caso’, pero en su momento ocupó espacio en los medios. Él era manejado por el representante de futbolistas Settimio Aloisio. El mismo que conducía las carreras de Claudio Paul Caniggia y de Gabriel O. Batistuta, entre otros.

Aloisio, pensando en realizar un gran negocio y quedarse con la parte del león, lo sacó de Boca bajo el derecho de la Patria Potestad (otorga el derecho del padre a manejar y decidir sobre su hijo). Una acción que está en contraposición a lo que sostienen los dirigentes de los clubes.

Guillermo fue llevado a España, Boca nunca mandó el transfer para poder jugar y en 6 meses en Europa se gastó todo el dinero (ahorros) que poseía. Ello lo llevó a comenzar a recorrer clubes, pero con la clara oposición de los dirigentes de Boca y otros clubes, que le cerraban las puertas o recomendaban que no fuera contratado.

Así, fue pasando por entidades por el solo hecho de disponer en forma inmediata –al menos- de un sueldo. Nada de pensar en conveniencias deportivas o de re-inventarse.

Suele recordar con pesar su paso por el juvenil nacional. Quería jugar en el club y en el equipo de Pekerman, y se infiltraba. Se le generó un grave problema en suna rodilla que aún hoy, retirado le sigue doliendo. Cree que las presiones de los dirigentes, el error del médico y su inexperiencia lo perjudicaron.

Está redicado en la localidad bonaerense de Moreno. Su única alegría es jugar en el equipo Senior boquense. Se ilusina con que lo llamen de Boca para trabajar “de lo que sea”.

Tuvo todo; no tiene nada.