MONTEVIDEO-URUGUAY (por Jorge Aniceto Molinari) A 6 años de su muerte (Abordando eso gris, que parece la teoría).
Lo he reclamado, los actores –calificados- que les tocó vivir los hechos del 2002, han preferido callarse, y los hechos han sido contados de una manera novelesca y distante de la decisión real de los mismos.
Alejandro Atchugarry fue un grande que hizo tándem con otro grande: Juan José Ramos. En lo personal gozaba del privilegio de la amistad con el querido “gordo” al que le reclamaba escribiera sobre los hechos, y para darle punta al tema le refería siempre a que Lenin escribía todo.
Tenes razón me decía: “me voy a juntar con Alejandro y vamos a escribir”, pero la muerte se nos llevó a los dos, y lo que ha quedado es ese relato amorfo sin responsabilidades política, lejos de la realidad que a estos dos entrañables seres humanos les tocó asumir.
Hay quienes lo han negado, pero Batlle tenía la renuncia redactada la noche en que Juanjo llega a su casa para reclamarle que Alejandro asumiera la conducción.
Mucho se puede discrepar con la conducta y el proceder de Jorge Batlle, pero hay que reconocer que en ese momento tuvo la grandeza de un “Batlle” y permitió que un equipo con una fuerte impronta sindical se hiciera cargo. Y se hicieron cargo, son los responsables del tránsito democrático del país.